Estudiantes de bachillerato, quienes no podrán quitarse la mascarilla este martes, por lo que los sindicatos denuncian descoordinación / EUROPA PRESS

Estudiantes de bachillerato, quienes no podrán quitarse la mascarilla este martes, por lo que los sindicatos denuncian "descoordinación" / EUROPA PRESS

Vida

Así pasan la pandemia los alumnos de FP y Bachillerato

Los alumnos tuvieron que adaptarse abruptamente al sistema de enseñanza virtual, y ahora temen que los meses “perdidos” repercutan en su futuro

7 diciembre, 2020 00:00

Ser estudiante en tiempos de pandemia no está siendo nada fácil. Al hecho de haber tenido que aprender de un día para otro cómo desarrollar un curso online, se suma el miedo que tienen muchos alumnos a que sus estudios se devalúen debido a los altibajos que ha habido en su formación

En este contexto, según un estudio de la Fundación SM, un 40% de los pupilos de bachillerato y formación profesional vivieron el estado de alarma de marzo con desánimo y problemas emocionales.

 

Alumnas de 2º de Bachillerato hablan de como les afectó el coronavirus / COLEGIO AYALDE

Incertidumbre y tristeza

El bachillerato es una etapa educativa muy compleja para los estudiantes. Al extenso contenido didáctico se suma la circunstancia de tener que tomar decisiones que te marcarán para toda la vida. Además, a esta ya de por si delicada situación se le sumó un encierro en casa en un clima de incertidumbre permanente y con la compañía perpetua de los padres.

“Me pasé noches sin dormir, dándole vueltas a todo”, explica Esperança, estudiante de segundo de bachillerato científico en el IES Ramon Llull. Y añade, “tenía unas lloreras tremendas, me sentía muy inútil porque notaba que ya no sabía estudiar, todo el tema digital se me iba de las manos”. Además, “estar encerrada todo el día en casa con mis padres me crispó, porque los tenía siempre encima y eso era el caldo de cultivo para una explosión perfecta que se produjo en varias ocasiones”, relata.

Un estudiante en la Facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona (UB) en plena selectividad / EFE

Un estudiante en la Facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona (UB) en plena selectividad / EFE

El hándicap de la enseñanza virtual

En estos momentos, en Cataluña, los estudios postobligatorios se están realizando a distancia, a excepción de las sesiones prácticas, en el caso de que la naturaleza de la formación así lo exija. Sin embargo, durante el pasado estado de alarma de marzo se suspendió totalmente la presencialidad en todos los niveles educativos, una medida que afectó especialmente a los alumnos más mayores.

En el caso de los estudiantes de bachillerato, se trata de una etapa formativa muy compleja y principalmente fundamentada en los sistemas de aprendizaje memorístico, unos métodos que en la distancia fueron extinguidos. 

Una estudiante haciendo prácticas online. Smowl / EP

Una estudiante haciendo prácticas online. Smowl / EP

Nada claro

“Ahora ya más o menos los centros se han adaptado y tenemos formas de trabajar alternativas y no tan nemotécnicas” reconoce Zalack, estudiante de segundo de bachillerato social en el IES Ramon Llull de Palma.

En este sentido, “en marzo lo pasamos realmente mal porque los profesores no sabían cómo dar la materia ni de qué forma evaluarnos, y nosotros no teníamos ni idea de cómo llegaríamos a segundo. Algún compañero tuvo crisis de ansiedad, y la verdad es que hemos pasado de curso sin tener el nivel”, detalla.

Aprender a cocinar a distancia

Un 48% de los estudiantes consultados en el estudio consideran que los meses de enseñanza virtual repercutirán negativamente en sus aprendizajes, debido a que la formación que han podido recibir no ha sido completa. Es el caso de las FP, que se caracterizan por su carácter eminentemente práctico, un elemento que quedó bloqueado en marzo y que ahora se mantiene a duras penas.

“Estudio un grado medio de cocina, y sinceramente, no es posible aprender a cocinar a distancia, necesitas verlo, tocarlo, equivocarte, y que te corrijan, realidades que el coronavirus neutralizó”, explica José Carlos, nombre ficticio de un alumno de 21 años que cursa el grado medio de cocina y gastronomía de la Escola Superior d’Hostaleria de Barcelona. Ahora, dice, “las prácticas se hacen, pero en un contexto muy extraño en el que los alumnos intentamos no tocarnos ni compartir el menaje por miedo al contagio”.

Formación acumulativa

Según Anna Claret, psicóloga clínica y juvenil, “el aprendizaje es un proceso sostenido en el tiempo, por lo que no creo que la enseñanza virtual repercuta negativamente”, y añade que “a la hora de estudiar lo importante son los hábitos, la constancia y el querer aprender pase lo que pase”. Además, “si un alumno tiene estos elementos básicos, cuenta con los mecanismos para superar los obstáculos que se le pongan por delante”, sentencia.

Por otra parte, en el caso de las personas más mayores, que son las que en definitiva acceden a estudios postobligatorios, “contaban con el hecho de que muchos de ellos tenían acceso a internet, por lo que no se han quedado colgados y en su mayoría han podido seguir los cursos”, detalla.

Varios estudiantes se dirigen a examinarse con las precauciones oportunas contra el coronavirus / EP

Varios estudiantes se dirigen a examinarse con las precauciones oportunas contra el coronavirus / EP

Socialización truncada

En la etapa vital en la que la mayoría de estudiantes acceden a bachillerato y a FP es el momento del desarrollo social. En esta época, “el tema de la vinculación entre iguales es esencial”, expone Claret. Esta fase se ha visto completamente condicionada por la situación sanitaria y por las restricciones a los contactos. “Es además la época del descubrimiento sexual y de definición de la personalidad, en la que las personas determinan quienes son y aquello que les gusta”, explica. 

Amistades que se resienten

Todos estos elementos se han visto muy limitados por la pandemia, hecho que ha influido negativamente en el estado emocional de los afectados, porque “están en un momento de seducción,y con mascarilla y sin tocarse es imposible interactuar con los semejantes”, detalla Claret.

En este sentido, “hay amistades que se resintieron mucho por la distancia, y a pesar de que ahora nos podemos ver, ya no ha vuelto a ser lo mismo, se han congelado”, expresa José Carlos. De la misma forma, “mi novio me dejó por WhatsApp a mediados de mayo, y ya me desbarató el mes de curso que quedaba por lo que estuve a punto de cargarme la media”, relata Esperança.