La mayoría de los medios abren este domingo con el terremoto de Marruecos tanto por la magnitud de la catástrofe, en la que se contabilizan ya más de dos mil muertos, como por el grosor de la comunidad marroquí en España y especialmente en Cataluña. Pero la investidura sigue en el primer plano con profusión de entrevistas a los primeros actores del interminable sainete. Y más en la previa de un Onze de Setembre con escaso ardor mediático. Sin embargo, no podía faltar uno de los clásicos de la historia, el número de autobuses, doscientos, que dice la Assemblea Nacional Catalana (ANC) que acudirán a Barcelona repletos de manifestantes. En paralelo, la operación salida de Barcelona de decenas de miles de vehículos con manifestantes partidarios de los puentes.
La amnistía es la gran cuestión. Todo el mundo la da por segura, lo que no es garantía de nada, pero anima tertulias, análisis y entrevistas. Notable controversia que ha venido a sustituir el ósculo de Rubiales a la futbolista Hermoso. En El País se afirma que "Sánchez apuesta todo al pacto con Junts pese a la presión contra la amnistía". Sin embargo, hay escollos, como refleja el sumario: "Puigdemont mete prisa para aprobar la ley antes de la investidura pero el Gobierno lo ve difícil". El texto es de Carlos E. Cué: "Todos los que han hablado con Pedro Sánchez en los últimos días transmiten la misma idea: el presidente está completamente decidido a buscar el pacto con Junts y sacar adelante su investidura a un coste alto. La oposición ha subido el nivel de la crítica esta semana y prepara una ofensiva contra esa negociación. Pero además, a este rechazo se ha sumado la vieja guardia de su partido, con Felipe González y Alfonso Guerra a la cabeza, que exigen al presidente que no conceda una ley de amnistía a los independentistas porque la ven inconstitucional. Frente a toda esa presión externa, Sánchez está absolutamente decidido a aguantar y mantener el rumbo de la negociación con Junts, ERC, PNV, Bildu y los demás aliados que le lleva directo a la investidura, según todas las fuentes de su entorno consultadas. La repetición electoral, una operación de alto riesgo que ya salió mal en 2019 —el PSOE perdió votos, escaños y margen de gobernabilidad— ni se contempla en La Moncloa como una opción. Sánchez ha ordenado ir con todo a sacar la investidura, y eso es lo que están haciendo sus negociadores, con Félix Bolaños al frente".

Portada de 'El País' del 10 de septiembre de 2023

Línea después, Cué apunta que "el presidente tiene una trayectoria política absolutamente atípica, en la que después de ser descabalgado por un golpe interno de los barones territoriales con apoyo de la vieja guardia volvió para ganar unas primarias contra todo el establishment del PSOE. Sánchez solo tiene un libro publicado, y precisamente lo tituló Manual de resistencia. Él ha construido su épica alrededor de su capacidad de hacer frente a todas las críticas posibles. Y ahora, cuando después de que muchos le dieran por acabado, ha logrado un millón de votos más que nadie esperaba, Sánchez se siente absolutamente legitimado para dar el salto que supone promover un carpetazo definitivo al procés en forma de amnistía, después de dar pasos muy relevantes como los indultos y la reforma del Código Penal de los delitos de sedición y malversación. En su entorno no se perciben dudas, ni acusan los golpes de las críticas de históricos del PSOE o de los dos barones siempre más alejados del presidente, Emiliano García-Page y Javier Lambán. “Va a ser muy duro, pero va a salir. La gente quiere un Gobierno progresista”, resume un ministro. ”A algunos veteranos no los vimos pidiendo el voto para ganar el 23J y eso no lo perdona la militancia”, señala un barón territorial al hablar de González y Guerra. Otros dirigentes temen que la oposición suba el nivel en octubre, cuando se intensifique la negociación, y llegue incluso a manifestaciones frente a las sedes del PSOE. Pero aún así, todos parecen decididos a aguantar".
En España, el que resiste, gana, decía el nobel Cela. 
Interesante entrevista al gran mediador, Jaume Asens, en El Diario. El titular es un entrecomillado del protagonista: "Zapatero podría jugar un rol interesante en la negociación entre Puigdemont y Sánchez". También destaca esta otra frase: "El Constitucional fue el origen del problema en Catalunya, pero ahora puede ser la solución". El "origen" es la sentencia sobre el Estatut de 2010. La pieza viene con la firma de Arturo Puente. Ahí va una selección de las preguntas y respuestas más notables: 
Pregunta: Se ha mostrado optimista sobre un acuerdo con Puigdemont para investir a Sánchez. ¿Cuál cree que será el punto clave?
Respuesta: La amnistía. Creo que la investidura girará alrededor de la amnistía porque es la piedra angular de todo lo demás.

P: Puigdemont también pidió un relator, un intermediario. ¿Cómo lo ve?R: No debe ser un problema. Es una propuesta que el independentismo ha planteado antes, ya en la declaración de Pedralbes se hablaba de esto y ahora lo que hay que buscar es la figura o el equipo que dé confianza a ambos lados. En toda negociación puede ser útil alguien que de fe o que facilite el diálogo, sobre todo cuando se parte de una desconfianza profunda. En esto ahora nosotros (Sumar) tenemos un papel importante porque entre Junts y el PSOE, y entre Puigdemont y Sánchez, hay una gran desconfianza que viene de lejos. Pero, más allá de nuestro papel, podría haber otras figuras útiles, como la de [José Luís Rodríguez] Zapatero.
P: ¿Qué papel podría jugar el expresidente?

R: Creo que tiene una imagen y una legitimidad que se ha ganado a pulso en los últimos tiempos y que es una persona que tiene un perfil que podría jugar un rol interesante en la negociación entre Puigdemont y Sánchez.

P: ¿Está pensando en que Zapatero vaya a Bruselas a ver a Puigdemont, por ejemplo?

R: Es una opción. Yo creo que sería una imagen que ayudaría. Igual que nuestro gesto yendo con la vicepresidenta Díaz fue un gesto de reconocimiento. Cualquier negociación política parte de la necesidad de reconocer al otro, la legitimidad del otro, cosa que no quiere decir compartir sus razones, pero sí entenderlas como racionales y legítimas. Nuestra reunión en Bruselas tenía que ver con esta intención de reconocer a nuestro interlocutor.

P: ¿Puigdemont les había pedido que fuera Yolanda Díaz?

R: Sí, fue una petición de Junts, pero nosotros no tuvimos ningún problema porque nos parece un gesto de distensión y positivo. Y que sería para allanar el camino y para facilitar que otros después pudiesen transitarlo. Además, era también una cuestión de transparencia, porque mientras otros hablan a través de emisarios, nosotros creemos que no tenemos nada que esconder, sino tratar a la ciudadanía como adulta que entiende la situación.

P: Una vez ha ido la vicepresidenta Díaz, ¿tendría sentido que la negociación se cerrara con algún miembro del Gobierno, del PSOE, acudiendo a Bruselas?

R: Yo creo que eso permitiría normalizar la situación. Venimos de una época que se ha demonizado mucho a Puigdemont, se le ha presentado como el enemigo número uno en España y se le ha comparado con el nazismo, y tenemos que superar esa etapa de reproches y caricaturas sobre Puigdemont, porque eso dificulta el diálogo democrático. Ha habido falta de empatía por ambos lados, también actores importantes del independentismo han sido ciegos a las razones de los otros. Por eso creo que en esta nueva etapa que se abre sería conveniente construir puentes.

P: Las reacciones al encuentro entre Díaz y Puigdemont han sido furibundas por parte de la derecha e incluso se ha removido la vieja guardia del PSOE. ¿Cómo lo interpreta?

R: En el caso del PP es un gran ejercicio de hipocresía, porque critican lo mismo que hacen ellos. El PP han estado interlocutando con Junts y con el interlocutor que les ha dicho Junts. Si el PP considera que Junts es un partido legítimo y democrático, tal como dijo, ¿cómo no va a serlo su líder? Es una cuestión de sentido común. En el fondo hay un dificultad del PP para aceptar las reglas del juego democrático. El gran drama de España es que tenemos una derecha con una esencia predemocrática y que tiene una visión patrimonialista del poder.
O sea, que Puigdemont pidió que le fuera a ver la señora Díaz y el PP ha hablado con Junts. Al hilo de esta última afirmación de Asens cuenta Ok Diario que "González Pons es el elegido por Feijóo para hablar con Junts: «Ya ha habido varias reuniones»". Noticia bomba con la firma de Laura Fernández-Cañas: "El Partido Popular echa el resto. Las cuentas no salen para la investidura de Alberto Núñez Feijóo, el tiempo se agota y los populares ya no esconden su intención de buscar los votos o la abstención de Junts per Catalunya. Las negociaciones han comenzado y, según ha podido saber en exclusiva Ok Diario, el interlocutor designado por Feijóo para hablar con Junts es Esteban González Pons, vicesecretario de Asuntos Institucionales del PP. Pons está manteniendo contactos telefónicos y por videoconferencia con el equipo negociador del fugado Carles Puigdemont «desde hace días» y al menos «un encuentro secreto con los independentistas en un domicilio privado de Barcelona», según ha podido saber este diario". Y: "Fuentes cercanas a los equipos negociadores no sólo confirman estos contactos sino que destacan que «si fuera por Junts, pactarían con el PP, ya que tienen mucha más sintonía que con el PSOE». El PP se ha mostrado dispuesto a dialogar con la formación catalana después de que negara estos contactos por activa y por pasiva".

Portada de 'La Razón' del 10 de septiembre de 2023

El caso es que La Razón entrevista a Alberto Núñez Feijóo, quien no desmiente esos contactos. Dice el líder del PP que "Si hay ley de amnistía, habrá respuesta judicial, política y electoral", frase que compone el titular de la pieza que firma Carmen Morodo. Estas son las preguntas y respuestas de mayor relieve: 
Pregunta: ¿Carles Puigdemont es un delincuente?
Respuesta: El expresidente de la Generalitat es un fugitivo de la Justicia española, reclamado no por un juzgado de instrucción, sino por el Tribunal Supremo de España. Si regresase a España, probablemente ingresaría en prisión.

P: ¿Qué pensó al escuchar las condiciones que él marcó esta semana pasada para dar su «sí» a la investidura de Pedro Sánchez?

R: Que nadie puede someter al Estado a sus necesidades personales y políticas. Y que a nadie se le puede permitir que deslegitime a un Estado con una democracia tan consolidada como la que tenemos en España.

P: Ya habrá visto que Moncloa lo fía todo a que, finalmente, una ley de amnistía en favor de los independentistas, o como la quieran llamar, pase el filtro del Tribunal Constitucional.

R: Probablemente el señor Sánchez ha vuelto a renunciar a sus principios y a su dignidad, pero lo que no puede hacer es negociar con la dignidad de España. Han sido reiteradas las manifestaciones de Sánchez y de sus ministros defendiendo que la amnistía no cabía en la Constitución, y en la campaña incluso contestó que no podría aceptarla. ¿Qué ha cambiado en estos dos últimos meses? Pues solo dos cosas, que Sánchez ha perdido las elecciones y que está dispuesto a cualquier cosa para volver a ser presidente del Gobierno después de perder las elecciones. Lamentablemente algunos españoles se han acostumbrado a que Sánchez les engañe. Pero no podemos acostumbrarnos a que se negocie con la dignidad de todos. Lo que está ocurriendo en nuestro país no ha sucedido en ningún país en la Unión Europea en las últimas décadas.

P: ¿Ve manera de frenarlo?

R: Los mecanismos en un Estado de derecho pueden tardar más o menos en funcionar, pero funcionan. Primero, veremos cuál es el precio que el señor Sánchez está dispuesto a pagar. Después, veremos cuáles son los mecanismos ante el Tribunal Supremo para reaccionar. Y, por último, habrá que ver qué ocurre en el caso de que esa posible ley llegue al Tribunal Constitucional. Ésos son los mecanismos legales, pero después están los mecanismos morales y éticos, y también los mecanismos electorales. En junio volverá a haber elecciones en España, las europeas, y este año también habrá elecciones vascas y gallegas. Estoy convencido de que con los mecanismos judiciales, en los que confío, y los mecanismos éticos y electorales frenaremos ese acuerdo de impunidad para el independentismo, si llega a confirmarse.

P: Se ha dicho que el PP había empezado a mantener contactos informales con Junts. ¿Fue realmente así?

R: Dijimos desde el primer momento que, como candidato a la Presidencia del Gobierno, voy a escuchar a todos los partidos que quieran hablar con nosotros.

P: ¿Y desde Junts se lo pidieron?

R: A través de canales informales y de algunos mensajes que recibimos de Junts. Pero, cuando estaba pendiente la reunión oficial con Junts, el señor Puigdemont se refirió al PSOE y al PP en la comparecencia con sus exigencias para apoyar una investidura, e inmediatamente salí a dejar claro que ante una investidura condicionada a la amnistía, la reunión podíamos ahorrárnosla.


O sea, que ha habido mensajes y canales. De modo que todo el mundo habla con todo el mundo y tonto el último. 
Optimismo en Cataluña sobre el éxito de la operación amnistía y el regreso de Puigdemont al redil de la política y la negociación. "Guiños entre Puigdemont y los empresarios catalanes", resume en La Vanguardia Manel Pérez, que escribe que "en las plantas nobles de las grandes empresas catalanas se respira cierto aire de optimismo tras el discurso del ex president Carles Puigdemont el martes pasado en Bruselas. Los patronos hacen una lectura pragmática de las palabras del líder de Junts y se alejan de las interpretaciones literales que se aplican con denuedo en los medios y la política en Madrid. Optimismo por varios motivos. Puigdemont ha mantenido el guion que adelantó al presidente de Foment, Josep Sánchez Llibre, cuando ambos se reunieron en Bruselas el pasado mes de mayo y también en conversaciones posteriores. Este se resumía en la disposición a negociar con el candidato con posibilidades de formar gobierno tras las elecciones del 23 J, en este caso Pedro Sánchez, descartada la idea de que los independentistas se sentían tentados por la idea de cuanto peor mejor; hincapié en la exigencia de amnistía para los represaliados del procés; interés por el retorno de las empresas catalanas que trasladaron su sede social fuera de Catalunya en el 2017; y evitar exigencias concretas sobre un referéndum de autodeterminación. (La Vanguardia del 30 de julio y del 6 de agosto). Consideran que el martes Puigdemont dejó clara esa apertura al diálogo con el PSOE y que la primera prueba fue el acuerdo sobre la Mesa del Congreso y el pacto para el uso en esa institución de las lenguas cooficiales".

Portada de 'La Vanguardia' del 10 de septiembre de 2023

Sigue Pérez: "Respecto a las sedes corporativas, el expresident hizo referencia explícita al asunto en su parlamento. Pero de una manera que buscó minimizar el reproche a los empresarios - que en el momento de los hechos fueron calificados de traidores- para situar el asunto en el contexto de la crítica al “ahogo sistemático de la economía catalana” por el Estado, “del que es un ejemplo doloroso la estrategia del cambio se sedes empresariales incentivado por un real-decreto de medidas urgentes aprobado por el gobierno central (de Mariano Rajoy) y que aún está vigente”. (...) A partir de esas palabras, algunos conspicuos integrantes de la reducida alta burguesía barcelonesa, ya hablan estos días con énfasis, y tal vez excesiva prisa, de un nuevo escenario político en Catalunya en el que Puigdemont y Junts estarían escribiendo las primeras páginas de una renacida Convergència neopujoliana, adaptada al mundo del siglo XXI y las consecuencias políticas del postprocés. El creciente entendimiento de Jaume Collboni, el nuevo alcalde socialista de Barcelona, con el candidato de Junts, Xavier Trias, también alimenta esa visión. Pero ese optimismo también tiene peros. En primer lugar, la propuesta de Puigdemont está formulada en términos “muy duros y poco empáticos con el resto de España”, según el punto de vista de algunos grandes empresarios, que también creen que “así es muy difícil sostener una negociaciones que pueden durar bastante tiempo”. Y a su juicio, el líder de Junts plantea que “solo sea el otro lado el que asuma la culpa de lo sucedido, algo políticamente complejo”".
En El Periódico también abren con una entrevista, en su caso al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, quien trata de desautorizar no sólo a Puigdemont sino el relato y composición de lugar de los medios al asegurar que "Quien negocia en nombre de Catalunya lo que afecta a su estatus político es el Govern". Aragonès no renuncia a nada y aventurar que la autodeterminación será la cuestión de una "segunda fase". La tercera, es sabido, es la relativa al fenómeno extraterrestre. 
Mientras tanto se suceden los preparativos para la manifestación de este lunes. "El independentismo se prepara para una Diada de bajo voltaje y participación moderada", señala El Confidencial. El texto es de Antonio Fernández: "La Diada de 2023 llega en un momento crucial para el independentismo, cuando todos están pendientes de la investidura del próximo presidente del Gobierno español y en plena guerra civil independentista para ver quién se sitúa a la vanguardia del llamado movimiento. La Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural diseñaron una manifestación sencilla, pensada para disimular una previsible poca participación (en comparación con otros años), pero nadie duda de que esta es la Diada de los recelos, en la que todos los agentes implicados miran con recelo a sus rivales. La novedad es que tanto ERC como el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, han anunciado su presencia, lo que ya contrasta con la ausencia del año pasado. Pero hay una parte del independentismo que los espera con los brazos abiertos para abuchearles y ridiculizarles en plena marcha. Entre esos detractores hay dirigentes de JxCAT, que no han tenido empacho en proclamar públicamente la necesidad de darle una lección a los republicanos y de pedir la dimisión del Govern autonómico en el acto. El exvicepresidente del Parlament, Josep Costa, hombre muy cercano a Carles Puigdemont, es uno de los que piensan de esta manera. (...) La Diada, pues, tendrá previsiblemente poca participación, pero mucho simbolismo. De hecho, a diferencia de las jornadas a las que asistían cientos de miles de manifestantes, en esta ocasión no hay zonas asignadas a los asistentes ni es preciso inscribirse previamente, como cuando se empleaba ese sistema, por la gran afluencia de gente. En esta ocasión, pese a que los organizadores han previsto un despliegue importante para hacer que los activistas se desplacen a la capital catalana en esta jornada, se prevé una asistencia moderada y por eso no se distribuye por zonas a los manifestantes".
Los Comités de Defensa de la República (CDR) también han convocado su propia fiesta, con salida a las cuatro de la tarde desde Sants. 
En cuanto al terremoto en Marruecos, Crónica Global apunta que "La comunidad marroquí apela a la solidaridad: esto es lo que se necesita tras el terremoto". Escribe Sara Cid : "La comunidad marroquí en Cataluña ha comenzado a movilizarse para enviar ayuda a la zona devastada por el terremoto de magnitud 6,8 en la escala de Richter que ha causado al menos 1.037 muertos y 1.200 heridos. El seísmo, cuyo epicentro se ha localizado en la provincia de Al Hauz, a 60 kilómetros de Marrakech, es ya el peor de la historia del país vecino. El presidente de la Asociación Amical Inmigrantes Marroquíes en Cataluña, Ahmed Abair, ha confirmado a Crónica Global que desde primera hora de este sábado mantienen abierta su sede, ubicada en la calle del Carmen 84 del barrio del Raval de Barcelona, y que se están coordinando con el resto de asociaciones catalanas para ayudar en todo lo que esté a su alcance. El presidente de la asociación solicita a los catalanes que se solidaricen con el pueblo marroquí y entreguen ropa, mantas, sábanas, tiendas de campaña y medicamentos para asistir a las víctimas del terremoto".
10 de septiembre, santoral: Nicolás de Tolentino, Agabio de Novara, Autberto de Avranches, Eduardo Barlow, Nemesio de Alejandría, Pulqueria de Constantinopla, Salvio de Albi y Teodardo de Spira.

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