Comprar un coche eléctrico, ¿una buena inversión?
Un estudio revela que el 92 % de los conductores que apuestan por un coche eléctrico no llega a amortizar su inversión sin las ayudas del Estado
9 noviembre, 2018 14:48¿Serán los coches eléctricos los vehículos del futuro? No está claro si llegará a suceder, lo que sí es cierto es que estamos asistiendo a un cambio de tendencia. No hay más que echar un vistazo a la reciente subida de impuestos al diésel que el Gobierno ha anunciado para tratar de conseguir una movilidad más limpia. A esto hay que sumarle que las ventas de coches diésel se han hundido drásticamente durante el último año y que para 2020 se prevé que sólo representen el 25 % del parque automovilístico europeo.
Acierto.com ha elaborado un estudio que revela casi la mitad de los conductores no pagaría más por un coche sostenible con el medioambiente. De estos datos se desprende que el declive del diésel “no tienen que ver tanto con un compromiso ecológico como con la incomodidad y restricciones gubernamentales, así como con el coste que conllevan estos automóviles: el precio del seguro de coche es superior, cuestan de amortizar, etcétera”.
4 de cada 10 conductores no piensan en comprar a un vehículo eléctrico
A pesar de la apuesta de los fabricantes por los coches eléctricos, más del 40 % de los conductores ni siquiera se ha planteado comprar un vehículo de este tipo. A esto hay que sumarle hechos como que el 92 % de los que apuestan por los automóviles eléctricos no llega a amortizar su inversión sin las ayudas del Estado. De hecho, recuerdan desde el comparador de seguros, “es necesario recorrer hasta 220.000 kilómetros (de uso combinado durante los once años de vida útil que suelen tener) para recuperar el mayor precio de compra. Además, el precio de los seguros a todo riesgo sin franquicia para los coches eléctricos puede ser hasta un 28 % superior a sus homólogos de gasolina, aunque poco a poco se están equiparando”.
Esta diferencia podría justificarse en que los seguros de los vehículos eléctricos no sólo contemplan servicios destinados a responder a los problemas ‘típicos’ de los coches, sino que también incluyen coberturas específicas como el robo del cable de recarga. Y es que se trata de vehículos habitualmente más caros, algo directamente relacionado con el coste de las reparaciones (que también es también superior), igual que las baterías y los cables de carga.