Europa se encierra mientras en España el Gobierno opta por medidas más suaves que en marzo y abril. Aún así, arden las calles. Las revueltas contra las restricciones se extienden igual que el coronavirus, como un reguero de pólvora. Una extraña mezcolanza de antisistema, ultras y desesperados "celebra" con fuego y violencia el toque de queda en lugares tan insospechados como la pacífica Logroño, ciudad nada acostumbrada a algaradas, disturbios y cargas policiales.
Entre tanto, los datos epidémicos son desoladores. "España, tercer país de Europa con más mortalidad desde julio" titula en portada El País. Es una pieza de Daniele Grasso, quien escribe: "España suma solo desde julio 7.100 fallecimientos oficiales por coronavirus, lo que supone 15 muertos por cada 100.000 habitantes. Esta tasa la sitúa como el tercer país con peores datos de Europa. Alemania registra 10 veces menos fallecidos e Italia apenas un tercio. Portugal (8), Francia (9) y Bélgica (12) son los países del entorno europeo que más se acercan. Además, España ha notificado esta semana 150 fallecidos diarios por Covid-19, lo que convierte esta enfermedad en la principal causa de muerte. Los únicos dos países que superan a España en la tasa de muertos por coronavirus son Rumanía y la República Checa --que impuso unas medidas más o menos rígidas dependiendo de las ciudades, por ejemplo, en las más golpeadas como Praga hubo confinamiento domiciliario--, pero sufrieron menos la primera ola con un número de muertes de marzo a junio relativamente bajo".
Sigue Grasso: "Con las cifras de fallecidos hay que tener cautela, porque la información que transmite España a las instituciones europeas proviene de los sistemas de información del Ministerio de Sanidad, que ha tenido constantes problemas de retraso e infranotificación. Por ejemplo, su cuenta de fallecidos es un 30% inferior a la que publican las comunidades autónomas. Incluso así, España ha superado esta semana la media de 150 muertes diarias, oficiales y confirmadas con pruebas diagnósticas. Es la misma media diaria de fallecidos que provocó el conjunto de todas las enfermedades del sistema respiratorio en 2019 y 10 veces más que los accidentes de tráfico en 1996, que fue de los peores de la serie histórica. Si el ritmo no baja, en Navidad se sumarán unas 8.000 muertes más".
Las prisas en la desescalada, la falta de rastreadores y el incumplimiento de las cuarentenas por parte de no pocos infectados confirmados y sus contactos estarían detrás de los elevados índices que presenta la enfermedad en España. Y la manera de socializar, las reuniones familiares, los besos y abrazos y la negación.
Las consecuencias económicas de la pandemia comienzan a aflorar en forma de agudo malestar. Comienza a menudear la violencia callejera, los disturbios, los enfrantamientos con la policía y los saqueos. "El estallido se frena por el apoyo familiar y el asociacionismo pero el malestar se dispara" titula El Confidencial su apertura. Escribe Isabel Morillo desde Sevilla: "Contenedores ardiendo. Cargas contra la Policía. Violencia radical. Son imágenes que han recorrido España de sur a norte esta semana en el arranque del segundo estado de alarma del país por el Covid. Sociólogos, epidemiólogos e investigadores sociales avisan de que de momento el civismo es mayoritario en el país pero que, conforme avance la brecha social y el deterioro económico, cada vez aparecerán más grupos aislados, desbordados y al límite. Un clima que se repite en los países vecinos de Europa y donde pescan los populismos y los partidos de extrema derecha, que se mezclan con grupos radicales de la órbita del fútbol y los negacionistas, y aprovechan protestas de sectores hundidos y desesperados por la pandemia, como el ocio nocturno. Una amalgama peligrosa en una sociedad cansada, hipersensible y cada vez más desconcertada".
Tras explicar el componente hooliganesco de la violencia en Sevilla, Morillo habla del caso catalán y las inauditas consideraciones del voxero Ignacio Garriga: "En el caso de Barcelona, directamente el líder de Vox en Cataluña, Ignacio Garriga, aseguró que no eran 'negacionistas' sino "trabajadores en el paro, padres sin nómina para alimentar a sus hijos, autónomos que no tienen trabajo". Grupos, señaló, "condenados a la miseria". Tras la avalancha de declaraciones del resto de partidos políticos criticando que se jalearan las actitudes violentas, el líder de Vox, Santiago Abascal, vinculó las protestas con "menores extranjeros y radicales". La Policía no tiene ningún indicio ni prueba en ese sentido".
En Vozpópuli, Gabriel Sanz escribe de la perspectiva del presidente del Gobierno. "Sánchez: 'Es mejor que Podemos esté en el Gobierno para que no incendie la calle' titula su pieza, que arranca así: "'Es mejor que Podemos esté dentro del Gobierno'. Ese es el mensaje que durante las últimas semanas está trasladando Pedro Sánchez a empresarios, interlocutores de la oposición e incluso dirigentes del PSOE, preocupados todos por la situación política y económica de España y por la actitud de un Podemos decidido a desgastar a la monarquía, según ha sabido Vozpópuli. Sánchez no solo considera a Pablo Iglesias imprescindible por pura aritmética parlamentaria --sin el voto de los diputados morados los Presupuestos 2021 no saldrían adelante y la legislatura estaría prácticamente finiquitada--; también teme que, en caso de una ruptura abrupta de la coalición, Podemos se sume al verdadero incendio que se va a producir en la calle a partir de enero, cuando multitud de empresas vayan a la quiebra por la pandemia dejando a cientos de miles de trabajadores en el paro".
Continúa la nota líneas después: "El Gobierno achaca lo ocurrido a grupos antisistema variopintos y teme que se extienda por toda España porque el discurso 'del odio' que expande la ultraderecha les hace el caldo gordo. No obstante, su reflexión es que, mientras la oposición sean únicamente PP y Vox --Inés Arrimadas parece dispuesta a apoyar las cuentas públicas--, la coalición de izquierdas podrá aguantar la presión de la calle por muy grande que sea el deterioro económico en esta segunda oleada del virus".
En El Independiente recogen los insólitos incidentes en la mesocrática capital de La Rioja, Logroño, ciudad en la que el último incidente de gravedad del que se tiene constancia se remite a la revolución del 34, cuando los anarquistas se atrincheraron en el café Moderno. Del referido diario: "Unos 150 radicales, muchos de ellos jóvenes, han protagonizado esta tarde-noche disturbios en el centro de Logroño, donde han cruzado y quemado contenedores, tirado piedras a la Policía y cortado el tráfico en las cercanías de las sedes del Ejecutivo riojano y de la Delegación del Gobierno en La Rioja. Además, han asaltado una tienda Lacoste del centro tras reventar los cristales del escaparate. Siete agentes han resultado heridos y, al menos, se han practicado media docena de detenciones. Algunos de los radicales han mostrado carteles con lemas como 'más expertos y menos políticos'; han gritado contra las medidas de restricción impuestas para tratar de frenar la expansión del coronavirus y han pedido 'libertad', informa Efe".
¿Más expertos y menos políticos? Pedazo de mentecatos.
En Barcelona, segunda noche de violentos disturbios. Esta vez se atribuyen a los okupas, que reventaron las cristaleras de las dependencias municipales de la plaza de Sant Miquel en protesta, dicen, por los desahucios. Garriga no ha dicho nada esta vez. En el e-notícies atribuyen la profusión de incidentes en la rosa de fuego a la tolerancia demostrada durante los últimos años con los Comités de Defensa de la República (CDR), así que de aquellos barros estos lodos: "'Ningún espacio ni concesión a los que buscan la desestabilización practicando violencia extrema en un momento tan crítico en la lucha contra la Covid-19. Los Mossos investigarán y perseguirán los que hoy han practicado la violencia extrema en la Via Laietana y calles adyacentes" escribió en un tuit Miquel Sàmper, consejero de Interior. Las declaraciones condenando los actos violentos perpetrados este viernes contrastan con la tolerancia que tuvo el independentismo hace poco más de un año, cuando se produjeron disturbios en la misma zona (Via Laietana y Plaza Urquinaona) por parte de manifestantes CDR con motivo de la huelga general del 18-O en contra de la sentencia del Tribunal Supremo contra los dirigentes independentistas por los hechos del proceso. De hecho, desde el independentismo ha idealizado lo que consideran 'la batalla de Urquinaona' hasta el punto de que la exconsellera de Educación Clara Ponsatí aplaudió la actitud de los independentistas que incendiaron Barcelona aquella jornada durante su intervención en el acto de Puigdemont en Perpiñán. Ponsatí, al inicio de su discurso, saludó 'a que caminaron durante días en las marchas de la libertad, a los que ocuparon el aeropuerto y los jóvenes que ganaron la batalla de Urquinaona'".
Mientras tanto y en el exterior, Portugal confinará al 70% de la población en sus domicilios a partir del próximo miércoles. Francia y Alemania ya están cerradas e Inglaterra adoptará las mismas medidas. De El Diario: "El primer ministro británico, Boris Johnson, ha comparecido este sábado para anunciar nuevas medidas que buscan contener el avance del coronavirus en el país. De esta forma se establecen normas más contundentes, aplicables a Inglaterra como mínimo hasta el dos de diciembre, y que obligarán al cierre de bares y comercios no esenciales (excepto la entrega a domicilio).También se prohibirán los viajes internacionales y nacionales que no sean por motivos justificados, así como las pernoctaciones fuera de casa. No obstante, las personas aún podrán hacer ejercicio al aire libre con miembros del mismo hogar e ir a trabajar si no se les permite la opción en remoto".
Sigue la nota: "Según las nuevas regulaciones, que serán publicadas el martes y sometidas a votación por los parlamentarios un día después, también se restringen las reuniones en hogares a excepción de razones justificadas, como el cuidado de personas vulnerables. "Deben quedarse en casa. Solo pueden salir por razones específicas, como la educación o el trabajo", ha subrayado Johnson antes de añadir que 'la Navidad va a ser diferente este año' y que mantiene la esperanza de que si se toman medidas 'las familias de todo el país puedan estar juntas'. 'No volveremos al bloqueo a gran escala de marzo y abril, las medidas que he descrito son mucho menos restrictivas', agrega el político".
Economía. En El Mundo Juanma Lamet y Daniel Viaña entrevista a Cristóbal Montoro, cuyo presupuesto está a punto de caer. Critica el exministro de Hacienda popular que "para recuperar la actividad no hay que subir impuestos y menos por motivos ideológicos". Ahí van tres preguntas y respuestas de relieve:
Pregunta: Parece que, ahora sí, los Presupuestos más largos de la Historia van a llegar a su fin, tras haber abarcado 2018, 2019, 2020 y, con toda seguridad, los primeros días de 2021. ¿Le alivia o le produce nostalgia?
Respuesta: No, no provoca un sentimiento extraordinario. Ni especial, siquiera. Lo que es anómalo es que haya tantas prórrogas. Gobernar con el Presupuesto del anterior Gobierno es ir contra natura. Y a eso se le suma que este nuevo Presupuesto nace en una situación extraordinariamente difícil como es una crisis que no tiene raíces económicas, sino de salud pública, y con un grado de intensidad como no habíamos conocido antes.
P: Estos Presupuestos llegan precisamente en la segunda ola, con incremento muy fuerte de los contagios que están arrastrando a su vez a la economía y deja el papel mojado. ¿Nacen desfasados ya?
R: Nacen cargados de incógnitas en cuanto a su capacidad de respuesta a esa crisis. Esta crisis debería abordarse en claves financieras antes que presupuestarias. Para eso tenemos los recursos del Banco Central Europeo y los préstamos del fondo europeo. Que los agentes económicos privados cuenten con recursos que los haga protagonistas de nuestra recuperación. No debemos abordar una crisis de esta naturaleza como si fuera una oportunidad, porque no es una oportunidad, es una desgracia. Y de las desgracias no se sale más fuerte. Ni con ensoñaciones.
P: Sin rodeos, ¿usted cree que el PP se equivoca al pedir bajar ahora los impuestos?
R: No, es que no sirve bajar los impuestos. El problema es que las empresas no están facturando. Alemania, por ejemplo, bajó el IVA de la hostelería... y acaba de cerrar toda la hostelería un mes. El IVA no es el problema, y no es suficiente. Eso sí, nadie, ningún organismo internacional, nos está diciendo que subamos impuestos en este momento. Los impuestos deben abordar objetivamente problemas y no tanto contener ideologías.
1 de noviembre, santoral: Todos los Santos.