La otra catedral de Lleida

La otra catedral de Lleida

Historia

La otra catedral de Lleida: una joya del siglo XVIII escondida bajo tierra

Publicada

Noticias relacionadas

Uno de los mayores atractivos de Lleida es su catedral. Situada sobre un prominente cerro con vistas únicas sobre el río Segre y la ciudad, la Seu Vella es una joya arquitectónica que encierra siglos de historia y curiosidades que la convierten en un tesoro histórico cultural de más de 800 años de antigüedad. Pero tiene competencia.

Durante el mismo siglo en que fue erigida la llamada Catedral Nueva, varios metros por debajo, otros trabajadores erigían otro templo. Se trata de una obra que ha evitado que la ciudad acabara destruida y no se trata de un castillo de defensa. Se trata de otra catedral, pero no es religiosa.

Una obra del siglo XVIII

Por mucho que pueda parecer una exageración, el Dipòsit del Pla de l’Aigua es conocida como la "Catedral del Agua". Inaugurado en 1784, esta construcción no solo representa un hito en la gestión del agua potable en la ciudad, sino que también es una obra maestra de ingeniería que sigue sorprendiendo a quienes lo visitan

La razón por la que se dice que ha salvado a la ciudad de ser destruida es porque ante las grandes lluvias, el agua se va acumulando allí, antes de anegar sus calles. Pero en realidad, este depósito fue construido para resolver las graves carencias de abastecimiento de agua potable que afectaban a la Lleida medieval, agravadas por recurrentes epidemias. 

Cómo es

La construcción de este espacio bajo el suelo marcó un antes y un después al permitir la distribución del agua proveniente del canal de Pinyana a través de cinco fuentes monumentales: la de l’Ensenyança, la del Roser, la de la Catedral, la de Sant Francesc y la de Sant Joan, esta última conocida popularmente como la de les Sirenes.

Bajar a las entrañas de Lleida para ver este depósito es toda una experiencia. Construido con 25 pilastras de piedra y cubierto por seis imponentes bóvedas de cañón, sus dimensiones y estructura evocan la majestuosidad de una catedral subterránea.

Visita gratuita

El depósito, con capacidad para almacenar nueve millones de litros, se caracteriza por su diseño robusto y funcional. Lo curioso es que este espacio es desconocido para muchos, pero la ciudad no deja de promocionarlo.

El acceso al Dipòsit del Pla de l’Aigua es gratuito, convirtiéndolo en un destino accesible tanto para locales como para turistas. Su interior, además de asombrar por sus proporciones, permite entender cómo la ingeniería del siglo XVIII logró superar los retos de abastecimiento en un entorno urbano en crecimiento.

Un museo muy completo

La conocida como Catedral del Agua forma parte del Museu de l’Aigua de Lleida, un proyecto que destaca la importancia del agua en el desarrollo de la ciudad y su entorno. Y es que el paso del Segre por la ciudad es su principal sello de identidad.

El museo incluye otros espacios emblemáticos como los Pous de Gel, construidos en el siglo XVII para almacenar hielo; el Molí de Sant Anastasi, de origen medieval; y las fuentes monumentales del siglo XVIII, que distribuían el agua del Dipòsit. Además, el centro organiza rutas como las del Canal de Pinyana, el más antiguo en activo de Cataluña, y el Canal de Seròs, clave en la electrificación de la región, completan una experiencia que combina patrimonio histórico y natural.

En cualquier caso, la conexión de Lleida con el agua no se limita al pasado. Espacios como el Parc de la Mitjana y el pantano de Utxesa, vinculados al Canal de Seròs, son testigos de cómo la ciudad ha sabido aprovechar este recurso para su desarrollo y para la creación de entornos naturales que hoy son esenciales para el ocio y el turismo.

El Dipòsit del Pla de l’Aigua, por tanto, es sólo un espacio más dedicado a este gran bien de la naturaleza que cada vez escasea más. Que en Lleida tenga toda una catedral para acumularla y de estas características no hace más que sumar un atractivo a esta capital del interior de Cataluña.