Un mosso ayuda a subir las urnas a una furgoneta / YOUTUBE

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Política

La juez que sonrojó a los Mossos d'Esquadra el 1-O

Una magistrada de El Prat se acercó a un colegio electoral y ante la ostensible inacción de los dos agentes los identificó y les abrió diligencias

17 octubre, 2017 00:00

No se sabe muy bien qué hacía allí, frente a un colegio público de El Prat de Llobregat. Aquella mujer, de oficio jueza de instrucción, parecía despistada moviéndose de aquí para allá.

Eran las siete y pocos minutos de la mañana del 1-O.

Allí estaba ella, libreta en ristre, contemplando cómo decenas de padres, madres y niños ocupaban la zona del patio exterior del colegio. Dentro, unos jóvenes que parecían muy avezados, preparaban desayunos y sacaban de los arcones camuflados un par de urnas, de esas que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) había ordenado incautar.

Aquella mujer estaba a punto de convertirse en juez y parte. No hacía falta que nadie diera fe de lo que allí estaba pasando.

Dos 'mossos' y un destino

Una pareja de Mossos d'Esquadra / FLICKR

Una pareja de Mossos d'Esquadra / FLICKR

Una pareja de Mossos d'Esquadra / FLICKR

Ante ella se encontraban dos agentes uniformados de los Mossos d'Esquadra, ataviados con sendos chalecos antibalas y una carpeta cada uno. La pareja permanecía en la calle, junto a la puerta de acceso, tan cerca que en ocasiones se entremezclaban sin quererlo con la muchedumbre que, por momentos, les saludaban; por otros, les ignoraban como si se tratase de dos elementos del mobiliario urbano.

A las 8.45, un par de jóvenes entraron más urnas y bolsas de basura de color negro que en su interior contenían papeletas en tacos, anudadas con cinta adhesiva. Todos lo vieron. Hubo, incluso, quien les vitoreó. Su señoría disfrutaba de un primerísimo primer plano. El zum de sus ojos alcanzó a la vez y en el mismo plano a los portadores de urnas y a los dos agentes que, sin mover una pestaña, vieron (y supieron) indubitadamente lo que allí se cocía.  

La magistrada, con los primeros rayos del sol, decidió dar salida al poder que le otorga la ley y ni corta ni mucho menos perezosa se aproximó a los agentes y se identificó como juez.

Cazados 'in situ'

Los policías no se cuadraron pero hicieron como si lo intentaran. Evidentemente, la juez les había pillado a contrapié. A continuación les pidió a ambos su número de identificación profesional y tomó nota. “¿No ven lo que está pasando? ¿Por qué no actúan?, preguntó su señoría sin que los agentes, balbuceantes, pudieran responder poco más que: “Sólo somos dos. Y cumplimos órdenes”.

Esa juez, horas después, ya en el juzgado, abrió diligencias por desobediencia contra los agentes a los que ha imputado gracias a unas pruebas conseguidas de primera mano.

Estos dos agentes forman parte de los 24 mossos d'esquadra imputados por desobediencia en lo que se ha considerado inacción en el cumplimento de una orden judicial.

El comportamiento de un mosso que se conformó con que le impidieran cerrar el colegio

Los primeros imputados

Al menos 12 jueces de distintos puntos de Cataluña han imputado ya a estos 24 agentes.

Los magistrados, como titulares de partidos judiciales como el de Barcelona, Lleida, El Prat o El Vendrell, han abierto investigaciones en la mayoría de los casos por denuncias de particulares, salvo el caso de un juez de Lleida que actuó de oficio o el de la proactiva magistrada de El Prat.