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Política

Cinco escenarios de futuro para ERC, ninguno bueno para Aragonès

El republicano corre el riesgo de ser fagocitado por JxCat, tanto si hay gobierno independentista, que se presume breve, como si hay repetición electoral

24 abril, 2021 00:00

Pere Aragonès apremia a Junts per Catalunya (JxCat) a llegar a un acuerdo para formar Gobierno. Pero los neoconvergentes, lo dijo ayer la presidenta del Parlament, Laura Borràs, no tienen prisa y quieren apurar los plazos. Como se sabe, el margen para lograr una investidura, que ya viene precedida de dos intentos anteriores fallidos, acaba el 26 de mayo. Si no se consigue designar al nuevo presidente de la Generalitat, se convocarían elecciones, previsiblemente para la primera quincena de julio.

Lo logre o no, el republicano se enfrenta a cinco escenarios de futuro, aunque ninguno de ellos es bueno para él.

1.- Acuerdo de ERC, Junts y CUP

Es el tripartito independentista que Aragonès ha buscado desde que se celebraron las elecciones catalanas del 14 de febrero. De momento solo tiene el apoyo de los cupaires. Si finalmente los neoconvergentes logran un acuerdo, significará que el dirigente de ERC ha aceptado el liderazgo de Carles Puigdemont y el control del Consejo para la República desde Waterloo, así como la estrategia de confrontación con el Estado que impone el expresidente, lo que supondría torpedear la Mesa de Diálogo pactada con el PSOE. Esa fue la gran apuesta de Esquerra en la anterior legislatura.

 

 

Pere Aragonès confía en que este mes de abril haya un acuerdo de gobierno con Junts / EP

La imagen de sumisión a JxCat enrarecería todavía más las relaciones entre ambas formaciones. “Se odian y no pueden disimularlo. Se hace difícil pensar en un gobierno estable y duradero”, explican fuentes parlamentarias. ¿Elecciones en dos años? ERC se arriesga a ser fagocitada de nuevo por JxCat.

2.- Gobierno de ERC y CUP con JxCat en la oposición

Dar apoyo a la investidura de Aragonès, pero no formar parte del Govern, es la fórmula con la que últimamente juegan los neoconvergentes, aunque poco creíble porque les supondría renunciar a las decenas de cargos y las subvenciones que durante muchos años han controlado. Por otro lado, esa renuncia allanaría el terreno al secretario general de JxCat, Jordi Sànchez --que sube enteros como hombre fuerte del partido--, quien se ha propuesto eliminar a los convergentes de toda la vida, sabedor de que la militancia apoya al sector duro del partido que ahora mismo lideran Borràs o Josep Costa. Ese trabajo sucio sería llevado a cabo por ERC, aunque ¿será capaz de hacerlo? Y, sobre todo, ¿tendrá tiempo?

Aragonès se vería obligado a gobernar en minoría junto a una CUP que había descartado entrar en el Ejecutivo y que ha arrancado al republicano el compromiso de someterse a una cuestión de confianza para comprobar si se cumplen los acuerdos pactados entre ERC y los antisistema. Un chantaje que también puede pasar factura electoral a Aragonès, mientras JxCat se rearma de cara a un nuevo adelanto electoral.

3.- ERC gobierna con En Comú Podem y la CUP

Es el escenario más improbable, pero supondría dar el golpe de timón que permitiría a ERC soltar lastre de JxCat y visualizar una apuesta por políticas progresistas. Sin embargo, ese tripartito de izquierdas obligaría a Esquerra a dejar en segundo plano su ideario independentista. Y haber comenzado a negociar con la CUP complica esa ecuación. ¿Cómo explicarían esa renuncia a sus respectivas bases? Esta alianza también sería un problema para los comunes, que mantienen acuerdos con los socialistas en el Gobierno español y el Ayuntamiento de Barcelona.

De ahí que la líder parlamentaria de En Comú Podem, Jéssica Albiach, insista en embarcar al PSC en esa entente de izquierdas. Pero Salvador Illa solo se lanzaría a un pacto con ERC siendo el candidato y con una renuncia de Aragonès al proyecto rupturista que ha defendido hasta ahora. Tampoco encaja en los planes del socialista establecer pactos con los antisistema.

4.- ERC y JxCat rompen y repetición electoral

Pere Aragonès ofrece una imagen de humillación ante JxCat, que ha vetado por dos veces su investidura y se consolida como la garante del mandato del referéndum del 1-O y de un pretendido 52% de votos independentistas obtenidos el 14F. Y los escasos avances en las negociaciones hacen temer lo peor, esto es, una repetición electoral que supone una ruleta rusa para todos los partidos. Sin embargo, los expertos en demoscopia creen que los grandes beneficiados de esa nueva convocatoria serían PSC y Junts.

De ahí el empeño de ERC de salir del atolladero con un acuerdo con Junts. Se encomiendan, para ello, al sector más proclive a formar gobierno --Elsa Artadi, Damià Calvet, Meritxell Budó--, aunque son los duros los que, de momento, parecen tener la sartén por el mango en la formación neoconvergente. Puigdemont, de momento, no se moja.

5.- Investidura de Salvador Illa

Si Aragonès no tiene mayoría suficiente, el socialista revindica su derecho a presentar la candidatura pues, no en vano, ganó las elecciones del 14F. Laura Borràs no se lo va a poner fácil. Pero también hay motivos ocultos en esa resistencia de la presidenta del Parlament a dejar que Illa se ponga a prueba. “Aunque Illa no fuera investido, se visualizaría que tiene más apoyos que Aragonès”, explican fuentes socialistas.

En efecto, la suma de PSC, comunes, Ciudadanos y PP dan 50 diputados, mientras que la de ERC y CUP, 42. Eso obligaría a JxCat (32) a mover ficha. Y no precisamente a favor de Illa.