El economista y exministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla / CEDIDA

El economista y exministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla / CEDIDA

Política

Jordi Sevilla: “La ruptura de España es social, nunca será territorial”

El exministro de Administraciones Públicas analiza en un libro las seis brechas que amenazan la convivencia y se muestra crítico con la coalición PSOE y Podemos

29 mayo, 2022 00:00

Jordi Sevilla (Valencia, 1965) asegura que hay otras formas de romper España y no precisamente la territorial que, asegura en una entrevista con Crónica Global, nunca se va a producir. El economista y exministro de Administraciones Públicas publica el libro La España herida. Las seis brechas sociales y cómo corregirlas (Deusto), donde analiza los binomios pobres/ricos; mujeres/hombres; jóvenes/mayores; rural/urbano; analógicos/digitales, y turbocapitalismo/retrocapitalismo.

Sevilla se muestra especialmente preocupado con la situación de los jóvenes. “Estamos machacando a una generación”, advierte. Crítico con la coalición PSOE-Podemos, se muestra esperanzado con el nuevo espacio político anunciado por la vicepresidenta Yolanda Díaz.

--Pregunta: Comenta en su libro que hay otras formas de romper España, no solamente la territorial. Y menciona seis brechas.

--Respuesta: Fui el ministro de negoció el Estatut. Y ya entonces se decía que España se iba a romper. Existe la idea de que la ruptura solo puede ser territorial y yo quería combatirla. Entre otras cosas porque esa ruptura no se producirá nunca. Y porque oculta una realidad que sí existe y son esas seis brechas sociales. Debemos ser conscientes de ese problema porque eso sí que crea enfrentamiento. Cambiar el foco es más interesante. Mi preocupación reside no tanto en colectivos minoritarios, que también, sino en el ciudadano.

Portada del libro de Jordi Sevilla 'La España herida' (Deusto)

Portada del libro de Jordi Sevilla 'La España herida' (Deusto)

--¿Existe negacionismo al respecto? ¿La gente es consciente de que las desigualdades crecen y pueden provocar esa ruptura de la cohesión social?

--Hay resistencia a reconocerlo. Lo vemos en la involución política que hay en España. Un consejero de la Comunidad de Madrid niega que existe pobreza contradiciendo a Cáritas. Hay partidos que niegan el conflicto de género. Necesitamos una democracia sin marcha atrás. De ahí mi interés por el ciudadano. Hay quien cree que cierta desigualdad y pobreza pueden ser incluso un estímulo para crecer.

--En su libro pone el acento en la situación de los jóvenes.

--Hay que reconocer los problemas y corregirlos. La situación de la juventud es muy preocupante. La tasa de abandono escolar y la precariedad laboral es la más alta de Europa. Y encima es posible que los jóvenes no lleguen a cobrar pensión. El mensaje que damos es que son las familias las que deben ocuparse de ellos. Estamos machacando a una generación cualificada que ha estudiado, ha aprendido, ha viajado, pero que se tiene que ir a trabajar fuera y no pueden acceder a una vivienda. Es una de las brechas más sangrantes. Me obsesiona. Me pregunto: ¿es un problema de derechas o de izquierdas?

--¿La subida de impuestos contribuye a reducir las desigualdades en un momento de recesión?

--Defiendo que debería ser obligatorio deflactar las tarifas del IRPF e IVA por el IPC cuando supere el objetivo del Banco Central Europeo del 2%. Fue obligatorio, pero Cristóbal Montoro lo quitó. Defiendo una visión romántica de los impuestos, según la cual, paga más quien más tiene. Pagar impuestos es un derecho ciudadano, no un debate electoral. Una reforma fiscal que incluya un impuesto de sucesiones y donaciones armonizado a nivel estatal va a ser necesaria.

--Pero en su libro denuncia que, en España, la desigualdad es mayor después de impuestos, que el Estado no gestiona bien la redistribución.

--Los que saben del tema, los expertos, coinciden en eso, en que España está por debajo de la media europea en desigualdad de ingresos. El Estado español se ha mostrado ineficaz en la redistribución, lo que se enmarca en el desmantelamiento del Estado del bienestar en los países occidentales, donde aumenta la desigualdad. Tenemos un ejemplo claro. El ingreso mínimo vital solo llega a la mitad de quienes pueden beneficiarse del mismo. No conocemos al resto porque no leen el BOE.

--¿Hay dumping fiscal en Madrid? ¿Cataluña es un infierno fiscal?

--La redistribución no debe ser territorial. No se puede juzgar la capacidad de redistribución del Estado únicamente en base a la inversión territorializada. El Estado tiene muchos más gastos.

--¿Cómo valora la coalición PSOE-Podemos?

--Como dijo hace años Pedro Sánchez, dormiría mejor si Podemos no estuviera en la Moncloa. Podemos surge como respuesta a un malestar social. Pero su discurso derivó en ataques a los consenso de la Transición, al Régimen del 78. En 2016 se rechazó un acuerdo con Podemos. Es una coalición de necesidad porque no hubo alternativa. Confío en el cambio, en el espacio que impulsará Yolanda Díaz, en una nueva forma de actuar de la izquierda. A mí me sorprende la obsesión de algunos ministros de Podemos con algunos temas que son muy importantes, como el cambio climático, pero ¿quién se ocupa de la uberización del mercado laboral? ¿O las advertencias del Banco de España sobre los perjuicios de quienes tienen rentas más bajas? Creo, sin embargo, que Pedro Sánchez ha manejado bien la situación.

--En su libro también se refiere a la crispación, a los discursos que van “no a favor de algo, sino en contra de algo”. ¿Cree que ese estilo se ha institucionalizado?

--Sin duda. El malestar de amplios colectivos se ha canalizado a través del populismo. Se señalan culpable, no soluciones. Quienes se dedican a descalificar, a fomentar la confrontación y el cabreo, atacan la convivencia pacífica de los ciudadanos.

--¿La izquierda debería hacer autocrítica por la desconexión con las clases trabajadoras?

--Siempre me he mostrado muy crítico con la izquierda identitaria. Porque fragmenta y genera perdedores. Lo hemos visto con el triunfo de Trump en Estados Unidos, gracias al voto de los perdedores de la globalización.

--Hablando de confrontación. ¿Cómo se lleva con las redes sociales?

--La verdad es que bien. Tengo 53.000 seguidores.