El sindicato mayoritario de la Guardia Urbana lima asperezas con el Ayuntamiento de Barcelona
CSIF lidera la mesa de diálogo con el consistorio barcelonés con el objetivo de revertir la situación de crispación que se ha vivido en el cuerpo durante los últimos meses
1 septiembre, 2024 00:00Noticias relacionadas
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La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), el sindicato mayoritario de la Guardia Urbana de Barcelona (GUB), inicia este mes de septiembre los encuentros dialogados con el consistorio barcelonés con el objetivo de revertir la situación de crispación que se ha vivido en el cuerpo durante los últimos meses.
Eugenio Zambrano, portavoz de área policial de CSIF, explica que la plantilla, cansada y desmotivada, lleva años arrastrando varios "problemas de base". Disfunciones que han acabado lastrando al grueso de los agentes, que se plantaron durante el mes de agosto, negándose a realizar horas extraordinarias. "Fue un toque de atención. Una manera muy clara de visibilizar el hartazgo de los policías", explica el portavoz.
La GUB se 'planta' en pleno agosto
Para Zambrano, el detonante ha sido "un cúmulo de malos acuerdos" apoyados por UGT y CCOO, que han permitido el constante "desprecio institucional" hacia los agentes de la Urbana de Barcelona. Entre otros, el portavoz de CSIF destaca una desigualdad retributiva de 261 euros con respecto a otros funcionarios de la misma categoría profesional; un cómputo global de horas que resulta desfavorable para la plantilla de la GUB; o una ratio de agentes insuficiente. "Necesitaríamos unos 1.000 agentes más", manifiesta el portavoz.
Todo ello ha ido mellando los ánimos de la Guardia Urbana de Barcelona, hasta el punto de que el grueso de los agentes se han negado a realizar horas extraordinarias en pleno periodo estival y a las puertas de la Copa América de Vela. Un sentimiento de hartazgo y crispación que, desde CSIF, esperan empezar a revertir con las próximas reuniones con el consistorio.
El detonante: la paga de abril
Eugenio Zambrano explica que ya se han marcado las fechas para las primeras mesas de diálogo con el Ejecutivo municipal; reuniones que se iniciarán este mes de septiembre y con las que CSIF espera que el consistorio acepte algunos de sus reclamos. Algunas de las demandas "más urgentes" son: el "restablecimiento y equiparación del plus de experiencia profesional" -equiparado al resto de empleados municipales-; y el "restablecimiento de la paga de abril",
De hecho, ha sido la reestructuración de la conocida como "paga de abril" lo que motivó a los agentes a dar plantón al ayuntamiento y negarse a realizar las horas extra. A partir de septiembre, esta retribución se dividirá en dos: el 70% se seguirá cobrando en primavera y el otro 30% será un complemento evaluable, sujeto a productividad y a criterio de una "gerente de seguridad" que ni tan siquiera conoce a los agentes.
En este sentido, cabe recordar que el sindicato mayoritario de la GUB ya ha presentado hasta tres demandas por la vía de lo contencioso-administrativo en respuesta al "acuerdo de productividad" firmado y aprobado por el Pleno Municipal del Ayuntamiento de Barcelona, el 28 de junio de 2024. Este acuerdo, publicado en la Gaceta Municipal el 3 de julio de 2024, modifica las condiciones de trabajo del personal funcionario y laboral para el período 2021-2024, en relación con el complemento de productividad.
"Un cúmulo de malos acuerdos"
Por otro lado, la plantilla carga contra los sindicatos que pactaron algunas de las últimas condiciones de los funcionarios municipales. Por eso, en las citadas reuniones de "conciliación" CSIF pedirá diferenciar, de nuevo, los horarios diurno y nocturno, la actualización del complemento de días de especial relevancia; la reconsideración de los horarios, sobre todo los de noche, para disminuir el impacto sobre la salud; la gradación distinta del pago de las horas extra según cuándo se hagan y el pago de dietas por jornadas superiores a las 10 horas.
Debate con la categoría profesional
Paralelamente, al malestar del cuerpo se le suma que los funcionarios de la GUB son los únicos que mantienen la categoría profesional en el grupo C2. Aunque a nivel retributivo se les considera una categoría superior, es decir un C1, en lo administrativo siguen estando por debajo que el grueso de los empleados públicos del ayuntamiento. Por ello, desde CSIF también reclamarán una vez más al consistorio la "reclasificación" de toda la plantilla.