Carles Riera, cabeza de lista de la CUP en un acto de la campaña electoral / EFE

Carles Riera, cabeza de lista de la CUP en un acto de la campaña electoral / EFE

Política

La controvertida terapia de Carles Riera, candidato de la CUP

El cabeza de lista del grupo radical practica desde hace siete años un método psicoterapéutico que es objeto de polémicas en las redes sociales

16 diciembre, 2017 00:00

El candidato de la CUP a la presidencia de la Generalitat, Carles Riera, ha empleado la controvertida terapia Gestalt en sus pacientes. En su perfil de LinkedIn constata que lleva siete años como terapeuta en L'Espai de Gestalt.

En foros y blogs y en la comunidad científica se cuestiona la eficacia de esta terapia y se la equipara con las pseudoterapias por las falsas esperanzas que crea. Esta terapia ligada a la psicología humanista se caracteriza por no aplicarse exclusivamente para tratar enfermedades, sino también para desarrollar el potencial humano.

La vida de pacientes en juego

“La terapia Gestalt es una de las formas de pseudopsicoterapias más extendida. Desde la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP) la englobamos dentro de las pseudoterapias por adolecer ésta de estudios científicos rigurosos que acrediten su utilidad clínica efectiva en el ámbito en que se aplica, el psicológico, para las diferentes indicaciones que se ofrecen”, explica Elena Campos Sánchez, presidenta de APETP

Al no haber demostrado clínicamente su utilidad, no puede ser considerada una técnica terapéutica válida, al igual que el psicoanálisis, del cual bebe y que está fuera de la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud precisamente por su falta de eficacia.

De este modo, la terapia Gestalt no debería estarse empleando como tratamiento sobre pacientes que sí son enfermos reales y que sí que requieren un tratamiento efectivo, con garantías, máxime existiendo otras posibilidades terapéuticas validadas. Tengamos en cuenta que son tanto su vida como su calidad de vida y la de sus familias las que están en juego, subraya Elena Campos.

Apunta como para validar nuevas terapias y técnicas están los ensayos clínicos, que es donde, como mucho, debería estar esta pseudoterapia Gestalt.

El posible intrusismo 

Desde la APETP hacen hincapié en que, según la información publicada en su perfil de Linkedin, Carles Riera tiene formación en Sociología y Ciencia Política, con un grado en Psicomotricidad y Expresión Corporal.

En ningún caso comenta ser licenciado en Psicología, ámbito competencial en que caería el ejercicio de esta pseudopsicoterapia Gestalt. “Esto constituye un hecho grave, ya que, de no ser colegiado en psicología, este señor no podría estar actuando como psicoterapeuta. Por ello, creemos que Riera debería aclarar cuanto antes si posee o no la formación reglada (licenciatura o grado en Psicología) y colegiación adicional necesaria en España para ejercer como psicoterapeuta; de no ser así, estaríamos ante un claro caso de intrusismo sanitario, lo que constituiría un delito tipificado en el Código Penal (art. 403), denunciable al Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos”, explica la presidenta de esta Asociación de víctimas de las pseudoterapias.

Críticas en las redes sociales

 “Una suerte de psicoterapia new age basada en "autoconsciencia" y culpabilidad. Vamos, una magufada”, criticaba recientemente una tuitera al conocer la actividad del diputado de la CUP.

 “Cuando una persona recibe terapia Gestalt lo primero que ocurre es que su comportamiento cambia por completo. Le aconsejan no reprimirse y si lo aplica en su vida supone una dominación sobre las personas con las que convive. Sus deseos los impone por encima de todo y si tienes pareja, el egocentrismo de la persona que está siendo tratada, crea un gran conflicto”, según un bloguero que se confiesa víctima de su aplicación.

En su blog alerta de un problema de salud pública cuando gente sin demasiados conocimientos en psicología, “reprograman a inocentes neuróticos para dejarlos indefensos a su suerte y con el tiempo vuelven al mismo lugar, donde les cobran sustanciosas sumas de dinero, para recibir otra vez terapia”.