La exportavoz del Govern que culpaba a España por el Covid será alcaldesa con el apoyo del PSC

Entente entre Junts per Catalunya (JxCat) y el PSC para gobernar en La Garriga. Meritxell Budó, exconsellera de Presidencia y portavoz del Govern catalán durante el mandato de Quim Torra como presidente de la Generalitat, ha llegado a un pacto con los socialistas para gobernar juntos en este municipio barcelonés. 

El acuerdo contempla que Budó será la alcaldesa de La Garriga al alcanzar la mayoría absoluta con los votos de los ocho concejales de Junts y los dos del PSC. Un pacto que, en opinión de posconvergentes y socialistas, dará "la estabilidad, la eficiencia y la fuerza necesarias para encarar los retos que La Garriga debe alcanzar a lo largo de este mandato", según dicen ambas formaciones en un comunicado conjunto.

En el mismo, Junts y PSC destacan que el acuerdo es fruto "de un diálogo tranquilo y un debate profundo sobre las propuestas programáticas y los temas principales que centrarán esta legislatura en La Garriga". El pacto lo han ratificado ya las asambleas locales de ambos partidos y se formalizará este sábado 17 de junio en el pleno de constitución del ayuntamiento.

Polémica gestión como portavoz de la Generalitat

Budó volverá de este modo a ser alcaldesa del municipio por tercera vez, pues ya lo había sido otras dos veces en las filas de Convergència i Unió (CiU) y el PDECat: la primera, entre 2007 y 2008, y luego entre 2011 y 2019, año en que renunció para ser consellera de Presidencia y portavoz de la Generalitat.

Como portavoz del Ejecutivo de Quim Torra, la gestión y no pocas de las intervenciones públicas de Budó estuvieron marcadas por la polémica. Su ultranacionalismo quedó patente, por ejemplo, cuando en la fase más dura de la pandemia de coronavirus llegó a culpar a España y su Gobierno del elevado número de fallecidos y contagios en Cataluña, al afirmar que "con la independencia habríamos actuado antes y no tendríamos tantos muertos ni infectados". Según decía en abril de 2020, la Generalitat hubiera decretado "un estado de confinamiento total 15 días antes que el Gobierno”. 

Viaje masivo a Perpinyà con contagios en Cataluña

Sin embargo, tales afirmaciones se contradecían incluso con sus actos y los de su propio partido, pues ella misma fue una de las miles de asistentes que viajaron en autocar a Perpiñán para asistir a un mitin masivo del fugado Carles Puigdemont el 29 de febrero de 2020. Un acto que se llevó a cabo a pesar de que, tres días antes, ya se había detectado un primer caso de coronavirus en Cataluña, y de que en Barcelona se habían anulado por precaución eventos tan importantes como el Mobile World Congress.

Apenas una semana antes de declararse el estado de alarma en España, Budó acudió además a una fiesta con unas amigas, sin mascarillas ni medidas de prevención.

Posteriormente, Budó intentó matizar sus contradicciones afirmando que esos 15 días de antelación se referían al 29 de marzo, fecha en la que el Ejecutivo central hizo más restrictivas sus medidas de confinamiento. Y contra toda evidencia, negó que, con ello, estuviera culpando al Gobierno de las muertes en Cataluña.

Descartó que el Govern se rebajara los sueldos

Como portavoz del Ejecutivo catalán, Budó también protagonizó otras polémicas por aquellas fechas, justificando por ejemplo el reiterado rechazo de los dirigentes del Govern catalán a bajarse los sueldos --más altos que los del Gobierno central o los de cualquier otra administración autonómica-- debido a la crisis. Una idea que sugirió Unidas Podemos para los diputados en el Congreso y altos cargos gubernamentales, y que Budó -que como consellera cobraba 115.000 euros anuales- calificó de “populista”.

Posteriormente, los diputados del Parlament catalán aprobaron subir las pensiones de los expresidentes y exconsejeros de la Generalitat en el decreto de medidas para paliar los efectos del coronavirus, con los votos a favor de JxCat y ERC.

Rechazo al castellano

Budó, por otra parte, es uno de los numerosos dirigentes secesionistas que en los últimos años han expresado su rechazo a la lengua castellana y al bilingüismo en Cataluña. Así, en 2018, siendo alcaldesa de La Garriga, regañó a un concejal de Ciutadans por utilizar el español en su saludo al colectivo andaluz durante un pleno.

A su peculiar modo de ver, que el dirigente constitucionalista les hablara en castellano “además de triste es preocupante. Con este saludo en castellano, lo que hace es segregar a estas personas andaluzas, ha menospreciado a este colectivo”, manifestó.