Paco Rodríguez, gerente del Instituto Municipal de Informática (IMI) del Ayuntamiento de Barcelona, con el 'traje a medida' / CG

Paco Rodríguez, gerente del Instituto Municipal de Informática (IMI) del Ayuntamiento de Barcelona, con el 'traje a medida' / CG

Política

'Dedazos' en los contratos del Ayuntamiento de Barcelona

Descontrol y favoritismo en las contratas informáticas del consistorio, en las que la alcaldesa Ada Colau trató de poner coto, sin éxito

24 abril, 2019 00:00

Dedazos en los contratos del Ayuntamiento de Barcelona. El ejecutivo local de Ada Colau ha tratado de poner coto al descontrol y los favoritismos en las adjudicaciones del Instituto Municipal de Informática (IMI). Ha sido en vano. Empresas del sector han denunciado en el segundo mayor consistorio de España, a la oposición y a los medios que el organismo autónomo es una suerte de coto vedado "a unos cuantos".

El último ejemplo de ello sería una licitación de cerca de 1,1 millones de euros adjudicado por el IMI el pasado 14 de enero --fecha de formalización--. Según empresas del sector, el cerebro digital del Ayuntamiento lanzó la contrata con un traje a medida para uno de sus directivos y colaboradores más estrechos, Óscar Alonso. El consultor informático se llama freelance en sus redes sociales, aunque lleva diez años colaborando con el Instituto municipal. La plica técnica del contrato de 1,1 millones para el departamento de Desarrollo del IMI llega después de que el ejecutivo haya colaborado en ese brazo del ente público, y exige un perfil muy similar al suyo. "¿Quién es capaz de presentar un currículum con 50 servicios en nuevas tecnologías de más de 100.000 euros cada uno para la administración en tres años? Son unos pliegos imposibles de cumplir en el sector. Y la licitación lo exige como requisito excluyente", han indicado. Fuera un traje a medida o no, lo cierto es que Alonso trabaja ahora para la empresa ganadora, Arestes Servicios Informáticos, según pudo comprobar ayer este medio.

"Un contrato dirigido desde el inicio"

Desde el sector denuncian que las dos empresas finalistas, Sopra Steria y Arestes, "presentaron a Alonso como su consultor". Agregan que el directivo, algo que no ha podido ser cotejado por este medio, pues ni Arestes, ni el Ayuntamiento de Barcelona ni el propio Alonso han contestado a los requerimientos informativos de Crónica Global, "participó en la redacción del pliego de condiciones del concurso" [ver aquí]. Tuviera un rol o no, el consultor externo freelance ha afianzado su posición en la dirección de Desarollo del IMI con un polémico concurso en el que se pedía un perfil --las empresas rivales dicen que casi inexistente en el mercado-- muy similar al suyo. Finalmente, el profesional ha sido contratado por un salario que alcanza los 70.000 euros, según los pliegos de contratación.

"El concurso estaba dirigido desde el principio", se han quejado empresas competidoras. "Es descorazonador encontrarse con situaciones como esta, ya que el esfuerzo que realizamos es costoso en tiempo y dinero. Ver como hay concursos que no son libres o que laminan la igualdad de condiciones hunde la credibilidad del IMI y Ayuntamiento de Barcelona y deja sin valor todas las sesiones que convoca el Instituto con proveedores con el fin de dinamizar el mercado y otorgar posibilidades a las pymes", han recalcado. Cualquiera que fuera su opinión, lo factual es lo estricto del pliego de contrataciones, el fichaje de un profesional adosado a la cúpula del IMI durante una década y que Arestes no asistió a una sesión de preguntas y dudas convocada 17 días antes del plazo para presentar ofertas. "La envió cinco días antes", señalan los denunciantes.

"Es un coto privado"

Ello no ha podido ser cotejado, pues ni una portavoz municipal, ni el propio Óscar Alonso, ni Arestes han respondido a las cuestiones de este medio. Sí lo ha hecho Sopra Steria para confirmar que el señor Alonso no está empleado allí. Por otro lado, este medio ha comprobado que el directivo pegado al IMI ya tiene despacho en Arestes. Voces de la oposición municipal también han hablado. "El IMI es un coto privado en el que Barcelona en Comú (BComú) trató de meter cuña cuando alcanzó el poder, sin éxito. El hecho de que el Instituto externalizara los proyectos y lo hiciera para un pequeño núcleo de empresas expulsó a profesionales de nivel como Sergio Madonar --actualmente director de proyecto senior del supercomputador de Barcelona (BSC-CNS)--", han aseverado.

Según los concejales de la oposición consultados, "los comunes buscaron acabar con la contratación opaca, pero a la luz de los eventos actuales, no lo han conseguido". Sería si ello es cierto la enésima polémica que encaja el equipo de Ada Colau en contratación pública. Antes, la alcaldesa de Barcelona ha patinado con las adjudicaciones del Instituto de Cultura de Barcelona (Icub); las licitaciones opacas en Cementiris de Barcelona (Cbsa) o la contratación pública sostenible derivada de la fracasada multiconsulta en 2018.