Tiene más de 1.100 años y no es la Catedral: así es la iglesia desconocida de Barcelona que es la más antigua de Cataluña
Este templo recibe su nombre por su ubicación en un campo cercano a la capital catalana
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Cuando se piensa en iglesias de Cataluña, de inmediato vienen a la mente lugares tan icónicos como la Sagrada Familia en Barcelona, o bien el conjunto de iglesias románicas del Vall de Boí, inscritas en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Como país de gran tradición cristiana, la Iglesia católica procuró tener una sede casi en cada pueblo.
La más antigua de todas, por eso, no son ninguna de las citadas, tampoco la Seu de Manresa o de Lleida o la televisiva catedral de Girona. La que lleva más años en pie es una absoluta desconocida, una ermita ubicada en el centro de Barcelona a la que poca gente presta atención y no es ni la Catedral ni la Iglesia del Pi ni Santa Maria del Mar. La iglesia en cuestión es Sant Pau del Camp y se encuentra en el Raval.
De cuando es la iglesia
La historia de este templo está profundamente ligada a la evolución histórica de la ciudad de Barcelona y su entorno. Ubicada ahora en la calle Sant Pau, su nombre mismo evoca su ubicación original fuera de los muros de la ciudad, en una zona rural o de "campo".
Existen registros documentales que mencionan la iglesia hace más 1.100 años, en el año 977, y aunque su construcción formal se data en el siglo XI, su fundación podría estar vinculada al conde Guifré II Borrell, fallecido en el año 911, quien, según algunas teorías, habría mandado erigir este monasterio para albergar a una comunidad de monjes benedictinos.
Cómo es Sant Pau
El diseño de Sant Pau del Camp responde a las características del estilo románico lombardo. La iglesia presenta una planta en forma de cruz con tres ábsides y una nave central que destaca por su simplicidad. En el exterior, una cenefa de arcos ciegos descansa sobre relieves en forma de cabezas, un detalle que, junto con la sobriedad de sus muros, crea un ambiente de recogimiento.
La puerta principal, con su arco de medio punto, abre paso a un interior en penumbra que invita al silencio y la reflexión, una atmósfera que contrasta con el bullicio del barrio en el que se sitúa. Uno de los aspectos arquitectónicos más distintivos del templo es su claustro, situado al sur de la iglesia.
Este espacio, de disposición cuadrada, cuenta con pilares en cada ángulo y arcos lobulados que le dan un toque dinámico y singular. Los arcos varían entre tres y cinco lóbulos, aportando una riqueza ornamental que contrasta con la austeridad de la nave principal. Además, los capiteles del claustro están decorados con motivos vegetales y figuras de animales fantásticos, así como escenas bíblicas que resaltan por su simbolismo, como la representación de Adán y Eva junto al árbol del pecado.
Otro de los elementos destacables de Sant Pau del Camp es la portada, flanqueada por dos columnas cuyos capiteles muestran detalles que podrían remontarse a los siglos VI o VII, aunque no es seguro.
Saqueado y protegido
En el tímpano de la portada se representa a Cristo acompañado por los santos Pedro y Pablo, además de los símbolos de los cuatro evangelistas: el león de San Marcos, el toro de San Lucas, el ángel de San Mateo y el águila de San Juan. Una pequeña mano de Dios coronando la escena añade un último toque de misterio a esta obra maestra del románico temprano.
Sant Pau del Camp es una de las pocas construcciones en Cataluña que han resistido las inclemencias del tiempo y la agitada historia de la región. Durante el siglo XIX, el monasterio fue desamortizado, pasando a manos del Estado, y estuvo a punto de ser vendido. Sin embargo, una movilización popular logró evitar su venta y en 1879 fue declarada Monumento Nacional. Ya en 1890 se recuperó su uso como iglesia, aunque también fue destinada a escuela y cuartel.
La iglesia sufrió nuevamente los embates de la historia en el siglo XX, con los daños causados durante la Semana Trágica en 1909 y, más tarde, durante la Guerra Civil . A pesar de estas vicisitudes, Sant Pau del Camp se ha mantenido en pie y actualmente está protegida como Bien de Interés Cultural.
A pesar de su gran valor histórico, arquitectónico y patrimonial, esta iglesia parece que sigue estando extramuros, en el campo. Primera, porque sigue rodeada de árboles y, además, porque son muy pocos los barceloneses y turistas que se acercan a ella.