Imagen del incendio en Paüls (Tarragona)

Imagen del incendio en Paüls (Tarragona) Agents Rurals

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Cataluña firma su peor verano en incendios forestales desde 2012, con 3.000 hectáreas quemadas en Paüls

Están por delante las cifras del trágico 2012, cuando Cataluña registró más de 18.000 hectáreas quemadas

Las abundantes lluvias del invierno avivan el fuego: la vegetación creció con fuerza y ahora podría estar alimentando los graves incendios

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Cataluña sigue ardiendo. Después de un inicio de campaña forestal nefasto, con dos muertes, este lunes se han declarado otros dos incendios importantes: uno en Paüls, en la provincia de Tarragona, y otro en Pinell de Solsonès, en la de Lleida.

Ambos han generado considerables consecuencias en el territorio: el de Paüls ha afectado a unas 2.900 hectáreas y, el de Pinell de Solsonès, al menos 35. De esta manera, contando el impacto del resto de fuegos de este verano, Cataluña ya ha superado la barrera de las 7.000 hectáreas afectadas y ya está sufriendo el peor verano desde 2012.

Múltiples confinamientos

Para intentar amortiguar daños, Protecció Civil ha ordenado el confinamiento de siete municipiosEn el incendio de Paüls, declarado a las doce del mediodía, ha confinado el municipio en cuestión, junto a Alfara de Carles, Xerta y Aldover.

En las calles, puertas cerradas y persianas bajadas. En total, 2.000 vecinos encerrados. Más de 300 efectivos se han desplegado, con más de 50 dotaciones terrestres y siete medios aéreos.

A las dos del mediodía se ha declarado otro fuego en Pinell de Solsonès. En este caso, se han ordenado confinamientos en los núcleos del Serrat de les Cases, Serrat Escapçat y Serrat de l’Àliga. El operativo ha arrastrado en torno a treinta dotaciones. Se han enviado alertas por SMS y cortado varios accesos. 

El gran incendio de la semana pasada

La de este lunes 7 de julio ha sido una jornada nefasta. Una más. Daños irreparables para agricultores, y un esfuerzo incalculable entre los bomberos.

Pero entre el 1 y el 3 de julio se vivió el hasta ahora peor incendio del verano. El fuego afectó a más de 6.500 hectáreas en La Segarra, la Noguera y el Urgell, superando por sí solo todo lo quemado en 2024.

Generó un pirocúmulo de 14 kilómetros de altura, visible desde decenas de kilómetros, y muy peligroso. Como explicó a este medio Joan Biescas, antiguo cabo del parque de Mollerussa, ante esta situación los profesionales deben “dar un paso atrás porque, técnicamente, no hay nada que sirva; solo esperar que el pirocúmulo caiga”.

Lo peor fue, sin duda, las pérdidas humanas. Dos personas murieron atrapadas en un coche: el propietario de una granja y uno de sus trabajadores. También ardieron 13 masías, siete cobertizos y dos granjas.

Cataluña también ha ardido en otros puntos este verano. Martorell, Granyena de Segarra, Sant Esteve Sesrovires, Sant Salvador de Guardiola, Terrassa y Girona son algunos de ellos.

Reacción del Govern

Tras el gran incendio de Lleida de principios de mes, el Govern tomó partido. El 3 de julio, Òscar Ordeig, conseller de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, se reunió en la localidad de Guissona con representantes del sector agrario y afectados por el incendio de Vinyols i Florejacs.

Allí, reconoció la necesidad de introducir “cambios sustanciales” para mejorar la prevención y la respuesta ante incendios forestales en Cataluña. Además, anunció que la Generalitat presentará varias medidas.

El conseller de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, Òscar Ordeig

El conseller de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, Òscar Ordeig EFE

Entre estas medidas, anticipó una propuesta urgente para establecer franjas de protección en zonas habitadas, así como la adecuación de más puntos de agua para la extinción.

También planteó la necesidad de actuar en áreas estratégicas para evitar los grandes incendios de sexta generación, aquellos capaces de propagarse a gran escala por la continuidad forestal. "Un país abandonado es un país que se quema”, sentenció.

El president de la Generalitat, Salvador Illa, también visitó Guissona y también hizo declaraciones públicas tras el gran incendio. Lamentó que “los fuegos de hoy ya no son como los de hace 20 años”, tras comprobar sobre el terreno la virulencia del incendio de La Segarra. Además, advirtió que “aunque tuviéramos tres veces más recursos, hay fuegos que no se pueden apagar”.

La campaña de prevención al inicio del verano

Las autoridades eran plenamente conscientes del riesgo. Desde el inicio de campaña. En conversación con este medio, una fuente de los Bombers de la Generalitat ha reivindicado que en el cuerpo estaban todos "concienciados".

"Todos sabíamos que podia ser una campaña forestal peligrosa: había mucha vegetación seca y podía quemar. No nos pilla por sorpresa", ha añadido. Aun así, incluso con toda la preparación, la magnitud del fuego ha superado la capacidad de contención. Solo se ha podido mitigar, no frenar por completo.

A Interior tampoco le pilla por sorpresa. En la presentación de la campaña forestal, la consellera Núria Parlon advirtió que, aunque la sequía extrema se ha dado por finalizada, los efectos de los últimos tres años persisten. Señaló que esto ha dejado un 28% de árboles muertos en los bosques catalanes, lo que incrementaría la carga de combustible.

Núria Parlon, en el aeropuerto de Sabadell

Núria Parlon, en el aeropuerto de Sabadell Generalitat de Cataluña

Se esperaba que el crecimiento de vegetación provocado por las abundantes lluvias de invierno podía secarse rápidamente con las altas temperaturas del verano, incrementando el riesgo de grandes fuegos. Hay que recordar que Cataluña ha experimentado el junio más caluroso de su historia.

La Generalitat se preparó para este escenario reforzando el número de bomberos operativos e incorporando inteligencia artificial para simular incendios y anticipar fenómenos extremos como los pirocúmulos. Aun así, la intensidad del verano ha desbordado toda previsión.

Peor verano desde 2012

Cataluña registra las estadísticas de los incendios forestales desde mediados de los años 80, a través del Departament d'Acció Climàtica y el ICGC. Pues bien, el verano de 2025 ya supera las cifras alcanzadas en 2022, y se convierte en el peor en superficie afectada desde 2012.

Entonces, el incendio de La Jonquera en 2012 marcó un récord devastador: más de 10.000 hectáreas afectadas del total de 18.000 hectáreas afectadas en ese verano, y cuatro fallecidos en ese episodio en el norte de la comunidad.

Bombers de la Generalitat trabajan en la extinción de un incendio

Bombers de la Generalitat trabajan en la extinción de un incendio Bombers de la Generalitat

Ahora, el gran incendio de La Segarra ha afectado a más de 6.500 hectáreas. En 2022 también se superaron las 6.500 hectáreas. Hay que recordar que el año pasado se registraron 1.350 hectáreas afectadas en todo 2024. Y eso que el año pasado había sequía y, ahora, ya no.

El aviso de Parlon resume esta paradoja: la vegetación brotó con fuerza tras un invierno y una primavera con abundantes lluvias y, tras secarse, puede estar alimentando incendios más intensos.

Hay varios factores que pueden provocar un incendio. Cualquier chispa puede desatar un fuego, o cualquier negligencia de cualquier persona. Mientras tanto, las autoridades trabajan a destajo para que este verano no pase a la historia.