Borràs tiene los días contados: un sector de Junts inicia un pulso para echarla tras las municipales
La presidenta del partido organiza un almuerzo en Manresa como demostración de fuerza al que han asistido unas 500 personas que "de verdad quieren a Laura", entre ellos Torra, Dalmases y Madaula
22 abril, 2023 11:55Laura Borràs tiene los días contados. O al menos eso es lo que quiere un sector de Junts per Catalunya (JxCat), que ha iniciado un pulso para echarla como presidenta de la formación. "Es una bomba de relojería. Estamos en la cuenta atrás hasta que explote", expresa en declaraciones a Efe un miembro de la dirección, que asegura que actuarán tras las elecciones municipales del 28 de mayo.
Borràs lleva tiempo en el punto de mira, incluso dentro de su propio partido. Especialmente tras la condena a cuatro años y medio de cárcel por adjudicar contratos a dedo cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes (ILC), y es que cabe recordar que sus estatutos prevén la expulsión por casos de corrupción.
"Los que de verdad quieren a Laura"
Borràs y su entorno saben que un sector de Junts ha iniciado una guerra interna contra ella. Por eso, la neoconvergente ha organizado este sábado una comida al margen del partido en Manresa (Barcelona), como demostración de fuerza, a la que han asistido unas 500 personas que "de verdad quieren a Laura", según el mensaje de convocatoria que han distribuido sus afines por aplicaciones de mensajería.
La cita se ha convocado de manera discreta y se ha invitado a la cúpula del partido, que ha recibido el ofrecimiento con frialdad. Entre las ausencias más destacadas se encuentra la del secretario general de Junts, Jordi Turull, que tiene otro compromiso, según explica Efe.
En la comida, además del expresidente Quim Torra, han participado la diputada y secretaria segunda de la Mesa del Parlament, Aurora Madaula; el diputado Jaume Alonso-Cuevillas; y Antoni Castellà, líder de Demòcrates que tomará el acta de diputado de Borràs si esta pierde su escaño.
Condenada por corrupción
La condena a cuatro años y medio de cárcel a Borràs por adjudicar contratos a dedo cuando dirigía la ILC pone en riesgo su posición como presidenta de Junts, ya que los estatutos prevén la expulsión por casos de corrupción, aunque exceptúa aquellos de lawfare o persecución judicial.
El mismo día de la sentencia, Turull cerró filas con Borràs en una comparecencia en la que habló claramente de "lawfare", un gesto que insufló oxígeno a la presidenta y cuyos afines creen que ha frenado los intentos por descabalgarla desde el ala pragmática de Junts. En todo caso, quien decida si se trata de un caso de "lawfare" será la comisión de garantías del partido --liderado por la abogada Magda Oranich, muy criticada por el núcleo duro de Borràs por el caso Dalmases--.
La presidencia del Parlament, en juego
Por otro lado, queda saber qué ocurrirá finalmente con la presidencia del Parlament, un cargo del que Borràs está suspendida. El entorno de la expresidenta presionará para que sea ella misma quien designe a su relevo. Anna Erra, Marta Madrenas o Albert Batet suenan como posibles sustitutos.
Otras fuentes barajan alguna sorpresa: si Borràs pierde su escaño, tomará su acta de diputado el líder de Demòcrates, Antoni Castellà, sin cuentas pendientes con los distintos sectores de Junts y conectado con Puigdemont a través del Consejo de la República.
Después de las elecciones municipales
Sea como sea, el choque interno no ocurrirá hasta pasadas las elecciones municipales. "A partir del día 29 [de mayo] tenemos que levantar la voz y decir: hasta aquí", dice un dirigente próximo a Turull en declaraciones a esa agencia, que considera que ha habido demasiadas cesiones a Borràs.
También se plantean forzar un congreso extraordinario en el que confronten las distintas familias de Junts: "O ganamos o perdemos. Y si perdemos, nos vamos", señala una voz del círculo de Borràs, que admite abiertamente que hay riesgo real de escisión dentro del partido.