El hartazgo de los médicos catalanes ha vaciado hoy lunes los ambulatorios de la autonomía. La primera jornada de la huelga del personal de atención primaria ha tenido un seguimiento del 77% en la red pública, según los sindicatos convocantes --44% según el Govern--, por 73% en la concertada, aunque ha topado con la previsible falta de respuestas por parte del Departamento catalán de Salud.
Sanitarios, enfermeros, personal auxiliar y psicosocial de los dos sistemas han vaciado en masa los centros de salud en el arranque de los cinco paros convocados para reivindicar la recuperación del personal y poder adquisitivo perdidos durante los recortes de los dos gobiernos autonómicos de Artur Mas (2010-2015), amén de más tiempo y menos pacientes por facultativo para aligerar la carga de trabajo y un aumento presupuestario del capítulo dedicado a este nivel asistencial en línea con los niveles comunitarios.
De la consulta a la calle
En la que ha sido la primera jornada de huelga en el sector en una década, los médicos de familia y resto de personal de los ambulatorios se han dejado ver en la calle. Un millar de batas blancas se han congregado ante la sede del Instituto Catalán de Sanidad (ICS) en la calle Balmes para cortar la Gran Vía y acabar ocupando el hall de la empresa pública. Después, la protesta se ha dividido en dos: una parte de los galenos se ha dirigido en cortejo hasta el cuartel general de la Unió Catalana d'Hospitals (UCH), mientras que otro grupo, el que forman CGT y Rebelión Primaria, han celebrado una asamblea en el Raval.
La muestra de fuerza de los profesionales se ha producido en la antesala a una reunión de mediación el lunes, la segunda en dos días, en la que Salud y los huelguistas tratarán de buscar puntos de encuentro. Ello será harto difícil, pues el departamento que dirige la secretaria de Salud, Laura Pelay --la titular, Alba Vergés, está de baja maternal--, está atornillada por el Departamento de Economía por la puerta de atrás, tal y como ha avanzado este medio. De hecho, el director gerente del ICS, Josep Maria Argimon, ha ofrecido una extemporánea propuesta hoy lunes para zanjar la protesta: horas extra voluntarias y remuneradas para destaponar la sobrecarga de trabajo en los ambulatorios.
Posturas alejadas
La iniciativa de Argimon es, de hecho, un parche para evitar que la huelga se salde con un mayor compromiso de gasto por parte del Departamento de Salud. De hecho, ese es el muro que separa al departamento de Vergés con las plantillas de los ambulatorios. El personal ha desgranado una batería de propuestas que exigen un mayor dispendio por parte de la Consejería, algo que el Departamento de Economía no autorizará o a lo que dará un sí de mínimos. Exigen los médicos recuperar los 920 galenos perdidos durante los recortes de los dos gobiernos autonómicos de la etapa Artur Mas al frente de al Generalitat de Cataluña (2010-2015), reducir las ratios de pacientes, dedicar más tiempo a las consultas y recuperar el poder adquisitivo perdido.
Los médicos de los ambulatorios en huelga, ocupando la sede del ICS / EFE
Por contra, Salud ha ofrecido rebajar la ratio de un médico por cada 1.300 pacientes, algo que no implica incrementos de plantilla. Esta oferta de mínimos la ha hecho Argimon sin ni siquiera abordar la demanda clave de Metges de Catalunya, por un lado, y CGT, Rebelión Primaria e I-CSC, por el otro: el aumento del presupuesto autonómico dedicado a este nivel asistencial.
Mientras las dos partes retoman la negociación, los pacientes se deberá armar de paciencia. De lunes a viernes están aseguradas las urgencias (100%), pero no las consultas de médico de familia y pediatría (25% hoy y mañana y 33% a partir del miércoles). A este respecto, el ICS ha pedido públicamente a los usuarios llamar a su centro sanitario antes de acudir al mismo si tenían una cita previa.