Un 'stand' de Plataforma per la Llengua
Los inquisidores del castellano en los comercios de Cataluña: estos son los grandes instigadores de las multas lingüísticas
Entidades y personajes conocidos promueven activamente las delaciones de establecimientos que optan por el castellano y que pueden implicar situaciones de acoso público y sanciones de la Generalitat
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En 2024, la Generalitat de Cataluña impuso 207 multas a comercios por no utilizar el catalán, es decir, por usar el castellano. La Agencia Catalana de Consumo, dependiente de la Consejería de Empresa (en manos del exconvergente Miquel Sàmper), realizó 2.269 inspecciones a lo largo del año, más del doble que las 1.022 efectuadas en 2023.
La Generalitat hace décadas que multa a los comercios en Cataluña por atender a los clientes en español. Los correctivos pueden alcanzar los 10.000 euros. Y los procedimientos, en muchos casos, se han iniciado tras las denuncias de ciudadanos o entidades conocidas por su activismo nacionalista. En ocasiones, después de sufrir una operación de acoso instigado en las redes sociales, como ha ocurrido esta semana en una heladería del barrio de Gràcia de Barcelona.
Plataforma per la Llengua: Òscar Escuder
Entre estas asociaciones destaca por encima de todas Plataforma per la Llengua. La organización presidida por Òscar Escuder (que cuenta con Carme Forcadell –expresidenta del Parlament y de la ANC y exconvicta por su participación en el procés– en su junta directiva) es una de las más activas a la hora de señalar a las empresas que no utilizan el catalán, además de implementar campañas como las de espionaje en los colegios para ver en qué lengua hablan los niños en el recreo.
Desde hace años, ofrece un formulario para centralizar las denuncias y redirigirlas al organismo sancionador de la Generalitat. También organizan batidas sistemáticas de sus afiliados y simpatizantes para amenazar o delatar a los comercios que rotulan en español. En la última de ellas, visitaron a más de un centenar de locales en Granollers este mes de julio. Poco antes, en Semana Santa, activaron su “radar lingüístico” para “detectar” comercios que usan el castellano en toda Cataluña.
Òscar Escuder, presidente de Plataforma per la Llengua
Òmnium, Antich, la ANC y Llach
Òmnium Cultural (presidida por Xavier Antich) y la Assemblea Nacional Catalana (presidida por Lluís Llach) son otras de las entidades que más promueven las denuncias lingüísticas. En ambos casos, suelen actuar a través de organizaciones locales.
Hace unos meses, en Manresa, ambas asociaciones, coordinadas bajo el paraguas de la Taula per la Llengua, presentaron al ayuntamiento un detallado informe en el que recogían la “revisión” de 2.345 establecimientos y señalaban a 245 de ellos por rotular en español, y los invitaban a “tomar medidas”.
En otra actuación conjunta, bajo la denominación de Tot República, divulgaron un “mapa de la vergüenza” marcando 143 comercios de Vilafranca que tenían sus carteles en castellano.
Xavier Antich, presidente de Òmnium Cultural
La CUP y Salellas
La CUP también es muy diligente a la hora de delatar a quienes no rotulan o atienden en catalán. En abril del año pasado, la formación radical interpuso 120 denuncias a establecimientos comerciales de Barcelona por utilizar el castellano, en el marco de la campaña Defensem el català.
En ese ámbito, sobresale el afán del alcalde gerundense, Lluc Salellas. El cupaire, no contento con amenazar por carta a los comercios, activó un Buzón por el catalán, en la propia web oficial del ayuntamiento, para que los ciudadanos puedan denunciar a los establecimientos que no usen el catalán.
Lluc Salellas, alcalde de Girona, en una comparecencia pública
Espot y Èric Bertran
Pero, más allá de las entidades, destacan algunos casos de personajes particulares muy activos en la persecución de comercios por utilizar el castellano. El caso más llamativo es el de Santiago Espot. El presidente de Catalunya Acció alardeó en 2010 de haber presentado más de 3.000 denuncias anónimas contra establecimientos que usaban normalmente el español.
El presidente de Catalunya Acció, Santiago Espot
También es significativo el caso de Èric Bertran, el adolescente de 14 años que en 2004 envió mails anónimos a varios supermercados advirtiéndoles de que, si no rotulaban en catalán, no se lo volvería a pedir “otra vez a las buenas” sino que lo haría su “organización” y “no creo que muy simpáticamente”. Las amenazas fueron investigadas por la Audiencia Nacional y, pese a que se archivó el caso, el nacionalismo catalán lo utilizó de modo victimista.
Alexandre, Joel Joan, Bozzo, Albà
Precisamente uno de los que aprovechó la ocasión para cargar contra España por el caso Bertran fue el escritor Víctor Alexandre, que lanzó un libro, Èric i l'Exèrcit del Fènix, que posteriormente se llevó al teatro. Alexandre es muy perseverante en las redes sociales a la hora de denunciar los comercios que usan el castellano.
El actor Joel Joan EUROPA PRESS
El caso Bertran también fue llevado a la gran pantalla. El actor y productor Joel Joan dirigió la película Fènix 11:23, en la que se presentaba al adolescente como una víctima del supuesto aparato represor español. Joan es uno de los más activos denunciando en las redes a los establecimientos que no rotulan en catalán.
El director de teatro Joan Lluís Bozzo, exdirector de la compañía Dagoll Dagom / CG
Otros personajes públicos que se han distinguido como exponentes de la delación lingüística a los comercios en las redes sociales son el director teatral Joan Lluís Bozzo y el humorista Toni Albà.
Tuits de Víctor Alexandre señalando a establecimientos por usar el castellano
I així cada puto dia fins que cardin el camp. pic.twitter.com/0RQIxirhqR
— Un tal Toni (@dracdolot) August 19, 2025
El resultado: rechazo al catalán
Sin embargo, estas campañas inquisitoriales contra los establecimientos están lejos de conseguir los resultados pretendidos. Los datos oficiales de los últimos años reflejan que el uso del catalán, aunque ha crecido en valores absolutos, no lo ha hecho en términos relativos.
Las Encuestas de Usos Lingüísticos de la Población, realizadas periódicamente por la Generalitat, indican que casi el 100% de la ciudadanía en Cataluña sabe catalán, pero la mayoría prefiere utilizar el castellano.
Así, según el estudio oficial publicado este año, 2,2 millones de personas tienen el catalán como lengua habitual, y otros 636.000 lo usan habitualmente junto al español. Esto supone 94.000 menos y 162.000 más, respectivamente, que hace cinco años. Pero también implica una caída del porcentaje de la población de Cataluña que usa el catalán habitualmente, al descender del 36,1% al 32,6%, en ese periodo.
Y, en este sentido, no faltan los analistas que consideran que medidas como las denuncias y las sanciones lingüísticas a los comercios generan rechazo hacia el catalán y suponen un desincentivo para usarlo.