El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez / EFE

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez / EFE

Política

El Plan de Moncloa: munición a ERC para una mesa de diálogo sin Puigdemont

El independentismo radical, sin hoja de ruta, constata su irrelevancia ante el pacto presupuestario entre Gobierno y Esquerra, que ha arrancado al PSOE un compromiso de inversión y autogestión

26 noviembre, 2020 00:00

Blindaje lingüístico, reforma de la sedición, tramitación de los indultos de los presos independentistas y, ahora, un acuerdo presupuestario que otorga a Cataluña más dinero y autogestión. Las negociaciones entre Gobierno y ERC comienzan a dar sus frutos, condenando así a la irrelevancia a JxCat.

Se trata de un win win para ambas partes pues, a diferencia del partido de Carles Puigdemont, Esquerra ya puede incluir en su hoja de servicios no solo una estrategia de diálogo “vacía”, como le reprochaba el fugado. También un aumento de la inversión del Estado en la comunidad catalana --más de 2.300 millones, la cifra más alta hasta el momento-- y el compromiso, por parte del Gobierno, de la cogobernanza de los fondos europeos para la reconstrucción y una reforma del impuesto de patrimonio que permita acabar con el dumping fiscal de la comunidad de madrid, entre otras medidas. 

Inversión de futuro

Para Moncloa, el acuerdo presupuestario también implica, nunca mejor dicho, una inversión de futuro. Cuenta con el objetivo de recuperar la mesa de diálogo después de las elecciones catalanas del 14 de febrero sin el entorno del Puigdemont torpedeando las reuniones.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d) conversa con el presidente de la Generalitat, Quim Torra (i), en la primera reunión de la mesa de diálogo en Moncloa / EFE

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d) conversa con el presidente de la Generalitat, Quim Torra (i), en la primera reunión de la mesa de diálogo en Moncloa / EFE

Dicho de otra manera, Pedro Sánchez quiere dar munición electoral a ERC para propiciar una victoria electoral que, de forma definitiva, aparte a Junts per Catalunya de ese foro de negociación que, en repetidas ocasiones, había menospreciado Quim Torra. Y aunque hace ya meses que el interlocutor de facto reconocido por Moncloa era Pere Aragonès, el candidato de ERC y vicepresidente del Govern, el protocolo institucional obligaba a Sánchez a sentarse en la mesa frente al presidente.

Apagar el fuego territorial

“Si se quiere apagar el fuego territorial, es Aragonès quien se tiene que sentar al otro lado de la mesa, no Puigdemont o los suyos”, explica una fuente conocedora de las negociaciones. De ahí que el líder socialista haya dado prioridad a las negociaciones con ERC en lugar de pactar los presupuestos con Ciudadanos. La formación naranja y PP ya han criticado duramente las “concesiones”, sobre todo fiscales, de Sánchez a ERC.

“El PSOE enfoca los presupuestos como un trámite hacia la mesa de diálogo. Sánchez quiere que ERC gane las elecciones del 14F”, subraya esta fuente. Los sondeos apuntan en esa dirección mientras que JxCat se desploma. Sin una hoja de ruta para implementar la república y sin un candidato claro --Puigdemont no quiere ser cabeza de lista, mientras que las primarias se van a resolver entre Laura Borràs y Damià Calvet, con muchos menos tirón que el fugado--, las circunstancias no pueden ser más adversas para los neoconvergentes, a los que el PSC podría dar el sorpasso.

¿Abrazo del oso a ERC?

Otra cosa es que la munición electoral dada por los socialistas suponga el abrazo del oso para ERC, que ahora deberá superar una auténtica prueba de fuego: administrar el dinero transferido y velar por el cumplimiento de los compromisos del PSOE.

Hasta ahora, la gestión del gobierno en funciones que ejerce Aragonès ha sido bastante errática. Ha llegado al punto de tener que cesar a la cúpula de la consejería de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia por el caos en las ayudas a los autónomos. JxCat ha estado al quite para reprochárselo. Y a partir de ahora, intensificarán su acoso a los republicanos y sus pactos con el “enemigo”. La guerra continúa y se intensifica.