Una prostituta en una cama la noche del 31 de diciembre / CG

Una prostituta en una cama la noche del 31 de diciembre / CG

Vida

Fin de año se convierte en ‘el agosto’ de las prostitutas

Sus clientes principales son los hombres que no quieren pasar solos la noche del 31 de diciembre; pueden cobrar hasta 1.500 euros por la compañía

29 diciembre, 2017 00:00

Durante las fiestas navideñas, por norma general, el trabajo de las prostitutas tiende a bajar. Las comidas y cenas en familia durante más de una quincena obligan a los clientes de las profesionales del sexo a tener que renunciar a sus servicios. O, como mínimo, los limitan.

“Estos días están más controlados”, explica Martina, escort (prostituta de lujo), a Crónica Global. Argumenta que tanto ella como sus compañeras han notado un descenso de sus citas, sobre todo en los días festivos señalados, y es antes o después cuando pueden cerrar encuentros: “Es cuando están más libres”.

Mujeres de compañía

Por eso ahora tienen como fecha predilecta el 31 de diciembre, fin de año, básicamente como acompañantes de aquellos hombres solitarios que detestan pasar esa noche sin compañía.

“Es la noche más interesante porque te hacen propuestas para pasar la noche con ellos”. Un servicio por el que pueden llegar a cobrar 1.200 euros si la cita es en Barcelona ciudad, y hasta 1.500 euros si se da fuera.

Esta escort sostiene que en Barcelona se da un problema añadido que ha hecho de diciembre uno de los peores meses para ellas, y es la situación política actual. Su principal cartera de clientes son empresarios y cada vez son menos los que viajan a la capital catalana por cuestiones de trabajo.

Madrid, destino perfecto

“En las páginas web de las (prostitutas) independientes verás que todas tienen viajes programados por estas fechas, porque aquí se ha puesto muy difícil el trabajo”, cuenta Martina. Y Madrid es, para ellas, el destino perfecto para cambiar su sede cada cierto tiempo. Ella misma lo hará a partir de febrero.

A la fuga de empresarios y, como consecuencia, de prostitutas, se suma el descenso de turistas que otros años habían elegido Barcelona para pasar sus fiestas de Navidad y, de paso, se habían convertido en sus clientes esporádicos. Este año no pasa. “Todas las chicas se quejan y estamos viajando todas fuera de la ciudad”. Barcelona ya no tiene la alegría económica que siempre ha tenido”.