Una mujer 'vapea' un cigarrillo electrónico ante una de las sedes de Pfizer / CG

Una mujer 'vapea' un cigarrillo electrónico ante una de las sedes de Pfizer / CG

Política

El acuerdo de Pfizer con el Gobierno, bajo sospecha

A la multinacional farmacéutica se le acumulan las acusaciones por promover presuntamente una 'guerra sucia' contra el 'vapeo' para promocionar sus productos antitabaco

5 noviembre, 2019 00:00

El acuerdo del Gobierno de España con Pfizer ha generado suspicacias en el sector. El Ejecutivo de Pedro Sánchez ha cerrado un trato con el gigante farmacéutico para subvencionar --a partir del 1 de enero del próximo año-- Champix, un producto destinado a ayudar a dejar de fumar. El acuerdo llega un mes después de que el Ministerio de Sanidad lanzara una agresiva campaña contra los vapeadores, dispositivos que también ayudan a dejar de fumar, según han constatado numerosas investigaciones. 

Champix, producto destinado a ayudar a dejar de fumar

Champix, producto destinado a ayudar a dejar de fumar

A todo esto se suma la inconsistencia de la propia campaña del Gobierno --como el propio Ejecutivo ha reconocido--, los millones que se ha gastado en la farmacéutica y una acusación formal contra Pfizer por estar detrás de la guerra contra el cigarrillo electrónico.

Campaña engañosa

En septiembre, un mes antes de que el Gobierno anunciara su acuerdo con Pfizer, Sanidad lanzó una agresiva campaña contra el vapeo que causó estupor por ser engañosa. Bajo el eslogan "el tabaco ata y te mata en todas sus formas", el Gobierno daba a entender que los cigarrillos electrónicos son igual de perjudiciales que el tabaco, a pesar de que los estudios realizados lo desmienten, puesto que los primeros pueden llevar o no nicotina pero nunca contienen tabaco. 

La industria del cigarrillo electrónico protestó y exigió responsabilidades al Ejecutivo, pues con esa campaña no solo estaba poniendo en peligro una industria que mueve 90 millones de euros en España, sino que estaba impidiendo que numerosos fumadores dejaran de fumar tabaco, un hábito letal que mata a 52.000 personas anualmente solo en nuestro país y que puede abandonarse gracias a los vapeadores.

El Gobierno se niega a rectificar

La empresa MyBlu Spain fue más allá y denunció al Ministerio de Sanidad ante la Comisión de Publicidad y Comunicación Institucional de Presidencia del Gobierno por la falta de veracidad en la campaña, y la resolución ha sido favorable para la compañía de vapeadores. 

Campana de cigarrillos electrónicos de la empresa MyBlu Spain

Campana de cigarrillos electrónicos de la empresa MyBlu Spain

El Gobierno ha admitido que no dijo la verdad y que, efectivamente, vapear no es fumar, pero que por "necesidades propias del lenguaje" y motivos publicitarios decidieron obviar esta crucial diferencia. A pesar de ello, el Ejecutivo se niega a retirarla.

Un chollo para la farmacéutica

Un mes después de lanzar la campaña, el Gobierno en funciones anunció un acuerdo millonario con Pfizer para financiar la vareniclina (Champix) que, como los vapeadores, también ayuda a dejar de fumar. La alianza ha generado fuertes críticas por ser extremadamente beneficiosa para la farmacéutica. En concreto, la subvención del Ejectivo a Pfizer asciende a 30 millones de euros, una cantidad muy superior a lo que la compañía se embolsó con Champix en 2018: 18 millones.

Además, es el acuerdo no se acaba de entender en el sector, ya que en 2021 el fármaco pasará a ser genérico en toda Europa. De esta forma, Pfizer se va a embolsar una generosa cantidad de dinero antes de convertir uno de sus productos más vendidos en marca blanca.

Pfizer, ¿detrás de la guerra contra el 'vapeo'?

A todo esto se suma la acusación contra Pfizer de realizar donaciones secretas para apoyar campañas contra el cigarrillo electrónico en Alemania. Según publicó Der Spiegel, entre las campañas que Pfizer ha financiado estaría la de la Alianza para la Acción Alemana contra el Tabaco (ABNR).

Logo de Pfizer en una de sus sedes

Logo de Pfizer en una de sus sedes

En 2005, el gigante farmacéutico hizo una donación de 180.000 euros, destinada al establecimiento de una oficina de lobby en Berlín, tal y como muestran los documentos revelados. Además, un representante de Pfizer formaba parte del comité directivo de ABNR, lo que motivaría la consecución de acciones favorables a los intereses de la compañía. La ABNR, por su parte, admite haber recibido donaciones de la industria farmacéutica desde 2009 a cambio de transmitir información falsa sobre el cigarrillo electrónico, sin tener en cuenta las evidencias científicas sobre la salubridad del mismo.