Vuelven las señales de una nueva recesión económica

Las alarmas saltaron ayer en Wall Street cuando se avistaron las señales de una nueva recesión en camino. El tipo de interés de los bonos del Tesoro a diez años cayó hasta cruzar el rendimiento de la deuda pública a tres años y a tres meses.

Por eso, la bolsa neoyorquina terminó la jornada en rojo, aunque logró limitar las pérdidas que había registrado durante ciertos momentos de la sesión. Al final del día, el Dow Jones de Industrial retrocedió un 0,87%, mientras que el selectivo S&P 500 perdió un 0,69% y el índice compuesto del mercado Nasdaq se dejó un 0,79%.

Caída continuada

Pese a que remontó algo durante el día, al cierre de Wall Street el rendimiento del bono a diez años se situaba en torno al 2,26%, muy lejos del 3% que rondaba hace apenas seis meses después de una caída continuada durante año y medio.

Más aún, los bonos a 10 años llegaron a colocarse en un rendimiento del entorno de los títulos a tres años y a caer por debajo de la deuda a tres meses. Esa llamada inversión de la curva de los tipos es una tradicional señal de nubarrones económicos y ha adelantado muchas de las últimas recesiones.

Guerra EEUU-China

El fenómeno está sobre todo vinculado a la guerra comercial entre Estados Unidos y China, con un creciente sentimiento de que el conflicto puede alargarse y tener graves repercusiones en la economía global.

La situación ha hecho que muchos inversores se alejen de los valores más arriesgados, como las acciones, y apuesten por los productos considerados seguros, como la deuda pública a largo plazo, lo que a su vez sube su precio y hace bajar su rendimiento.

Crisis contagiosa

Pese a que la economía estadounidense sigue avanzando a buen ritmo, los datos de otros países apuntan a una ralentización a escala global que puede terminar por contagiarse.

Esos miedos se han incrementado en los últimos días, con nuevas señales de que la solución a la disputa comercial puede ser aún lejana.

Los problemas continuarán

El presidente de EEUU, Donald Trump, aseguró el lunes que ve poco probable que haya un acuerdo a corto plazo con Pekín. Poco después, desde China se apuntaba la posibilidad de que el Gobierno pueda vetar a las empresas estadounidenses el acceso a las llamadas "tierras raras".

Son metales fundamentales para fabricar muchos dispositivos electrónicos y están en gran medida bajo control del gigante asiático, al que corresponden el 80% de sus exportaciones.