El paso a paso de Illa y las cuentas de Iván Redondo
El candidato socialista se toma con calma las negociaciones para la investidura. Iván Redondo explica que Aliança Catalana se quedó a menos de 3.000 votos de causar una catástrofe electoral
20 mayo, 2024 08:40Noticias relacionadas
En relación a Madrid, Cataluña es ahora mismo un remanso de paz, un solar bendecido por copiosas lluvias tras la derrota de ERC (hay quien atisba una relación de causa y efecto), el antiguo oasis, un plácido no lugar que parece haber superado un largo periodo de brumas y turbulencias. De modo que mientras el presidente argentino Javier Milei incendia la capital de España en la reunión de la internacional de las sierras eléctricas con insultos a la esposa del presidente del Gobierno, en Cataluña se ponderan las opciones políticas en una suerte de partida de ajedrez llena de sutilezas y matices.
Lo más parecido que hay en Cataluña a Milei es Puigdemont, pero por razones capilares. También hay semejanzas políticas relacionadas con el ejercicio del populismo. Pero el crédito del prófugo es menor y su figura no concita una unánime adhesión en Junts. "A Puigdemont no se lo creen ni los suyos: los pragmáticos ven 'teatro' en el intento de investidura", apunta un titular de Crónica Global. La información es de Noelia Carceller: "Por mucho que se repita mil veces una mentira, no se convierte en verdad. Así lo aseguran fuentes del sector pragmático de Junts, que en declaraciones a este medio reconocen que el único que cree que Carles Puigemont va a ser investido president de la Generalitat es 'él mismo y sus aduladores'. Ven 'teatro' en el relato que mantiene el fugado en los últimos días. Y es que el candidato de Junts insiste en que tiene más posibilidades de ser investido en segunda votación --en el que se requiere una mayoría simple-- que el ganador de las elecciones, Salvador Illa. Pero nada más lejos de la realidad, pues cabe recordar que no solo necesita el voto a favor de una Esquerra Republicana a la que no le conviene dar una segunda vida a su enemigo político, sino también la imposible abstención de los socialistas".
Y: "Días antes de arrancar de forma oficial la campaña para las elecciones del 12 de mayo, Puigdemont lanzó un órdago. Anunció que regresaría a Cataluña el día de la investidura del próximo president, pero no solo eso. Aseguró que dejaría la política en activo si su candidatura personalista no consigue la mayoría necesaria para superar la investidura. Las urnas han evidenciado que no tiene ninguna posibilidad. Ni siquiera en segunda votación el prófugo podría obtener los apoyos, ya que el PSC --que ostenta la mayor fuerza parlamentaria, con 42 diputados-- ha anunciado que no dará su necesaria abstención para que el candidato de Junts se haga con el poder. Es más, Puigdemont no cuenta tampoco con los votos favorables de sus exsocios de Govern; menos aun tras unos comicios en que les ha arrebatado la hegemonía del independentismo como punto final a años de críticas y reproches feroces hacia los republicanos".
El candidato posible para la investidura, Salvador Illa, va paso a paso, con una prudencia extraña cuando se habla de políticos. "El primer objetivo de Illa será controlar el Parlament" es el escueto titular de un análisis que firma Toni Bolaño en La Razón: "Empieza el baile. Después de una semana de resaca electoral en Cataluña los partidos se aprestan a iniciar conversaciones en medio de la vorágine de una campaña electoral. Se vota el día 9 y el Parlament se constituye el día 10. Las europeas son unas elecciones muy polarizadas pero en Cataluña se pondrá la lupa, y mucha atención, en los resultados de ERC, con Diana Riba a la cabeza, y en Junts, con Toni Comín. No se presentan ni Puigdemont ni Junqueras pero ambos serán los responsables de sus resultados. Salvador Illa ha estado parco en palabras esta primera semana. Ha nombrado una comisión negociadora –la misma que gestionó los resultados en las municipales y los pactos en diputaciones y consells comarcales– y ha hecho apenas dos entrevistas. Dos claros mensajes: conversaciones discretas y disposición a hablar con todos excepto con aquellos que defienden discursos de odio: Vox y Aliança Catalana".
Sigue Bolaño: "El primer objetivo del líder de los socialistas catalanes es controlar la Cámara catalana, lo que disminuirá las pretensiones de Carles Puigdemont. En esta ecuación, Illa no descarta hablar con el Partido Popular de Alejandro Fernández que aspira volver a la Mesa del Parlament que abandonó hace años, lo que utilizará para hacerse valer ante la dirección nacional del PP que a pesar de los buenos resultados ha evitado ratificar a Fernández como presidente del PP catalán.
El líder de Junts ha estado toda la semana apelando a la unidad independentista que no existe desde la salida del gobierno de Aragonés y que llevaba renqueando tres años antes. Puigdemont necesita el apoyo de ERC para presentarse pero aún así no suma porque necesita la abstención del PSC para ser investido. Un imposible a tenor de las declaraciones de Illa y de Pedro Sánchez. 'Si el PSC hiciera president a Puigdemont perdería durante años la posibilidad de llegar a la presidencia de la Generalitat. Eso no pasará', resume un dirigente del PSC".
Líneas después, Bolaño concluye que "este escenario envenenado, aderezado con la campaña electoral, obliga a Salvador Illa a llevar las conversaciones con discreción. El pacto sobre la Mesa del Parlament no compromete a nada pero dará pistas de cómo se define el futuro gobierno. Illa no se cierra a pactos con PP y ERC, porque su objetivo es arrinconar a Junts desde el primer momento, por lo que la presidencia de la Mesa del Parlament podría ser ocupada por ERC. Es el caramelo que los socialistas se guardan en el bolsillo a cambio de controlar la dirección de la cámara. La discreción será fundamental para evitar que las conversaciones se cuelen en campaña, como lo fueron en la negociación de la Diputación de Barcelona. El día 10 se constituirá el Parlament y el líder socialista aspira a presentarse el 25 de junio para ser investido. De momento, Illa no da pistas sobre el nuevo ejecutivo pero lo abre a independientes".
La dirigencia de los Comuns sigue con suma atención las evoluciones del clima político poselectoral. Ellos, que fueron la excusa de Pere Aragonès para despeñarse y llevar ERC al desastre, exigen a los republicanos que aligeren y se den prisa. Los mismos que pusieron pies en pared con el Hard Rock pretenden ahora pactar con un partido, el PSC, que dice abiertamente que quiere que se construya el casino de los indios seminolas en Tarragona. ¿Coherencia? ¿Colau? ¿Albiach? ¿Asens? Este último es el que urge a los republicanos a elegir entre gobierno con Illa o repetición. Lo cuenta en El País Camilo S. Baquero: "Tras un tiempo prudencial para que los republicanos reorganicen sus filas, una semana después del fiasco electoral en los comicios catalanes y en plena pugna en su cúpula, Comuns Sumar les instó ayer directamente que faciliten un Ejecutivo progresista en Cataluña y no empujen así a una repetición electoral. El mensaje llegó por boca del candidato a las elecciones europeas por esa formación, Jaume Asens. 'Esperamos que se imponga el sentido común, el sentido de la responsabilidad y que todos los actores hagan un esfuerzo para ceder en sus posiciones y llegar a acuerdos', aseguró el exdiputado en el Congreso durante una atención a periodistas en Viladecans (Barcelona). Y en ese sentido apeló a los republicanos a que acepten 'que solo hay dos alternativas': el apoyo a un gobierno progresista encabezado por el socialista Salvador Illa o una repetición electoral que sería especialmente delicada de abordar por parte de ERC, que hace una semana se dejó 13 escaños en las urnas".
Sustantivo artículo de Iván Redondo en La Vanguardia, del que se explica que ha vuelto a las labores de estrategia en la campaña de Illa. En su entrega de los lunes, Redondo explica que la rotunda victoria del PSC podría haber quedado en nada por unos cuantos votos de Aliança Catalana en Barcelona y de la CUP en Lleida y Tarragona. De su texto: "Las catalanas han sido el último gran puerto de montaña, de categoría especial, antes del sprint final del 9-J. Y van aquí tan sólo tres variables para entender que el independentismo no es el procés y no se pueden confundir: primer movimiento, si AC (Aliança Catalana) hubiera obtenido tan solo 2.900 votos más, un 0,12%, en la provincia de Barcelona, hoy no habría ni mayoría tripartita ni mayoría no independentista. Restarían dos diputados, uno a PSC y otro al PP, y obtendrían cuatro; segundo, si por ejemplo, de las 542 secciones en Tarragona, la CUP hubiese obtenido tan solo poco más de un voto, habría arrebatado otro escaño al PSC (se quedó a 570 votos); y tercero, en Lleida sucede lo mismo: Junts se situó a solo 800 votos de agenciarse el último escaño del PSC. Gana quien dispone de creatividad de ideas, maneja la dirección del juego y tiene precisión. Vence quien toca (bien) todos los palos. Tanto hace tres meses como hace un mes, había más posibilidades de mayoría independentista que del resultado actual. Y ahí lo tienen: estar cerca de la victoria o la derrota no llegaba ni a 5.000 votos".
Y: "Por tanto, el independentismo no es lo mismo que el procés. Queda claro. Y estas elecciones no han derrotado al independentismo, como la mayoría de la M-30 explica erróneamente, sino que se ha pasado página al procés, o lo que es lo mismo, se abre una nueva etapa, la del fin de la unilateralidad y la de hablarle solo al 50% de los catalanes. Salvador Illa es el encargado de liderar el postprocés con su Ferrari blanco gracias a agrupar más de 870.000 votos y 42 escaños muy centrales que disponen de todas las mayorías operativas existentes. Por eso no solo ganó, sino que venció a todos, porque su victoria contiene variadas operativas. Y en una sociedad catalana tan bloqueada como hasta el domingo, le convierte en el vencedor indiscutible que formará Govern más tarde que antes. Pero estuvo cerca de no ser así. El balón estuvo a punto de dar en el palo. Fue un resultado optimizado con el que los socialistas vuelven a ser primeros en unas elecciones tres años después".
Sigue la crisis en ERC, aunque no se esperan más renuncias. Ni siquiera la de Gabriel Rufián, el hombre de Junqueras en Madrid y de quien todo el mundo subraya su silencio. Curioso, porque Rufián es un tipo que no se calla ni bajo el agua. "El 'mutis por el foro' de Rufián tras la defenestración de Junqueras delata su soledad en Madrid", advierte un titular de Vozpópuli sobre un texto que firma Beatriz Jiménez Nácher. Tras recordar que Rufián se levanta 113.468,60 euros (8.104,90 euros al mes) al año, escribe que "la cúpula de ERC da un paso atrás pero su portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián guarda un silencio ensordecedor teniendo en cuenta su asiduidad en opinar públicamente. Un 'mutis por el foro' que ha acabado de delatar su soledad en Madrid mientras el partido se desmorona en Cataluña tras el 12-M con la pérdida de 13 escaños. Pero su caída en desgracia ha ido por fases a ritmo electoral. Rufián, criado en Santa Coloma de Gramanet, esperaba poder asaltar la alcaldía de la localidad de Barcelona en las municipales de mayo, donde viven 119.862 habitantes. Un enclave estratégico que habría dado oxígeno a los republicanos en su arraigo local para las autonómicas que quedó en 'agua de borrajas' para los republicanos por la reelección de la socialista Nuria Parlon como alcaldesa de la ciudad, con hasta 17 concejales. Los socialistas ya empezaban así a aventajarse en posiciones que luego en las autonómicas han sido decisivas para la victoria de Salvador Illa. (...) La soledad de Rufián ha acabado de hacerse efectiva esta semana, en plena implosión de ERC por renovar liderazgos y la dimisión de Pere Aragonés, que ha sumido al partido en un profunda reflexión interna sobre los errores cometidos a la hora de explicar la estrategia en campaña. Una parte de los republicanos piden el sacrificio de más 'cabezas' en la dirección, algo que también incluye a Rufián. La parte más crítica pide un viraje a las proclamas del 1-O e incluso se muestra a favor de investir a Carles Puigdemont".
20 de mayo, santoral: Áurea, Anastasio de Brescia, Austregisilo, Baudilio de Nimes, Bernardino de Siena, Hilario de Toulouse, Lidia de Tiatira, Lucífero de Cagliari, Protasio Chong Kuk-bo, Talaleo y Teodoro de Pavía.