El empresario que se 'forra' con la política antieconómica de Colau
José Luis Palli, dueño de Catwalk, gran beneficiado de la expulsión de discotecas del Puerto Olímpico y del intento de 'cerrojazo' de Opium, Pachá, Shoko y Carpe Diem
3 junio, 2019 00:00El Ayuntamiento de Barcelona, con la alcaldesa Ada Colau aún al frente --mientras se resuelven las negociaciones para formar nuevo gobierno tras las elecciones municipales del 26 de mayo--, aboga por recuperar espacio público, pero en realidad está beneficiando a empresarios. Uno de ellos es José Luis Palli, propietario de la macrodiscoteca Catwalk, que se beneficiará de los cierres de los 30 locales del Puerto Olímpico y del intento de cerrojazo de Opium, Pachá, Shoko y Carpe Diem.
En efecto, el doble órdago del ejecutivo local de BComú a los negocios del Puerto Olímpico y el frente marítimo beneficiará no a los ciudadanos, sino a determinados bolsillos privados. El Hotel Arts se posiciona para pujar por las discotecas que quedarían vacías si Colau consuma el cierre en la segunda franja litoral. Pero hay más empresas que mojarían en este desafío. La mayor de ellas es Catwalk o Luna Mora SL, que recogería todo el vacío de ocio nocturno que deje el vaciado de los dos espacios: el puerto deportivo y el frente litoral.
Monopolio
¿Cómo lo haría? "No haciendo nada. Palli, al operar un club que se encuentra fuera de la Zona Marítimo-Terrestre (ZMT), vería cómo el Ayuntamiento de Barcelona elimina de un plumazo a casi 40 competidores: los del Puerto Olímpico y Opium, Pachá, Shoko y Carpe Diem", explican fuentes del sector. ¿Cuán importante sería este movimiento? "Bastante. Catwalk funciona, y bien, pero si se consuman los cierres en las dos zonas de ocio pasaría a operar un cuasi monopolio", agregan las mismas voces.
Imagen de Catwalk Barcelona, discoteca situada junto al Frente Marítimo / CG
Preguntado por su posición al respecto, la gerencia de Catwalk no ha respondido a los requerimientos informativos de este medio. Sí lo han hecho sus rivales. "Palli se encontraría en una posición muy óptima. Vería como desaparecen cuatro grandes de la noche situados junto a él el próximo 21 de junio --si el Ministerio de Hacienda no lo impide--. Y como el Ayuntamiento de Barcelona asume la gestión del Puerto Olímpico y cierra también los 40 locales de ocio nocturno en 2020, la zona se convertiría en un páramo de discotecas salvo por su club", insisten.
Sangría de clubes
Hay otro elemento que beneficiará a Palli y su equipo. La sangría de licencias de ocio nocturno en Barcelona. El sector calcula que se han cerrado en torno a los cien clubes en los últimos años. Quedan, calculan, apenas medio centenar de autorizaciones de discotecas en la trama urbana de Barcelona. "Se trata de focos muy concentrados: la calle Tuset, el frente marítimo o el Puerto Olímpico. En el resto de la urbe no hay nada. Y fíjate que es la segunda mayor ciudad española", lamentan. A este respecto, citan las fuentes consultadas la recientes clausura del nuevo Bailén 22 por parte del ejecutivo local de Ada Colau en Barcelona, o las trabas para operar a The Bunker. "Ya no dan licencias y las que hay se examinan con lupa para ver su cumplen con la normativa de regulación de sonido", alertan.
A este pressing municipal se le suma la pérdida de caja. José Luis Pallí abrió Trauma en 1978. La pista de baile para el público maduro echó el cierre en 2017, antes de soplar las 40 velas de su cumpleaños. Paradójicamente, el edificio de la calle Consell de Cent número 288 es propiedad del operador. Su intención, informan fuentes del sector, era reformar el inmueble y aperturar un hotel. No obstante, el plan especial urbanístico de alojamientos turísticos (Peuat) frustró la operación. Ahora, otras dos polémicas decisiones municipales podrían resarcir al histórico empresario de la noche.