El director de Cooperación de Colau rompe la unidad contra el 'top manta'
David Llistar, de Barcelona en Comú, primer alto cargo municipal en quebrar el consenso en torno a los efectos negativos de la venta ambulante en la ciudad condal
31 julio, 2019 11:05Grietas en el Ayuntamiento de Barcelona por los manteros. El director municipal de Cooperación, David Llistar, ha tildado hoy miércoles de fake news un estudio de Pimec sobre las consecuencias de la venta ambulante en la ciudad condal. La reacción del alto cargo es la primera divergente en el segundo mayor consistorio de España desde que el teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle, lanzara una operación para ahuyentar a los vendedores callejeros el lunes.
TV3, Pimec, OKDiario ...alimentant un càlcul fake de l'impacte dels #manters a BCN. Desviant l'atenció sobre els evasors autèntics. Mirem millor Glovo, Amazon, Portal de l'Angel-Inditex, AirbnB, Quatecases..o els bancs?https://t.co/N9nVa6BfWO
— David Llistar (@Superllisti) July 31, 2019
En dos tuits en su cuenta oficial, el directivo ha manifestado que "TV3, Pimec, OKDiario... alimentan un cálculo fake sobre el impacto de los manteros en Barcelona. Desviando la atención sobre los auténticos evasores. Miremos mejor Glovo, Amazon, Portal del Ángel-Inditex, Airbnb, Cuatrecasas o los bancos". Ha difundido su opinión Llistar en respuesta a una información de TV3 que daba cuenta de un informe de Pimec sobre el impacto de la venta en la manta en la segunda mayor ciudad española. La opinión del alto cargo rompe la disciplina municipal en torno al fenómeno del top manta, a quien el propio Batlle recomendó el lunes "no comprar productos" por su competencia con el "pequeño comercio".
130 millones de pérdidas
La opinión crítica de Llistar responde al informe de Pimec sobre los efectos de la venta callejera. La investigación, publicada el 3 de julio, calcula en 875 el número de vendedores en la manta que trabajan en la capital catalana. Su actividad genera un daño de 65 millones de euros al tejido comercial de Barcelona, revela el mismo estudio. Alerta el Observatorio de Pimec de que cada mantero "cuesta anualmente 1.400 euros a la Hacienda municipal". De esta cifra se desprende que el Ayuntamiento de Barcelona deja de ingresar 1,2 millones de euros en concepto de tasas de ocupación de vía pública no ingresadas.
Según la patronal de pequeñas y mediana empresas de Cataluña, los comerciantes barceloneses dejan de vender 65 millones de euros al año por la distribución de productos falsificados. A este guarismo se le suman otros 69 millones derivados de las pérdidas que experimentan los fabricantes por la competencia desleal que suponen los artículos copiados y vendidos en la calle. Según la cata económica realizada por el gabinete de estudios de Pimec, los vendedores ambulantes desempeñan su actividad "sin obligaciones tributarias, ni laborales, ni licencias de actividad ni limitaciones de horarios", entre otros.
Operativo de 'saturación'
Cualquiera que fuere el rigor del estudio publicado por la patronal, la crítica de Llistar es la primera de un cargo público municipal que rompe la unidad discursiva en torno al fenómeno de la venta en la manta en Barcelona. Anteriormente, el comisionado de Economía Social, Álvaro Porro, se desmarcó también del objetivo de la operación policial presentada por Batlle el lunes. Poco después, el cargo municipal borró su tuit. Hasta el momento, pues, solo directivos de segundo rango de Barcelona en Comú se han mostrado críticos con la intervención policial de saturación contra la venta callejera. La alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, así como el resto de concejales, han guardado silencio.
Su aprobación tácita se mantiene 48 horas después de que el teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle, presentara un dispositivo para evitar la ocupación de puntos como el paseo Juan de Borbón por parte de los manteros. El concejal socialista informó de que hasta cien agentes de los Mossos d'Esquadra, Guardia Urbana de Barcelona y Polícia Portuaria actuarían de forma permanente para atajar la venta en la manta. El operativo, que celebraron los comerciantes de Barcelona, ha surtido efecto, aunque se ha granjeado las críticas de la comunidad senegalesa.