La diputada de Junts, Cristina Casol, en el hemiciclo del Parlament

La diputada de Junts, Cristina Casol, en el hemiciclo del Parlament EUROPA PRESS

Política

Junts también se protege para el final del mandato: Turull busca la paz en el Parlament

Ante un PSC que sigue disparado en las encuestas y un Aragonès que está en 'modo campaña', los neoconvergentes no pueden permitirse incendios que les hagan descarrilar de su principal objetivo: desgastar a ERC

25 enero, 2024 00:00

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El president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha remodelado su gobierno en minoría rodeándose de personas de su máxima confianza que le ayuden a afrontar el último año de su mandato. Ante unos republicanos que han activado el chip electoral, el resto de formaciones también juegan sus cartas. Especialmente Junts, que ha pasado de gobernar con ERC a convertirse en su principal enemigo, lo cual se evidenció ayer en el Parlament, donde los neoconvergentes dirigieron reproches a Aragonès por ejercer "más como candidato que como presidente", según expresó Albert Batet.

El presidente del grupo parlamentario de Junts, Albert Batet, y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès

El presidente del grupo parlamentario de Junts, Albert Batet, y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès EUROPA PRESS

Ante un PSC que sigue disparado en las encuestas y frente a los republicanos, que están en modo campaña, los de Jordi Turull no pueden permitirse incendios que les hagan descarrilar de su principal objetivo: desgastar a Esquerra Republicana. Por eso, la formación trata de atajar de una vez por todas los líos internos en el grupo parlamentario a raíz de dos denuncias por acoso en las últimas semanas. Una de ellas es la de la diputada Cristina Casol, quien acudió a una Oficina de Igualdad del Parlament que, finalmente, echó por tierra el caso.

Temor de que se alinee con ERC en las votaciones

Tras la decisión de la Cámara autonómica, la dirección de Junts le reclamó que dimitiese o, por el contrario, sería expulsada del partido. Hoy por hoy, Casol sigue adscrita al grupo parlamentario a la espera de lo que decida la Ejecutiva el próximo lunes, aunque ella avisa: no dejará su acta de diputada -que es personal-, por lo que en caso de expulsión acabará como no adscrita. Si bien Turull -conocido por su papel conciliador y su función de hombre bisagra dentro del partido- intentó que la sangre no llegase al río, fuentes consultadas por este medio aseguran que “se siente chuleado y podría tomar la determinación de pedirle que se vaya o ponerla en no adscrita”.

El secretario general de Junts, Jordi Turull

El secretario general de Junts, Jordi Turull EUROPA PRESS

Pero las mismas voces reconocen “cierto temor” porque Junts perdería un voto en la Cámara autonómica. O, más importante, temen que se alinee con ERC y que exista un cierto “efecto llamada” en otras diputadas que, como ella, forman parte del círculo de la presidenta del partido, Laura Borràs, cada vez más arrinconada por el sector pragmático.

El lunes, reunión de la ejecutiva

Pero la de Casol no es la única denuncia que ha habido en los últimos meses. En noviembre, la vicepresidenta de Junts y secretaria segunda de la Cámara autonómica, Aurora Madaula, denunció ser víctima de "violencias silenciosas" por parte de "compañeros y compañeras". Una veintena de diputados vieron una "traición" en estas declaraciones, lo que les llevó a presentar un escrito ante la Comisión de Garantías del partido, que no ha deliberado al encontrarse Madaula de baja médica.

La presidenta de Junts, Laura Borràs, se abraza con la secretaria segunda de la Mesa del Parlament, Aurora Madaula

La presidenta de Junts, Laura Borràs, se abraza con la secretaria segunda de la Mesa del Parlament, Aurora Madaula EUROPA PRESS

Si bien será la Ejecutiva del próximo lunes la que se pronuncie al respecto, los ánimos no están calmados en el grupo parlamentario. Según ha avanzado Nació Digital, un total de 26 diputados le han reclamado por carta que renuncie, por lo que no cabe duda de que las tensiones no hacen más que aumentar y deberá ser Turull el que desempate. Un trabajo de fontanería que llega en el momento más delicado de la legislatura.