Los protocolos por los que se coló el virus en España
'El País' atribuye a directrices de Sanidad la extensión del coronavirus. Díaz Ayuso aboga ahora por no hacer política con lo que pudo haber sido y no fue
14 junio, 2020 09:02Noventa días de estado de alarma. La gente ha perdido el miedo y las playas están de bote en bote, hasta el punto de que se tienen que cerrar por exceso de afluencia. Las calles bullen. Hay colas a las puertas de las tiendas debido a las restricciones de aforo. Se palpa una alegría que contrasta con las tremebundas previsiones económicas y con las secuelas del coronavirus. Es como si la pesadilla hubiera terminado, aunque médicos y políticos escaldados aconsejan no bajar la guardia y alertan de posibles rebrotes. La enfermedad no está del todo controlada. Reportan un nuevo brote en el mayor mercado mayorista de alimentos en Pekín, ciudad en la que se han confinado varios barrios.
En este contexto difuso, un análisis pormenorizado de El País con las firmas de J. M. Romero y O. Güell destapa El agujero por el que se coló el virus, según reza el titular de cabecera. "Médicos de varias regiones pidieron en febrero test para casos de neumonía pero dos protocolos de enero de Sanidad lo impidieron" abunda un antetítulo. La información arranca así: "Hubo unos días en febrero en los que España --y Europa-- miraba a China sin saber que el virus estaba dentro. Esos días, médicos de Valencia, Igualada (Barcelona) y Madrid reclamaron tests para pacientes de neumonía que suponían contagiados de coronavirus. Las pruebas fueron denegadas porque los protocolos de Sanidad de enero, sólo las permitían para enfermos que hubieran estado en China".
Tras relatar el asunto del primer fallecido, un hombre de 69 años en Valencia que había viajado a Nepal, el de un médico en Igualada que pidió hacer pruebas del coronavirus y se las denegaron y el de pacientes en Madrid que tardaron quince días en ser diagnosticados, la nota concluye que "estos casos demuestran que España combatió a ciegas la propagación del virus durante las primeras semanas de febrero hasta que se topó con una oleada de contagios fuera de control. El agujero por el que se coló el virus lo abrió una decisión sanitaria tomada en enero. Entonces se pensaba que el SARS-CoV-2 no iba a ser tan contagioso, que todos los infectados iban a desarrollar síntomas y que, al igual que con el primer virus SARS de 2002 o con el virus MERS de 2012, el mundo iba a poder frenar al patógeno. Por todo lo anterior, el Ministerio de Sanidad decidió adoptar el 24 de enero una definición de caso --los criterios que debe cumplir un enfermo para hacerle las pruebas-- muy estrecha. Solo se investigarían los casos de pacientes que hubieran estado en Wuhan (China) o en contacto con personas diagnosticadas de covid-19".
En el ABC entrevistan a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien tras el escándalo de las residencias de ancianos se suma a las tesis de quienes abogan por no hacer política sobre lo que pudo haber sido y no fue. "Pablo Iglesias nunca llamó para ayudar, y siempre que pudo ha echado gasolina" es el titular de la entrevista que firma Sara Medialdea y en la que Díaz Ayuso también expresa sus sospechas sobre sus socios de Ciudadanos: "No descarto que Madrid sea parte de los pactos de Sánchez y Arrimadas".
En cuento al trato a los ancianos, ahí van las preguntas y respuestas alusivas:
- —¿Cuándo supo que existían los protocolo para derivar ancianos de residencias a hospitales?
- —Esa polémica la he conocido con el tiempo; como presidenta no estoy a esas cuestiones. Tengo claro qué órdenes políticas hemos dado y cuáles no. Las mías han sido unificar la sanidad pública y privada, construir Ifema, traer material... Pero dónde ha de estar un anciano, donde tiene que ser tratado, ha de decidirse por un geriatra, tienen que ser siempre decisiones profesionales.
- —Este tipo de protocolos existían también en otras regiones. ¿Le parecen éticos?¿Y legales?
- —Me parece que son profesionales, y nosotros no podemos valorarlo. No se puede mirar la excepcionalidad con los ojos de la normalidad. Lo que se ha vivido en Madrid y en toda España durante estos meses y en concreto en la última quincena de marzo, fue una guerra, donde todas las comunidades autónomas, con el material que tenían, tuvieron que poner a disposición de los ciudadanos todos los servicios públicos. Para mí la falta de ética es el desdén, el haber abandonado a alguien a su suerte, y es algo que no ha sucedido en Madrid: aquí se ha peleado por cada vida. Se deja entrever algo que no es cierto: que en la inmensa mayoría de los casos, si no en todos, podrían haberse evitado esos fallecimientos y no es verdad.
- —¿Qué se pudo hacer y no se hizo en las residencias?
- —Lo que se pudo hacer es haberlas cerrado en febrero: haber sabido que desde enero-febrero andaba este virus campando a sus anchas por toda la península y haber cerrado todo. Es algo que pienso cada día.
- —¿Que le parece que Pablo Iglesias cargue tan duramente contra usted por la gestión de las residencias?
- —Me parece reprochable, de una falta de talla política tremenda, y por supuesto de gran insensibilidad el jugar con los sentimientos de tantas personas que han perdido un ser querido en una residencia. Y extraerlo de ahí como si sólo hubiera ocurrido en Madrid. Probablemente se está viendo acorralado porque él tenía el mando único en las residencias de ancianos y jamás hizo absolutamente nada por ninguna. Y viéndose acorralado, ha decidido que nos metamos todos en la misma melé, pero es que yo sí he estado ahí, y él no ha estado nunca.
En La Razón el protagonista de la entrevista dominical es el teniente general Luis Manuel Martínez Mejida, jefe de la Unidad Militar de Emergencias (UME), quien también habla de lo que se encontró el Ejército en las residencias geriátricas. La entrevista es de Fernando Cancio:
- –¿Les costó adaptarse a una misión tan diferente?
- –Tenemos que resolver problemas en nuevos contextos siendo rápidos, flexibles y buenos en ambientes difíciles, donde puede haber confusión, caos, donde hay que inspirar tranquilidad y transmitir seguridad. Ahí se nota nuestro adiestramiento. Los que diseñaron la UME tuvieron una gran visión y supieron ver unas necesidades que hoy han sido decisivas. Ha habido unas capacidades esenciales, que son el Grupo de Intervención en Emergencias Tecnológicas y Medioambientales (GIETMA) y el Laboratorio de Intervención Rápida, una capacidad única que muy poca gente tiene. Ese regimiento es el que ha hecho que tuviéramos Epis, mascarillas, equipos de desinfección... Y el laboratorio está acreditado para hacer los test. Eso nos dio una capacidad única en un momento muy complicado. Han sido las piedras angulares de la intervención de la UME. La unidad fue flexible y se amoldó rápidamente a un escenario y a una situación. Fue relativamente fácil evolucionar de una unidad que apaga fuegos con una autobomba a una que dispersa líquido y fumiga con las mismas autobombas.
- –¿Esperaban algo así?
- –En aquel momento, una cosa de tanta intensidad, de ese nivel, no sólo concentrado en un punto, sino a nivel nacional, mundial... no nos lo podíamos imaginar. Yo, humildemente, creo que no. Es cierto que habíamos tenido Lorca, la gota fría, que nos entrenábamos... pero un hecho que ha afectado a toda España, a todo el mundo y que además veíamos que las cifras de fallecidos o contagiados al principio se iban de control... Ante este virus éramos muy novatos.
- –¿Ha sido el mayor reto al que se han enfrentado las Fuerzas Armadas?
- –Sin duda es el mayor reto que, en general, creo que se ha encontrado España, Europa y el mundo. Ha afectado en el centro de gravedad de lo que es la sociedad, no sólo la occidental. Ha puesto en peligro las mismas cosas y aún no está controlado. Estamos haciendo unas previsiones favorables porque parece que los datos acompañan, pero no hay que bajar la guardia.
- –La ministra dijo que encontraron cadáveres desatendidos en las residencias...
- –Hablamos de los días 19, 20, 21 de marzo, en los que nos salta el primer contacto con esas residencias. Ese primer contacto fue duro. Hablamos de casos aislados, pero en algunas residencias la situación que se encuentran nuestros soldados cuando llegan es: un gestor que no está; el equipo médico disminuido, como mucho una enfermera; de los celadores hay uno que está llorando, en pánico, bloqueado, que no se sabe quiénes están contagiados o qué zonas están sucias; donde los servicios funerarios no han ido y hay ancianos fallecidos desde hace 24, 48 o 72 horas y nadie ha ido a recogerlos. En esa situación, nuestra gente no sólo es que haya recibido un impacto visual, sino un impacto de todo: de olores, de sensaciones, de vivencias y de crudezas. Ha sido un impacto brutal.
De la bronca política por el coronavirus habla José Luis Rodríguez Zapatero en una entrevista de Daniel Basteiro para El Diario. Según el expresidente, el PP está siguiendo la misma estrategia de deslegitimación del Gobierno que tras el 11 de marzo de 2004:
- P. En varias entrevistas ha dicho que la derecha asume muy mal perder el poder. Se han establecido ciertos paralelismos entre lo que pasó tras las elecciones de 2004 que usted ganó y la moción de censura que hizo presidente a Sánchez o las elecciones del año pasado. ¿Qué hay de comparable?
- R. Incluso en las circunstancias más dramáticas y trágicas para un país, cuando algunos están en la oposición parece que, para ellos, no hay límites. Y ya no me refiero a los legales, que se sustancian en los tribunales, como ocurrió tras el 11M. Entonces quedó establecida la verdad objetiva e irrefutable. Algunos siguen sin aceptarlo. Aún estamos esperando por parte del principal partido de la oposición hoy, que lo ha sido de Gobierno, un gesto de autocrítica sobre su estrategia con el 11M y el intento de deslegitimación inaceptable del Gobierno que los españoles habían elegido. Ya se nos ha olvidado, pero fue muy grave: el peor atentado terrorista en la historia de España. Lo pusieron todo en cuestión: la Justicia, la investigación policial, si habían participado otros grupos terroristas o la intención. Se llegó a especular con servicios de inteligencia extranjeros o con los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Aquel proceso dio lugar a 1.200 iniciativas parlamentarias del PP desde 2004 a 2010 o 2011.
- P. ¿Está el PP repitiendo la estrategia con el coronavirus?
- R. Hay algunos síntomas que me preocupan. En primer lugar, la materia de la que se trata: una tragedia con vidas humanas que nos debería unir como país en vez de ser un elemento para dividir y atacar. Segundo: se cuestionan verdades objetivas. Ahí hay un cierto paralelismo. España es el único país de Europa en el que se cuestionan las manifestaciones del 8M. Se celebraron en todos los países de Europa, pero el debate sobre su prohibición o si se ocultó información sólo se ha abierto aquí. En el 11M, igual. Sólo un país como España ofreció el espectáculo de una oposición que crispó y dividió; que puso en cuestión que era un atentado terrorista islamista. Esto cuenta en la historia, en nuestra historia.
- La democracia se sustenta en un consenso sobre las reglas y su respeto, pero también en unos parámetros de cierta racionalidad, en no discutir las verdades objetivas y evidentes. Me causan mucha preocupación estos paralelismos. Lo que intentan en el fondo es la deslegitimación de un Gobierno. Que lo haga la extrema derecha, es su papel: negar el sistema, la evidencia y oponerse a esa teoría de la "dictadura progre" que no es más que el consenso democrático y de los derechos. Que el PP esté ahí, me preocupa. Creí que no se atreverían a volverlo a hacer, pero esta es la segunda vez que intentan la deslegitimación de un Gobierno de izquierdas. Lo intentaron con el mío y las elecciones de 2008 dieron un resultado claro. Les va a restar credibilidad y, a medio plazo, respaldo popular. No hará más que consolidar la mayoría gubernamental en el Parlamento, unir más a PSOE y Podemos en un Gobierno que tendrá un horizonte electoral más razonable.
Más política. En El Español apuntan a una crisis moderada de Gobierno. Es una pieza de Alberto D. Prieto: "Según fuentes del Ejecutivo, en Presidencia saben que es el momento de pegar un acelerón, de reforzar lo bueno para ocultar lo malo. Y Sánchez ya tiene anotadas las primeras ideas para una crisis de Gobierno. El presidente maneja tres departamentos que retocar, aprovechando los cambios a los que se puede ver obligado si sus apuestas internacionales salen como desea: la portavocía, Industria y Ciencia e Innovación".
Sigue el texto: "Desde los servicios de comunicación de Moncloa se ha alentado la circulación de varios nombres que a su condición de ministros suman ahora la de deseados por instituciones internacionales: Pedro Duque suena para el sillón de la Agencia Espacial Europea (ESA), Arancha González Laya encabeza las opciones europeas para la Organización Mundial de Comercio (OMC) y, sobre todo, Nadia Calviño puede conseguir lo que siempre anheló Luis de Guindos, presidir el Eurogrupo. (...) Y es que, insatisfecho con el resultado de su apuesta por ella como portavoz, Sánchez quiere que María Jesús Montero centre sus energías en Hacienda, con el objetivo de sacar adelante (por fin) unos Presupuestos Generales del Estado. Y decepcionado con el desarrollo de las crisis de Nissan y Alcoa, Reyes Maroto tiene muchas papeletas para ser relevada.
En cambio en El Mundo niegan la mayor y titulan que "Sánchez renuncia a reestructurar el Gobierro, sería ir a elecciones".
Cataluña. En el circo de tres pistas, Puigdemont presenta como gran atracción la posibilidad de que el tremendo Joan Canadell, presidente de la Cámara de Comercio, sea candidato a la presidencia de la Generalidad porque Puigneró ya habría pasado de moda en la pasarela eléctrica del independentismo posconvergente. En El Confidencial se ocupa de este expediente Marcos Lamelas, que escribe: "El siempre cambiante Carles Puigdemont juega ahora con una nueva alternativa para encabezar la candidatura de JxCAT para presidir la Generalitat: la figura de Joan Canadell, actual presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona y una personalidad del independentismo más radical que siempre ha sido muy cercana a Waterloo. Así lo explican fuentes del PDeCAT. Puigdemont se ha cansado del protagonismo asumido por el conseller de Políticas Digitales y Administraciones Públicas, Jordi Puigneró y cree que Canadell es más conocido y tendría más tirón electoral".
Por otra parte, la CUP, erigida en comité de ética de Junts per Catalunya, exige la cabeza de Laura Borràs para solaz de ERC.
14 de junio, santoral: Corpus Christi, Anastasio de Córdoba, Eterio de Vienne, Digna de Córdoba, Eliseo, Félix de Córdoba, Fortunato de Nápoles, Metodio de Constantinopla, Proto de Aquilea, Rufino de Soissons y Valerio de Soissons.