El pueblo catalán de playa y casitas blancas donde mejor se come, según National Geographic
En la Costa Brava encontramos una de esas zonas en las que se puede disfrutar de las mejores vistas, las mejores experiencias y también la mejor gastronomía: te contamos todos los detalles
25 agosto, 2024 15:00Noticias relacionadas
En Cataluña (y también el resto de España, claro), la gente tiene claro que como se come en su tierra, no se come en ningún otro lugar. La gastronomía es uno de los grandes puntos fuertes de una zona tan diversa como esta y es habitual que todo el mundo busque los mejores lugares para comer y disfrutar de la experiencia.
Si estás buscando ese sitio idílico, la reputada cabecera National Geographic ha hablado: en la Costa Brava, en un pueblo tan mágico como especial, encontramos el lugar ideal para comer. Te contamos todos los detalles para que no te pierdas nada.
Este es el pueblo que conquista en Cataluña con su gastronomía
Sea como sea, en España se come bien. En cualquier región, pueblo o rincón del país. Conscientes de esto, la publicación especializada en viajes National Geographic ha creado un nuevo listado que destaca los municipios del país que no solo merecen una visita por su encanto, sino sobre todo porque “se come muy bien”.
En total, el ranking de la revista incluye casi 20 municipios “secretos y monumentales”, y entre ellos aparece uno de Cataluña. Un lugar que, aunque no es tan secreto, está bastante apartado y, sí, es monumental por su belleza. Se trata de Cadaqués.
Por qué Cadaqués es tan especial
Estamos hablando del chiringuito más vanguardista de la Costa Brava, el bar Marítim. Por el célebre Marítim pasaron genios de todos los ámbitos. De las artes plásticas tenemos a Dalí, Richard Hamilton y Marcel Duchamp, pero hay más. El actor Kirk Douglas, el filósofo Umberto Eco o el Nobel de literatura Gabriel García Márquez también se dejaron ver por allí, contribuyendo a engrandecer su leyenda.
“Estábamos en el Marítim, el populoso y sórdido bar de la gauche divine en el crepúsculo del franquismo, alrededor de una de aquellas mesas de hierro con sillas de hierro donde apenas cabíamos seis y nos sentábamos veinte”, recordaba Gabo en uno de sus relatos de Doce cuentos peregrinos. Una prueba más de que el lugar le dejó huella y de que en los 60 y 70 era un hervidero. Pero ya llevaba años siendo popular.
Abierto en 1935 por Pere Figueras, el local rápidamente ganó fama. Dalí amarraba su barca frente al chiringuito y en más de una ocasión se dejaba caer por allí. Incluso Gala, la esposa de Dalí, pedía a la dueña que besara los bigotes del artista.
Qué comer en el restaurante
Pero más allá de su historia, la comida también es relevante. En el Marítim de Cadaqués se pueden degustar unas buenas tapas. Desde unas bravas, calamares y croquetas, hasta un tataki de toro o una ventresca completa. Quienes busquen algo refrescante también pueden optar por ventresca de toro, un sashimi de chuletón o un ceviche peruano. Tampoco faltan las anchoas de L’Escala, ensaladas o coques.
Qué ver en Cadaqués
Sobre qué hace “monumental” a este municipio, las palabras se quedan cortas. El casco antiguo, con sus calles laberínticas y estrechas, cautiva por las casas blancas con acabados de madera que le dan el aspecto marinero que uno espera de un lugar costero. El pueblo, de origen medieval y rodeado por una gran muralla, ocupaba el espacio que hoy es el centro histórico de la localidad, cuyo punto más alto se encuentra en la iglesia de Santa María de Cadaqués. Llegar hasta ahí garantiza una vista preciosa del pueblo, de la bahía de Cadaqués, de la isla es Cucurucuc e incluso del faro de Cala Nans.
Cómo llegar
Llegar hasta allí no es sencillo. Implica un largo trayecto y, necesariamente, pasar por una carretera de curvas, la GI-614, que es tan conocida como peligrosa para quienes visitan el pueblo. Desde Barcelona se tarda más de dos horas, pero hasta la carretera de Cadaqués todo es autopista (AP-7), carretera nacional (N-II) y la comarcal llena de rotondas que es el tramo de la C-260 que une Figueres con Roses.