Brians desoyó las advertencias sobre John, el agresor de cinco funcionarios: "Pidieron su traslado"
Los sindicatos solicitan medidas urgentes para frenar la escalada de agresiones a trabajadores y denuncian la falta de efectivos en las cárceles catalanas
22 mayo, 2022 21:00Hace días que John Musetescu Werber, el ciudadano de origen sueco acusado de matar a tres personas en pleno centro de Barcelona en un lapso de 60 minutos hace ya dos años, viene poniendo a prueba los límites de los funcionarios de prisiones que lo custodian en la celda de aislamiento del Departamento Especial de Régimen Cerrado (DERT) de Brians 2, donde cumple prisión provisional desde enero de 2020. Hasta que este domingo ha atacado y herido a cinco de ellos.
Los trabajadores habían alertado a la dirección del “comportamiento intolerable del preso” y habían solicitado su traslado a otra prisión tras los continuos incidentes que había protagonizado recientemente, sin respuesta por parte de la Administración, explica Alberto Gómez, responsable de prisiones del sindicato Csif. Así lo confirma también Xavier Martínez, secretario del sindicato mayoritario UGT prisiones, que añade que se trata de un interno “totalmente inadaptado y fuera del marco de la rehabilitación”.
"Representaba un riesgo"
Aunque Brians 2 cuenta con las mayores instalaciones penitenciarias de Cataluña y está preparada para albergar a presos de un perfil más peligroso incluso que el de Musetescu, los carceleros habían advertido de sus continuos desafíos. El sueco no aceptaba las normas y protagonizó incidentes y conatos de agresión “que sabía dónde parar”, pero que fueron suficientes como para que los trabajadores alertaran de que "representaba un riesgo" tanto para la integridad de los funcionarios que lo custodiaban durante 24 horas como para el resto de internos.
Las advertencias de los trabajadores fueron desoídas hasta el episodio de violencia de este domingo. A primera hora de la mañana, poco antes de las 9.30, el peligroso reo comenzó a dar patadas en su celda para llamar la atención de los empleados. Cuando uno de los funcionarios de guardia abrió la puerta, el preso se abalanzó sobre él con la rejilla metálica del respiradero del techo enrollada en el brazo a modo de brazalete. “Tenía toda la intención de hacer daño, por eso arrancó la chapa”, sostiene Gómez.
En régimen de aislamiento
Con la rejilla enrollada en el puño le produjo un corte a uno de los trabajadores, que ha necesitado varios puntos de sutura. En total, fue necesaria la participación de cinco funcionarios para reducirlo. Tres de ellos precisaron de asistencia médica, mientras que los otros dos, aunque también sufrieron lesiones de menor gravedad, han continuado con su jornada laboral. “Dos de ellos se encuentran de baja por estos hechos”, confirma el portavoz de Csif.
Aunque Musetescu se encontraba ya en primer grado (DERT), el más estricto dentro del sistema penitenciario --un régimen de aislamiento pensado para reos que no aceptan las normas regimentales, que son violentos y que hacen mal uso de las instalaciones--, desde Csif solicitan “que se le aplique la máxima contundencia”.
El DERT de Brians, infradotado
La situación de Brians 2, denuncian desde UGT, es similar a la de otros centros penitenciarios de Cataluña, “con una dotación absolutamente precaria”. A pesar de ser una de las prisiones a las que más funcionarios se destinan, los recursos continúan siendo insuficientes. De hecho, cuando se ha producido el incidente de esta mañana, explican, un funcionario del DERT se encontraba cubriendo servicios en otra parte del centro. Por eso, este domingo había 44 internos conflictivos para cinco funcionarios, que se han quedado en cuatro con el cambio de uno de ellos, cuando el mínimo es de seis. “Hoy el departamento de régimen cerrado de Brians 2 estaba absolutamente infradotado de personal a pesar de que la situación es muy complicada y está casi al 100% de su capacidad”, mantiene Martínez.
“El problema no se ciñe a este preso, es un problema endémico”, subrayan desde UGT. Los internos que alberga este módulo son personas inadaptadas, que requieren de tratamiento específico e individualizado, que se ve imposibilitado por la falta de efectivos. Además, estos internos no participan en los programas voluntarios de rehabilitación que se les ofrece. “Aunque la mayor parte de presos acuden a los programas de reinserción, los de perfil más complicado y más agresivo no lo hacen”, sostiene Martínez.
Piden "dignidad y contundencia"
Desde Csif lamentan que haya tenido que producirse esta agresión contra cinco funcionarios para que se escuchen sus peticiones. “Estamos hartos de cifras y de números, lo que queremos es que, dentro de la norma, a los agresores se les aplique la máxima contundencia. Estamos cansados de ser agredidos”, denuncian.
El sindicato pide que a los funcionarios se les reconozca como agentes de la autoridad para que, en caso de agresión, al interno se le aplique automáticamente un agravante en la condena. “Se lo pensarían dos veces antes”, asegura. “Más controlados y más fiscalizados que nosotros no hay nadie. Y tampoco hay nadie que respete más los derechos humanos de los presos que nosotros”, asegura. Por eso, piden que tanto los internos como los responsables los traten con dignidad.
Violencia desbocada en las cárceles catalanas
UGT va un paso más allá y señala como única responsable de la inseguridad en las cárceles catalanas a la consellera de Justicia, Lourdes Ciuró, que se comprometió a abordar con firmeza las agresiones a funcionarios. Desde el sindicato mayoritario piden recuperar los más de 500 efectivos que han ido perdiendo a lo largo de estos últimos años. “Mientras otros departamentos como el de Interior aumentan sus efectivos cada año, como es lógico, el de Justicia se conforma con tener los centros penitenciarios prácticamente sin personal”, denuncian.
Solicitan también la aplicación del régimen penitenciario para los internos. Denuncian que la consellera pretende vaciar los centros penitenciarios otorgando terceros grados con demasiada facilidad y que el mensaje que se traslada a los presos es el de la impunidad. “Pedimos a la consellera que nos proteja con la aplicación del régimen disciplinario como se tiene que aplicar”, sostiene Martínez. Mientras tanto, Alberto Gómez denuncia que la situación de violencia en las cárceles catalanas ha llegado a niveles insoportables, con más de una agresión diaria a funcionarios. “Las cifras son vergonzosas”, expresa. “Estamos cansados de soportar esta situación, necesitamos contundencia máxima”, reclama.