Dos funerarios colocan un féretro en un coche fúnebre en Madrid en plena pandemia / EFE

Dos funerarios colocan un féretro en un coche fúnebre en Madrid en plena pandemia / EFE

Política

Barcelona frena las cremaciones de difuntos al colapsar el servicio

El Ayuntamiento limita las incineraciones e impondrá, a cambio, entierros obligatorios de dos años por la pandemia del coronavirus

6 abril, 2020 13:03

Las operadoras avisaron y ha pasado. Barcelona frenará las cremaciones de cuerpos el miércoles al haberse desbordado el servicio de incineración de Cementiris de Barcelona por la pandemia del virus SARS-CoV-2. El Ayuntamiento ha informado hoy de que limitará las quemas de difuntos en la Ciudad Condal a partir del miércoles. A cambio, Cementiris ofrecerá entierros obligatorios de dos años --tras los cuales sí se podrá exhumar al familiar y quemarle-- a coste cero hasta que pase el azote del patógeno en España.

Lo ha anunciado hoy el polémico concejal de Transición Ecológica y Emergencia Climática, Eloi Badia, quien ha avisado de que la demanda de cremaciones se ha disparado hasta el 78% del total de servicios en las defunciones por Covid-19, la infección que causa el virus, pero también en la mortalidad convencional. Negro sobre blanco: el único crematorio de Barcelona, situado en el Cementerio de Montjuïc (cuatro hornos), con capacidad para 50 servicios al día, está recibiendo cerca de 150 peticiones diarias, muchas más de las que puede gestionar.

Audio de Eloi Badia sobre el colapso del servicio de incineraciones / COPE

Pifia del Ayuntamiento: hasta un mes de espera

Esta situación, que Badia ha tildado de "desagradable de comunicar", exhibe una pifia en la gestión del Ayuntamiento, de Badia y de Cementiris de Barcelona. ¿Por qué? Porque las empresas funerarias avisaron con antelación de que la pandemia saturaría el crematorio de Montjuïc, por un lado. Porque el gobierno municipal se empeñó en no usar el crematorio de Collserola, cerrado actualmente por incumplir la normativa ambiental, pese a las demandas del sector. En tercer lugar, porque la congestión ya ocurrió en enero, antes de que la pandemia golpeara a España, cuando la gripe estacional provocó un pico de muertes.

Eloi Badia, concejal de Transición Ecológica y Emergencia Climática, en rueda de prensa / CG

Eloi Badia, concejal de Transición Ecológica y Emergencia Climática, en rueda de prensa / CG

Y, en cuatro lugar, por las consecuencias. El concejal Badia ha admitido que el circuito funerario ha llegado a tal punto de saturación que se puede llegar hasta a un mes de espera para recibir las cenizas del difunto quemado en Montjuïc si la operativa sigue en "estrés" como ahora. De hecho, fuentes del sector han atribuido la decisión de parar las cremaciones por las quejas de las familias, perdidas ante el colapso de la incineración en Barcelona.

Ni Collserola reabrirá ni el quinto horno llegará a tiempo

El colapso funerario en Barcelona tiene más aristas. El propio Badia ha admitido hoy que el Crematorio de Collserola no reabrirá, aunque sea de forma temporal, para ayudar a drenar la carga extra de incineraciones que existe en Barcelona en estos momentos. "Se tenía que renovar la licencia ambiental y se decidió, en lugar de hacerlo, reforzar y ampliar el crematorio de Montjuïc, por cuanto era un proceso más económico, más rápido y eficiente. Las obras se tenían que licitar en abril pero la pandemia lo ha afectado todo", ha reconocido el edil.

Ataúdes en el depósito del Tanatorio de Collserola preparados para hacer frente a la pandemia / EFE

Ataúdes en el depósito del Tanatorio de Collserola preparados para hacer frente a la pandemia / EFE

Esta vía de aumento de capacidad está cerrada. ¿Y un quinto horno funerario portátil  para Montjuïc, tal y como prometió el Ayuntamiento de Barcelona la semana pasada? "Se ha encargado y está llegando. Como saben, hay dificultades en las aduanas por la pandemia. La instalación llegará en unos diez días y aportará capacidad extra hasta las 10 o 12 cremaciones al día", ha explicado el concejal de Barcelona en Comú. Ya será tarde. De aquí a diez días, Barcelona llevará al menos una semana sin poder cremar a todos sus difuntos y los habrá tenido que enterrar, sin opción para las familias por obligación gubernativa.

El Ayuntamiento pasa la pelota al sector

La implosión del circuito funerario por la parte municipal en Barcelona llegará cuando hospitales y operadores sí están cumpliendo. Los primeros habilitaron morgues de emergencias cuando se empezó a notar un pico de muertes en los centros sanitarios, tal y como explicó este medio. Las segundas reforzaron plantillas y han habilitado depósitos de ataúdes para ayudar a que Cementiris de Barcelona, que tiene el monopolio de la cremación e inhumación en la Ciudad Condal, no colapsara. "Hasta las 1.400 cajas", ha admitido Badia. Lo que no ha explicado es que todo ese esfuerzo lo hace el sector funerario, no la empresa municipal.

Por último y no menos importante, el Ayuntamiento ha impulsado un precio máximo de 2.500 euros por sepelio con el visto bueno de la Generalitat de Cataluña. De nuevo, la rebaja de las tarifas la tendrán que soportar las empresas, pues el gobierno de Barcelona en Comú y PSC rechaza bajar los impuestos municipales a los servicios funerarios pese al evidente mal servicio que se presta a las familias. De los 2.500 euros de precio máximo, el Ejecutivo local seguirá embolsándose 550 euros por cada incineración --si es que ésta se puede hacer-- y 537 por inhumación.