Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment, en el acto empresarial en la estación del Norte / PABLO MIRANZO

Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment, en el acto empresarial en la estación del Norte / PABLO MIRANZO

Business

Los difíciles equilibrios para conseguir la unidad empresarial en Cataluña

El golpe sobre la mesa para evitar la decadencia económica ha venido precedido de una negociación hasta el último minuto que ha permitido sumar al independentismo de la Cámara de Barcelona

5 marzo, 2021 00:00

La unidad del empresariado catalán que se mostró este jueves en la Estació del Nord de Barcelona no ha sido sencilla. La reivindicación de su papel en la reconstrucción que debe seguir a la crisis del coronavirus y su aviso al futuro gobierno de la Generalitat por la profundidad de la recesión que se estima ha contado con el apoyo incluso de los líderes de la Cámara de Comercio de Barcelona, el equipo que surgió de la ANC y que estuvo representado por su presidenta en funciones, Mònica Roca.

Con todo, ello ha implicado un trabajo de orfebrería para aunar todas las voluntades, sensibilidades y egos bajo el paraguas de la reconstrucción que se ha llevado a cabo, en gran medida, desde Foment del Treball. La idea de promover un clamor a favor de esa reconstrucción surgió de la patronal presidida por Josep Sánchez Llibre. Con todo, se ha compartido el protagonismo e incluso la confección del manifiesto ha sido un acto coral en el que participaron todos los presentes.

 

 

Empresarios unen fuerzas por la recuperación económica / CG y EF

La Cámara evita nuevas tensiones

La presencia final de los activistas independentistas fue la guinda del pastel. Roca se sumó al acto sin tomar la palabra. El equipo de Eines de País optó por un pequeño contrasentido casi en tiempo de descuento para evitar nuevas tensiones en el seno de la organización de dinamización empresarial que lideran.

Arroparon una iniciativa en la que se envió un mensaje político que choca con los que defienden desde la ANC, pero al mismo tiempo evitaron repetir un incendio como el que vivió la entidad en la última reunión de su plenario. La resistencia a condenar unos disturbios que, al final, han generado vandalismo y han incrementado los problemas del comercio de la ciudad ya les había pasado factura. Y están a tres días de otra convocatoria para votar a la nueva presidenta, por lo que no les interesaba mostrar una imagen pública de que se habían autoexcluido del clamor a favor de la recuperación por un argumento político.

Asistentes al acto Basta, centrémonos en la recuperación, en la izquierda de la imagen, Mònica Roca, presidenta de la Cambra de Comerç

Asistentes al acto "Basta, centrémonos en la recuperación", en la izquierda de la imagen, Mònica Roca, presidenta de la Cambra de Comerç

Roca intentó consensuar el documento, tener alguna voz en la propuesta, pero las premuras del acto lo impidieron. La sustituta de Joan Canadell pretendió unificar una propuesta con las 13 cámaras de comercio de Cataluña, no solo la de Barcelona, pero le faltó tiempo. Al final, optó por asistir, tras la llamada personal de Sánchez Llibre. Aunque, a su juicio, esa asistencia no implica que todas las organizaciones compartan las proclamas de esa parte esencial del empresariado que estaba representado en la sala. En todo caso, sí se consideró que se debía apoyar la petición central del acto, que haya un Govern que gobierne.

Tensión en el Círculo de Economía

También fue destacable que el presidente del Círculo de Economía, Javier Faus, tampoco participase en la lectura coral del manifiesto. Lo hizo la secretaria de la junta directiva, Camino Quiroga, quien estuvo acompañada por una representación de los ejecutivos del lobi, como el mismo Faus, Jaume Guardiola, Jordi Gual o Silvia Alsina. El encaje de esta entidad en el acto también fue complejo y derivó en nuevas tensiones en clave interna en la organización.

En este caso, por la intención de Faus de llevar a este foro la nota de opinión que se publicó esta semana. La respuesta fue que no era el escenario para reivindicar su voz individual, que coincide en el rechazo frontal a los disturbios y en la defensa de los Mossos d’Esquadra y otros cuerpos de seguridad, pero que va un paso más allá en el plano político. El acto unitario perseguía, precisamente, la unidad y ser propositivo en clave económica, pero no decir en voz alta el camino que debían seguir los partidos, algo más propio de un lobi como el que lidera el inversor.

Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment del Treball y Antoni Cañete, presidente de Pimec / PABLO MIRANZO

Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment del Treball y Antoni Cañete, presidente de Pimec / PABLO MIRANZO

Barcelona Global y el protocolo

Otro de los roces se produjo con Barcelona Global. En una primera escaleta del acto, figuraba su presidenta, Aurora Catá, como oradora en la lectura de un fragmento del manifiesto. Pero en el mismo día del acto, esa presencia desapareció. Catá sí estuvo presente en las primeras filas y dió apoyo a las reivindicaciones empresariales. Lo que ocurrió es que hubo “problemas de interpretación” en el protocolo, con cuestiones sobre qué entidades debían protagonizar el acto y con qué representantes.

Barcelona Global, una entidad privada formada por altos ejecutivos que buscan inversiones y la mayor proyección posible de la ciudad de Barcelona, quería marcar su propia personalidad. Uno de los organizadores del acto admite que la labor de tejer todos los intereses y buscar un denominador común, “manejando todos los egos”, ha sido “agotadora”.

Encuentro con Aragonès

También generó fricciones otra derivada política. El intento del presidente en funciones, Pere Aragonès, de recibir a una delegación de los representantes empresariales antes de que tuviera lugar el acto unitario. El presidente del Círculo de Economía apoyaba este encuentro que finalmente no tuvo lugar y que no era bien visto por todas las partes por el momento en que se iba a producir. Se reclamaba ir al Palau de la Generalitat, sí, pero una vez hecha la presentación pública del manifiesto.

Al final, los republicanos optaron por contraprogramar la acción empresarial con un acto propio. La respuesta que se brindó entonces al empresariado no fue la esperada e intensifica la distancia entre la clase política llamada a gobernar y el empresariado catalán. Se esperaba algún gesto, aunque fuese mínimo, más allá de hablar de amnistía e autodeterminación. Se requería alguna complicidad que respondiese a la alerta que se había lanzado, que Cataluña va directa a la decadencia económica si no se actúa. Más, si se tiene en cuenta que este fin de semana la CUP y Arran han convocado nuevas manifestaciones en Barcelona.

Gobierno que "gobierne" 

El acto empresarial de este jueves intentó hacer ver que es necesario un Govern que "gobierne". Aunque la tónica general fue el rechazo a que la CUP ocupe una posición central en la política catalana, lo que prima es que el próximo Ejecutivo catalán tome decisiones y sea coherente de forma interna entre sus propios integrantes. Que actúe y tome cartas en el asunto para avanzar hacia una recuperación que se haga desde la cooperación en su sentido máximo, con la colaboración público-privada como eje central para recuperar el dinamismo del territorio. Era y es un mensaje al propio Aragonès, si es finalmente investido. Porel momento, cae en saco roto.