El tercer encuentro entre ERC y PSC para abordar los presupuestos de la Generalitat de 2023 se saldó en un cruce de buenas voluntades, pero sin cifras concretas. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se sigue debatiendo entre la foto con “los del 155” o la prórroga de las cuentas de 2022. Mientras empresarios y entidades del tercer sector le exigen levantar cordones sanitarios, médicos y profesores amagan con movilizaciones por falta de recursos.

Salvador Illa (PSC) en la proclamación de candidaturas a las elecciones municipales de 2023 / PSC

Esta es la situación a escasos días de que los Presupuestos Generales del Estado sean aprobados en el Congreso. Será el jueves y fuentes parlamentarias dan por hecho que ERC apoyará las cuentas de Pedro Sánchez, de ahí que desde el PSC no se entienda la resistencia de los republicanos, lastrados todavía por las presiones de Oriol Junqueras y su rencor personal hacia los socialistas en general y a Miquel Iceta, en particular, por no haberle visitado en la cárcel cuando cumplía condena por el referéndum 1-O. “Nosotros no metimos en la cárcel a los independentistas, nosotros los sacamos”, responden desde el PSC, en alusión a los indultos.

Los líderes del 'procés' se resisten a marchar

Incluso a nivel interno, dirigentes de ERC exigen a Aragonès que se libere de la presión del presidente del partido y logre la mayoría suficiente para dar luz verde a unos presupuestos necesarios para hacer frente a la escalada de precios y la carestía energética.

Pero el temor a las consecuencias de una foto conjunta con “los del 155” en referencia al apoyo del PSOE a la intervención de la autonomía catalana como respuesta al desafío procesista, se mantiene. Aragonès sabe que Junts per Catalunya (JxCat), todavía fiel a la confrontación que promueve Carles Puigdemont --sobre todo ahora que se habla de nuevo de su extradición y posterior encarcelamiento tras la reforma del delito de sedición--, está dispuesta a utilizar esa imagen como arma arrojadiza. Se evidencia, así, que la sombra obstruccionista de los dos líderes del procés, que se resisten a marchar, todavía es larga, impidiendo así que ERC y JxCat den carpetazo definitivo a una etapa convulsa que el votante catalán –lo dicen las encuestas—castiga.

Ya en prórroga técnica de los presupuestos --es casi imposible aprobarlos antes de enero--, Esquerra y los comunes vuelven a exhibir sus complicidades, pero no suman una mayoría suficiente. Aragonès necesita los votos de los socialistas. De hecho, en los últimos plenos parlamentarios, el Govern ha tenido que retirar algunas iniciativas del orden del día consciente de sus 33 diputados, insuficientes para aprobarlas.

Controlar los tiempos

Pero los presupuestos son palabras mayores y la presión es enorme. “Si ERC quiere controlar los tiempos, debe evitar que otros le planteen una moción de censura. O aprueba presupuestos o convoca elecciones”, explican fuentes soberanistas. El pasado jueves, el secretario general de Junts, Jordi Turull, aseguró que no está en su agenda apoyar una "moción de censura instrumental" del PSC consistente en apoyar a Salvador Illa como candidato para que convoque inmediatamente elecciones.

La líder de los comuns en el Parlament, Jéssica Albiach, y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès (ERC) / EFE

Turull apela a la “necesaria unidad del independentismo”, aunque la realidad, apuntan estas fuentes, es que más allá de la incoherencia criticar sistemáticamente el diálogo de ERC con el PSOE, Junts se arriesga a que Aragonès saque rédito electoral de esa expulsión de la presidencia de la Generalitat provocada por una suma de neoconvergentes y PSC.

Pensionistas protestan por los recortes sanitarios en Barcelona

Tampoco en el PSC está sobre la mesa, al menos de momento, presentar una moción. Entre otras cosas porque los socialistas catalanes creen que será el propio Aragonès quien se vea abocado a un adelanto electoral, sobre todo si renuncia a unos nuevos presupuestos. En juego hay 3.100 millones adicionales que el Govern no se puede permitir perder. La presión es altísima.

Movilizaciones

Incluso empresarios y entidades del tercer sector, próximas al independentismo, exigen un pacto entre ERC y PSC. Esta semana, el Círculo de Economía exigía acabar con la dinámica de bloques para aprobar las nuevas cuentas, mientras que colectivos médicos amenazaban con nuevas movilizaciones si no se les dota de más recursos. La comunidad educativa también está al límite. El plan de choque social prometido por Aragonès está en el aire, mientras la pobreza se vuelve estructural. Ayer, miles de personas salían a la calle a pedir al Gobierno un aumento de salarios y pensiones, pero también acabar con los recortes de los servicios sociales en Cataluña.

Tanto Foment del Treball como Pimec han sido muy duros, acusando al presidente Aragonès de irresponsabilidad.