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Ursula Corberó es, junto a Penélope Cruz, una de las actrices españolas más internacionales del momento y, sin duda, la intérprete catalana con mayor impacto mediático y reconocimiento. Su rol en La casa de papel la catapultó a la fama de forma directa, pero ella no ha perdido las raíces con su tierra.

No es tan extraño verla por algún bar o discoteca de Barcelona o pasear por las calles de su pueblo, que se encuentra en la periferia de la ciudad condal. Se trata de Sant Pere de Vilamajor.

Dónde está

Este municipio catalán situado en la comarca del Vallés Oriental está bastante cerca de una de las montañas más queridas por los barceloneses, el Montseny, una zona que se llena de familias en otoño para ir a buscar castañas y observar los colores de los árboles. Seguramente, una excursión que, cuando era niña, Corberó pudo hacer.

En cualquier caso, lo que se puede decir es que la actriz se crió en uno de los pueblos más tranquilos de Barcelona. Y es que, a pesar de ser uno de los municipios más grandes de la comarca, su baja densidad de población le permite conservar una atmósfera tranquila y rural. Y es que si bien junto con los municipios que lo conforman tienen 4.862 habitantes, en el núcleo urbano de Sant Pere, no alcanza los 1.000, se queda en 675 vecinos.

El pueblo de Úrsula

Pero esto son sólo datos. La historia del municipio es otra. Los orígenes de Sant Pere de Vilamajor se remontan a la época prerromana. Los hallazgos de restos ibéricos y romanos indican la existencia de un enclave que, más tarde, en la época visigoda, se consolidaría como una villa romana. Sin embargo, es en el siglo IX cuando comienza a establecerse una población estable alrededor de una pequeña iglesia, siendo este el punto de partida de la identidad histórica de la localidad. Es entonces cuando empieza su auge. 

Durante la Edad Media, Sant Pere de Vilamajor alcanzó gran relevancia como residencia de la nobleza catalana. En el lugar donde se encuentra la actual iglesia, se levantó el Palacio Condal, que fue ocupado en ocasiones por figuras como Ramón Berenguer IV y Petronila de Aragón, condes de Barcelona.

Sant Pere de Vilamajor

Con el paso de los siglos, Vilamajor fue perdiendo protagonismo. Los condes dejaron de visitar el palacio, y un terremoto que sacudió la zona en 1448 causó graves daños en las edificaciones, afectando especialmente al palacio condal, que ya estaba en malas condiciones. 

A lo largo de la época feudal, la población diseminada de Vilamajor impulsó la construcción de ermitas y capillas, como la ermita prerrománica de Can Nadal, considerada la más antigua del municipio, y la ermita de Sant Elías, edificada en el siglo XV. Pero eso no sirvió de nada. La gente se fue yendo. Ya, en el siglo XX, la localidad experimentó un declive demográfico que fue revirtiéndose con la construcción de residencias de verano de estilo modernista y urbanizaciones que atrajeron a nuevos residentes.

Qué ver

De toda esa época algo queda. El núcleo antiguo del pueblo, conocido como La Força, es uno de los puntos más emblemáticos de Sant Pere de Vilamajor. Este barrio medieval fortificado alberga elementos destacados, entre los cuales la Torre Roja es uno de sus mayores atractivos.

Este campanario románico de base cuadrada, que mide 25 metros de altura, es de tal valor que ha sido declarado Bien Cultural de Interés Nacional. Construida en estilo románico lombardo, la Torre Roja está formada por tres niveles: el primero alberga pequeñas ventanas para iluminar la escalera, el segundo exhibe ventanas geminadas, mientras que el último fue adaptado en el siglo XVIII para alojar las campanas. La torre, restaurada en 1929, es un vestigio esencial del antiguo conjunto medieval de La Força.

La Força de Corberó

Dentro del antiguo pueblo amurallada también se encontraba la Torre Negra, una estructura de base circular construida con piedras oscuras de río, aunque hoy en día solo se conserva su base. Las murallas del recinto medieval rodeaban no solo las torres, sino también el castillo y diversas dependencias, que incluyen el patio de armas, una herrería y la antigua iglesia románica. A lo largo de los siglos, estas defensas fueron reforzadas y ampliadas, aunque muchas de sus estructuras se han perdido con el tiempo.

Con la despoblación sufrida a lo largo del siglo XX, La Força sufrió también un proceso de deterioro considerable, y numerosas casas y elementos castrales fueron demolidos, alterando su imagen original. Con el objetivo de preservar este patrimonio, el Ayuntamiento de Sant Pere de Vilamajor, junto con la Universidad Politécnica de Cataluña, trabaja en un Plan Especial de Protección que busca conservar el carácter único y el legado histórico de este núcleo medieval.

Cómo llegar

Quién tenga curiosidad por visitar el pueblo de Úrsula Corberó debe saber que no está muy lejos de Barcelona, a unos 45 kilómetros. El equivalente en tiempo son unos 30-40 minutos en coche.

Lo normal es ir por la autopista AP-7 en dirección a Girona y tomar la salida 12 hacia Cardedeu. Desde allí, se sigue por la carretera C-35 en dirección a Llinars del Vallès, y luego se coge el desvío hacia la carretera BV-5108, que lleva directamente a Sant Pere de Vilamajor.