Qué fue del "Calvo de la Lotería", el actor británico que estuvo 7 años rapándose la cabeza para hacer el anuncio
- El actor, nacido en Trinidad y Tobago, participó en la primera temporada de 'The Crown'
- Más información: No es el tió: este es el personaje catalán de la Navidad que no conocen en el resto de España (ni parte de Cataluña)
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Han pasado casi 20 años desde que dejó de aparecer en los icónicos anuncios de la Lotería de Navidad, pero su imagen sigue grabada en la memoria de millones de españoles. Conocido simplemente como "el calvo de la Lotería", este misterioso personaje forma parte de la iconografía popular.
Este personaje, que supuestamente repartía suerte, se convirtió en un símbolo de la Navidad gracias a su papel en los anuncios del sorteo extraordinario entre 1998 y 2005. No le hacía falta un nombre. Su imagen bastaba.
Cómo se llama
Lo curioso es que, a pesar de su enorme popularidad, pocos conocen los detalles de su vida y su carrera. Más allá de su calvicie, que resultó ser un detalle anecdótico en la construcción del personaje, en realidad hay un ser humano con una historia que resulta más que interesante.
Para empezar, el calvo de la Lotería de Navidad española no es de aquí. Clive Arrindell, el actor que dio vida a este personaje mítico, nació en Trinidad y Tobago en 1950, pero se crió en Londres, ciudad donde reside actualmente.
Hombre de suerte, hombre sin suerte
A sus 74 años, se describe a sí mismo como alguien sin demasiada suerte en la vida personal, nunca se casó ni tuvo descendencia. Lo curioso es que a él siempre se lo ha relacionado en España con todo lo opuesto, el hombre que reparte suerte. Al menos, durante los ocho años que fue la imagen de la Lotería.
Fue en 1998 cuando se presentó al casting para el anuncio de la Lotería. No era calvo, llevaba la cabeza rapada porque estaba interpretando a un eunuco en la obra de teatro Antonio y Cleopatra. Le fue de maravilla.
Un calvo con pelo
Su imagen llamó de inmediato la atención de los responsables del casting, quienes vieron en él al personaje perfecto para encarnar ese espíritu mágico y misterioso que requería el spot. Eso tuvo consecuencias.
Durante los ocho años que protagonizó los anuncios, Arrindell tuvo que raparse la cabeza anualmente para mantener la coherencia del personaje. La repercusión del calvo fue tan grande que, si bien era símbolo de suerte y del Gordo de Navidad, tenía una cara B.
La cara B
Su imagen empezó a eclipsar a la propia marca, lo que llevó a Loterías y Apuestas del Estado a prescindir de él en 2005. Claro que la empresa estatal no pudo librarse de él tan fácilmente.
Las razones fueron varias. Por un lado, todo el mundo relacionaba el Gordo y la Navidad con él. Por otro, estaba la ley. Arrindell tenía contrato hasta 2009, por lo que siguió cobrando hasta entonces. El actor británico se acabó embolsando 1,44 millones de euros, según reveló el periódico británico The Guardian, por su imagen.
Actor de películas
A eso se le suma, que su imagen, al menos en España, siempre quedó encasillada con la del “calvo de la Lotería”. La situación fue tal que en 2013, cuando regresó a España para participar en una campaña navideña de Acción contra el Hambre, retomó el icónico look de calvo vestido de negro que tanto marcó su carrera.
Arrindell trató de sacar esa imagen de la cabeza de todos. En 2014, apareció junto a María Adánez en la película Cowboys. Su personaje no tenía relación con los anuncios, su estética seguía recordando a la de los anuncios de la Lotería.
Su papel en 'The Crown'
En su país no tenía esa imagen y en 2016, Arrindell participó en un pequeño papel en la primera temporada de The Crown, donde interpretó al propietario de un periódico. Y esta vez, en España, no pudieron reconocerlo con “el calvo de la Lotería”.
El actor lució en la serie su cabello natural y resultó prácticamente irreconocible para el público español. Eso le permitió que, más tarde, en 2019, volviera a la publicidad navideña en España, pero con un anuncio para Pescanova, en el que lucía un llamativo bigote que soltaba una lluvia de "rodolfos" al ser frotado.