A pinchazos y pedradas contra las ambulancias: La Pau acusa de sabotaje a su plantilla en el País Vasco

A pinchazos y pedradas contra las ambulancias. La cooperativa La Pau denuncia llevar varios meses sufriendo una huelga encubierta y saboteos que provocan "retrasos constantes" en el servicio de ambulancias que presta en los municipios vascos de Bizkaia y Araba. De hecho, acusan a parte de la plantilla de ausencias injustificadas y de poner gravemente en riesgo "la salud y seguridad de los pacientes".

Este es el último episodio del serial de desencuentros entre trabajadores y las nuevas empresas adjudicatarias del contrato de transporte sanitario urgente licitado por el Gobierno del País Vasco. La polémica ya saltó a inicios de octubre, con un vídeo que animaba a los huelguistas a utilizar "cuchillos, bates, gasolina y cócteles molotov" durante la convocatoria oficial.

Pinchazos de ruedas, lunas rotas, cinturones cortados...

Fuentes de La Pau aseguran que más del 25% de la plantilla se está ausentando de su puesto de trabajo de forma injustificada, y calculan que el nivel de absentismo triplica el habitual en el resto de la cooperativa y del sector.

También acusan a parte de la plantilla de diversas prácticas de sabotaje contra sus ambulancias. Como ejemplo, indican que tres ambulancias han pinchado en una sola mañana y que "las ruedas de 45 ambulancias fueron pinchadas en la explanada superior de su base de Zorrotza, en Bilbao".

El total de vehículos saboteados, calculan, ha ascendido a 169 por varios actos vandálicos: pinchazos, incendios, pintadas, roturas de lunas, cinturones de seguridad cortados... incluso "dos ambulancias fueron apedreadas mientras transportaban a pacientes".

"Coacciones y amenazas" a compañeros

"La Pau condena enérgicamente estas acciones que atentan contra la esencia misma de nuestra labor, la cual está enfocada en proporcionar atención sanitaria de calidad de manera oportuna", reza la cooperativa en una nota difundida este jueves 7 de diciembre.

En el mismo comunicado, llama a los representantes de los trabajadores a "condenar los actos vandálicos" y dejar "de una vez por todas las coacciones y las amenazas hacia propios compañeros, señalados públicamente por querer trabajar".

Los responsables reiteran también su disposición al diálogo para "lograr resolver estas discrepancias y restaurar la normalidad en beneficio de quienes mas necesitan nuestra ayuda", concluye la nota.

Polémica por un vídeo que animaba, precisamente, a la violencia

Su único fin, presionar "para ceder ante sus pretensiones", acusan las mismas voces, que creen que esta situación es la respuesta al fracaso de la huelga oficial convocada por los sindicatos, seguidas por menos de un 30% de los empleados.

Tras conseguir el contrato de transporte sanitario urgente licitado por el Gobierno vasco, sindicatos como CCOO convocaron tres días de paros en demanda de un "convenio digno". Las protestas arrancaron con una gran polémica por un vídeo que, difundido entre los empleados, llamaba a utilizar "cuchillos, bates, gasolina y cócteles molotov".

La grabación mereció la condena del Departamento vasco de Salud, que tildó los llamamientos de "totalmente inaceptables y merecedores del reproche de la sociedad".