Pedro Sánchez (PSOE) saluda a Yolanda Díaz (Podemos) / EFE

Pedro Sánchez (PSOE) saluda a Yolanda Díaz (Podemos) / EFE

Política

PSOE y Podemos exhiben unidad ante la mesa de diálogo

Los socios del Gobierno, que han aparcado sus diferencias sobre El Prat, coinciden en propuestas "estatutarias" como blindaje competencial y nueva financiación refrendados en una votación

14 septiembre, 2021 00:00

ERC y Junts per Catalunya acuden a la mesa de diálogo divididos. No así PSOE y Unidas Podemos, cuyas propuestas para acabar con el conflicto secesionista están bastante alineadas. Cuestiones como una mejora y blindaje competencial, el reconocimiento de Cataluña como nación, la reforma de la sedición, un nuevo sistema de financiación y someter el acuerdo a un referéndum componen la receta de los podemitas.

Y la fórmula, sin ser magistral para los socialistas --hay algunos elementos conflictivos para los socios del Gobierno--, sí que proporciona lugares comunes para ambos partidos. “La mayoría de las propuestas podrían incluirse perfectamente en el Estatut”, explican fuentes socialistas. No es gratuito que el Gobierno de Pedro Sánchez haya dejado claro que una cosa es esa mesa de diálogo, que se celebrará mañana miércoles --asistirán el presidente Sánchez y la vicepresidenta Yolanda Díaz, como máximos representante de la delegación española--, y otra la crisis del aeropuerto de El Prat, que sí genera diferencias muy hondas entre PSOE y Podemos. Un tema, el de las infraestructuras, que tiene otro foro de discusión. 

ERC y JxCat, a la greña

Por el contrario, Pere Aragonès llega a la reunión, que se celebrará en Barcelona, con una propuesta de amnistía y autodeterminación inasumible para el Ejecutivo español, acompañado de representantes de JxCat, que no esconden su escepcticismo ante la negociación con el Estado y exigen que se valore una nueva declaración unilateral de independencia (DUI). Los socios independentistas, condenados a entenderse para mantenerse en el Govern, llevaban días expresando sus diferencias hasta llegar a una Diada, agónica en los mensajes procesistas.

El presidente catalán también ha querido separar el fiasco de El Prat de la mesa de diálogo. No se puede permitir dar marcha atrás en su gran apuesta por el diálogo. Pero mientras Sánchez afronta el debate sin fisuras en sus posiciones, el republicano ya lidia con sus socios antes de empezar la reunión.

El independentismo permanece enrocado en sus posiciones: quiere la amnistía de los investigados por el procés, incluidos los fugados, así como un referéndum de independencia. Por el contrario, ni PSOE ni Unidas Podemos quieren una consulta binaria, esto es, una votación sobre la ruptura de Cataluña con el resto de España. La oferta del Ejecutivo está por concretar, pero se sabe que los miembros de la coalición coinciden en la reforma de la sedición y en acabar con la ley mordaza, aunque hay diferentes velocidades e intensidades. PSOE no ha incluido la nueva regulación del delito de sedición en el curso parlamentario postvacacional y quiere enmendar la Ley Orgánica de protección de la seguridad ciudadana, mientras que Podemos prefiere derogarla.

Cataluña, una nación

Algo más peliagudo para el PSOE es el reconocimiento de Cataluña como nación, incluido ya en el preámbulo del Estatut, lo que no tiene efectos jurídicos, por el rechazo que ha provocado siempre entre los barones socialistas. Pero el partido pasa por un momento sin apenas masa crítica, con Pedro Sánchez reforzado en su liderazgo y dispuesto a afrontar el congreso del PSOE sin traumas.

De ahí que los socialistas prefieran incidir en la mejora del autogobierno y el aumento del marco competencial. PSOE y Podemos coinciden en ello, así como en la necesidad de un nuevo sistema de financiación que potencia la capacidad de decisión de la hacienda catalana, pero “con lealtad institucional”, precisan los podemitas.

Todo ello debería ser votado por los catalanes, coinciden PSOE y Podemos. No se votaría, por tanto, una ruptura, sino un nuevo pacto político. Propuestas que las citadas fuentes califican de "estatutarias" y asumibles.

Las mochilas de Aragonès

Pero estos planes del Gobierno no son suficientes para el independentismo más recalcitrante de los socios de Aragonès, que insiste en darle una oportunidad al diálogo para lograr un aval internacional. La mochila del presidente catalán es pesada. Por un lado, la presión de JxCat y CUP, que sostienen su legislatura; por otra, el liderazgo que está obligado a demostrar si la Mesa fracasa. Y, no menos importante, los puentes que no puede ni debe romper con los socialistas y podemitas, en aras a una ruptura final con los neoconvergentes.

"La negociación que se reabre esta semana no se acabará con una reunión", advertía ayer la secretaria general adjunta de ERC, Marta Vilalta.