Noticias contradictorias en los primeros compases de la precampaña. División de opiniones en Cataluña sobre la conveniencia de la amnistía y sus efectos. En contra de lo que presumen los partidos procesistas, el apoyo a la ley es del 54% en la comunidad autónoma, porcentaje que está lejos de representar un consenso básico. Es lo que sostiene la entrega de este lunes de la encuesta de La Vanguardia. El titular destaca que "Una mayoría de los catalanes respalda la ley de Amnistía aunque duda de sus efectos". Prueba de lo vidrioso de la cuestión es que la amnistía divide a los votantes del PSC, con una ligera mayoría (52%) en contra de la medida.
El análisis del sondeo es de Carles Castro y arranca de este modo: "Como esas amargas medicinas que el paciente toma de mala gana para alcanzar la curación definitiva, la ley de Amnistía sigue tropezando con los reparos de una parte de la opinión pública. El sondeo de Ipsos para La Vanguardia revela que la medida de gracia que han acordado el PSOE, ERC y Junts cuenta con un respaldo mayoritario en Catalunya, pero divide a los catalanes, recelosos de su impacto sobre las relaciones con el resto de España. La mejor prueba de esa división se resume en que un 54% de los consultados respalda la ley, pero más del 40% la rechaza. La división en Catalunya llega a tal punto que toca de lleno a la base electoral de la principal formación que ha hecho posible su tramitación en el Congreso: el Partido Socialista. En un extremo, más del 80% de los votantes independentistas o de los comunes respalda sin fisuras la pertinencia de la amnistía. Pero en el otro, casi un 100% de los electores que en el 2021 votaron al PP, Ciudadanos o Vox la rechazan rotundamente. En medio, aparecen los votantes socialistas, divididos en casi dos mitades, aunque con cierta ventaja de los contrarios a la medida de gracia. Frente a un 43% que respalda la amnistía, un 52% la rechaza".
Sigue el texto: "Hay otras excepciones en el repudio a la ley, pero son más anecdóticas que significativas –sobre todo, en el mundo independentista– y seguramente responden a razones muy diversas. Por ejemplo, un 10% de los votantes de ERC en el 2021 se muestra en desacuerdo con la medida de gracia, y lo mismo un porcentaje similar de los electores de Junts. Entre los votantes de los comunes, la tasa de rechazo ronda el 20%. Incluso en espacios minoritarios –como los más de 40.000 votantes del animalismo–, el repudio a la amnistía llega a dispararse por encima del 82%. Las razones del limitado apoyo a una ley que vendría a cerrar las heridas que se abrieron en el otoño del 2017 se reflejan en los temores que generan sus posibles efectos. De hecho, ni siquiera existe una coincidencia amplia en el impacto balsámico que podría tener la medida sobre la convivencia en Catalunya. Un 51% de los consultados cree que la ley mejorará la coexistencia entre los catalanes, pero un 44% piensa lo contrario. (...) Al mismo tiempo, más de la mitad de los catalanes expresa un serio temor a que la medida de gracia empeore la relación entre Catalunya y el resto de España. Un 54% alberga ese miedo, frente a un 42% que lo desdeña".
Tal vez estas corrientes de opinión hayan influido en la última decisión del presidente del Gobierno respecto a Cataluña. "Sánchez recurre al TC para frenar la iniciativa del Parlament a favor de la independencia", sostiene El Mundo, que abunda en el sumario: "El Consejo de Ministros pedirá el martes la suspensión de una medida apoyada por Junts". La cuestión se presenta interesante a la luz del mantra de que hay que desjudicializar la política y despolitizar la justicia. La ILP en cuestión es un brindis al sol, humo de pajas, la típica nonada de los independentistas para pasar el rato. Que Sánchez no esté dispuesto a tragar parece anticipar un cambio de registro.
El texto es de Raúl Piña: "Una vez aprobada la Ley de Amnistía, los independentistas catalanes quieren pasar de pantalla y situar el referéndum como objeto ya de negociación. Pero mientras Junts y ERC pugnan por ser bandera, el Gobierno también mueve ficha. Pedro Sánchez ha dado orden de recurrir ante el Tribunal Constitucional (TC) la decisión de la mesa del Parlament de admitir a trámite una iniciativa legislativa popular para declarar unilateralmente la independencia. La decisión, en base al artículo 161.2 de la Constitución, será adoptada este martes en el Consejo de Ministros y, previamente, este lunes será validada por la Comisión Permanente del Consejo de Estado, órgano que ahora preside la ex vicepresidenta Carmen Calvo, según ha podido saber El Mundo".
Continúa el texto: "El pasado 20 de febrero, a pesar de que contaba con un informe desfavorable de los letrados de la Cámara, la mesa del Parlament decidió dar luz verde a una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) presentada por el partido extraparlamentario Solidaritat Catalana per la Independència. Un proyecto legislativo para declarar la independencia que salió adelante gracias a los votos de la CUP y Junts, mientras que ERC se abstuvo. La votación tuvo lugar en plena negociación de la amnistía con el PSOE".
Y: "Tal y como recoge el artículo 161.2 de la Constitución, el Gobierno podrá impugnar ante el Tribunal Constitucional las disposiciones y resoluciones adoptadas por los órganos de las Comunidades Autónomas. "La impugnación producirá la suspensión de la disposición o resolución recurrida, pero el Tribunal, en su caso, deberá ratificarla o levantarla en un plazo no superior a cinco meses". Esta decisión debe tomarla el Consejo de Ministros, pero para eso es preceptivo un informe previo del Consejo de Estado. (...) Se trata, por tanto, y dado el contexto actual, de una decisión de un importante calado político que toma directamente el jefe del Ejecutivo. Este mismo domingo, la líder de ERC, Marta Rovira, afirmaba que ya estaban negociando el referéndum con el PSOE, algo que fuentes de la dirección socialistas desmentían a este diario".
Más sobre el socialismo. "El PSOE se escuda en los acuerdos de investidura para mantener atados a ERC y Junts después del 12-M", señala El Nacional. La pieza viene con la firma de Abel Degà: "Santos Cerdán señalaba el 9 de noviembre en una rueda de prensa desde Bruselas que el acuerdo de investidura firmado entre PSOE y Junts per Catalunya no solo servía para alargar la residencia de Pedro Sánchez en la Moncloa, sino también para mantenerlo intacto durante cuatro años en la presidencia española. "Es un acuerdo de legislatura" y de "estabilidad", apuntaba el secretario de Organización de los socialistas después de haber firmado un documento con su homólogo en Junts per Catalunya, Jordi Turull. Se intentaba curar así en salud, ante cualquier tormenta que pudiera producirse en un futuro. Cuatro meses después, Ferraz avista vientos en el horizonte. Se han convocado elecciones en Catalunya, y el 12-M pone en cuestión el futuro de la legislatura española".
Sigue Degà: "Puede pasar que uno de los dos socios catalanes imprescindibles de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados quede fuera de la gobernabilidad de la Generalitat después de las elecciones catalanas. ¿La formación que quede fuera tendrá alicientes para mantener al líder socialista en la Moncloa? Tenga motivos o no, una alta fuente del PSOE insiste en que Esquerra Republicana y Junts per Catalunya tienen firmados unos acuerdos de investidura que, según la interpretación que hacen los socialistas, obligan a las dos formaciones independentistas a mantener la estabilidad de la legislatura española. ¿Qué dicen los acuerdos de investidura firmados por el PSOE con las dos formaciones independentistas? "En paralelo al cumplimiento de los compromisos adquiridos" en el acuerdo de investidura, Esquerra Republicana se comprometió a "dar estabilidad a la legislatura a través de una negociación de buena fe y de la voluntad de aprobar los principales hitos legislativos", entre los que se menciona especialmente el ámbito presupuestario y relativo a los fondos de recuperación de la UE, los proyectos de ley remitidos por el Gobierno en las Cortes y los Reales Decretos".
Y: "Con respecto a Junts per Catalunya, en el punto posterior al compromiso de investir a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno aparece el de "la estabilidad de la legislatura", en el que se apunta que esta estará "sujeta a los avances y cumplimientos de los acuerdos que resulten de las negociaciones en los dos ámbitos permanentes", que tratan "la superación de los déficits y limitaciones del autogobierno" y "el reconocimiento nacional de Catalunya"".
Pero hay más partidos y más líos. El PP, por ejemplo, no sale de la compulsión conservadora a lastrar sus propias posibilidades, como pone de manifiesto el debate a estas alturas sobre la candidatura catalana. "Las consultas de Feijóo sobre el candidato en Cataluña piden «cambio»", destaca La Razón. Cambio, el comodín de la política. En el sumario de ese titular se explica que "La urgencia es la carta a favor de Alejandro Fernández frente a la demanda de los barones populares de renovación en el PP regional". Escribe Carmen Morodo: "El PP plantea su campaña de las elecciones catalanas del próximo 12 de mayo como un duelo «entre los que han trabajado para traer a Carles Puigdemont aclamado y los que defienden que Puigdemont debe volver para ser detenido y juzgado». En definitiva, quieren liderar «el bando de combate contra la amnistía y la impunidad», desde el lema de que el PSC ya no está en el lado de los constitucionalistas y que, por lo tanto, la forma mas eficaz de frenar al soberanismo es votar al PP. En la dirección del partido están ya analizando los datos y las encuestas para ver cómo pueden penetrar en el espacio electoral del exministro de Sanidad Salvador Illa en una operación de concentración, además, de todo el voto de centroderecha. El de Vox, el que en su día se fue a Inés Arrimadas y el que se marchó a los socialistas catalanes pensando que este partido nunca apuntalaría el «procés»".
Continúa la nota: "Pero sobre esta teoría, el problema del PP es que todos los ojos están puestos ahora mismo en quién será su candidato y en que esto distrae la atención de su discurso y del programa constitucionalista. Al margen de los formalismos, en este caso, y más con la urgencia que genera el anticipo de las elecciones catalanas a mayo, la decisión sobre esta candidatura sale de la «inspiración» de Madrid. Y de las consultas que ha realizado el líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, la conclusión se resume en que «a nadie le gusta la opción» de Alejandro Fernández, el actual líder del PP regional, quien desde un principio estaba en los planes de relevo con los que llegaron Feijóo y su equipo a Madrid tras la caída de Pablo Casado. La resistencia de Alejandro Fernández a dar un paso al lado ha ido retrasando la convocatoria del congreso regional, hasta que el movimiento de ERC le ha ayudado a colocarse en una posición en la que da la impresión de que la premura del tiempo juega a su favor. Pero esta circunstancia no oculta que no es el perfil que querrían en Génova ni tampoco en la organización catalana, aunque se haya ganado el aplauso como parlamentario".
Y: "Desde su entorno van diciendo que no mantenerle en el puesto ni como candidato sería debido a que los de Feijóo quieren dejarse abierta una puerta a futuro al entendimiento con Junts para así hacer frente común en Madrid al Gobierno de Pedro Sánchez. En realidad, los motivos por los que no se le ve como candidato son más amplios y emparentan con «un proceso de revisión» de la imagen que los populares dan tanto en Cataluña como en el País Vasco para tratar de adaptarse a la evolución social sin dejar de lado las líneas directrices de su programa".
Actualidad republicana. ERC no parece tener problemas internos. De lo que dicen en público y privado se infiere que los referentes republicanos están en paz con sus pares y sus superiores. Parecen los típicos seres de luz con ese punto de extravío que acaba por resultar tan inquietante. En Nació Digital Ferran Casas y Carme Rocamora entrevistan a Oriol Junqueras. El presidente de ERC imparte doctrina, marca distancias con PSC y ERC, dice la pieza, y reclama apoyo electoral para "no pactar ni con irresponsables ni con egoístas".
Algunas respuestas causan escalofríos. Preguntado sobre cómo vive que Puigdemont se pueda presentar y él no, Junqueras replica beatífico, oliendo a incienso y santidad que "amb molta alegria, molta solidaritat i companyonia, i desitjant a tothom el màxim de llibertat i de capacitat de realització. Desitjo el millor al Carles i a tots els exiliats, a tots els que hem passat per la presó, a tots aquells que estan pendents de judici com Josep Maria Jové, Lluís Salvador o Natàlia Garriga. I qualsevol demòcrata ha de desitjar el millor per a tots els nostres".
¿Solidaritat i companyonia? ¿Dos personas que no se hablan?
25 de marzo, santoral: Solemnidad de la Encarnación del Señor. Dimas, el buen ladrón. Dula, Hermelando, Lucía Filippini, Margarita Clitherow, Matrona de Tesalónica, Mona, obispo, Nicodemo de Mammola, Procopio de Sázava y Quirino de Roma.