María Luz Guilarte preside el grupo municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Barcelona. Habla con Crónica Global en plena pandemia y crisis económica. También los días en los que el gobierno municipal de Barcelona en Comú y PSC acaba de llevar a aprobación inicial las ordenanzas fiscales de 2021 y ha presentado el borrador de presupuestos municipales para el próximo ejercicio. En este marco, Guilarte es clara. "Barcelona está en los huesos y Colau se dedica a la ideología", alerta.
-Pregunta: ¿qué lectura hacen de la situación actual de Barcelona?
-Respuesta: Estamos muy preocupados. En el campo sanitario, hay confirmados 56.000 casos [de coronavirus] con prueba PCR desde el inicio de la pandemia en Barcelona. Y aunque según la Agencia de Salud Pública parece que hay cierta desaceleración (un 7% menos), el riesgo de rebrote está ahí. El índice lo prueba. La primera ola nos cogió a todos de forma sobrevenida y sin preparar todos los medios, pese a que algunos ya hablábamos de planes de contingencia. En esta segunda ola ya teníamos medios y conocimiento. Sabíamos que venía.
-¿Cómo han reaccionado las adminstraciones?
-Todas las administraciones, y aquí hay que repartir responsabilidades a todas, no han estado a la altura. Estaban alertados por unos expertos. Y eran los de verdad, no los que decía que tenía el Gobierno. Solo tenían que hacer caso a los indicadores y poner restricciones. Ya nos saltamos la fase tres, pensada para evitar que tuviéramos que tomar restricciones que han dañado a sectores económicos que ya venían tocados.
-¿Qué lectura hace del impacto económico?
-Antes de la pandemia, algunos sectores ya venían muy tocados por el envite del separatismo, en forma de quema de calles o alborotos. La imagen internacional de Barcelona estaba dañada y no llegamos en la mejor posición a la pandemia. Y encima los gobiernos que tenemos aquí están a otras cosas, como hemos visto. No se esfuerzan en dedicar los recursos a lo que toca.
-¿Su lectura es pues...?
-Barcelona está en los huesos. El gobierno autonómico está en otra realidad. Y el gobierno municipal aprovecha la pandemia para imponer su ideología en otros ámbitos, como la movilidad. Intentan correr una cortina de humo sobre su responsabilidad. El gobierno municipal podría haber hecho otras cosas.
-¿Cuáles?
-El 16 de marzo, el grupo municipal de Ciudadanos ya le enviamos a la señora Colau una propuesta de plan de choque económico y social para hacer frente a este pandemia. Todavía no tenemos respuesta. Ello te da indicación de que este gobierno no tiene ninguna intención de hablar. Nosotros se lo pedimos en marzo. Sabíamos que era el momento de pactar un plan común por Barcelona.
-Se firmó un Pacto por Barcelona.
-Y lo han guardado en un cajón y no lo han desarrollado. No lo han llevado a los distritos. Ciudadanos fuimos los primeros, y quizá los únicos, en pedir un plan de choque económico y social. A día de hoy no tenemos respuesta.
-¿Qué más ha hechado de menos en el gobierno municipal?
-La gestión. Nosotros, en Ciudadanos, somos gente que entra en política con una carrera detrás, que nos implicamos para darle un giro a la situación de España y también a la de Barcelona. Y esta situación, fundamentalmente, requiere de buena gestión. Rigor en los datos y en los análisis. Y luego, diálogo. Yo llevo un año y medio esperando a que la señora Colau me llame para hablar. Eso indica la poca voluntad de diálogo del gobierno municipal, por mucho que digan. Nosotros abogamos por el diálogo y las decisiones tomadas en base a datos, no la ideología. Hay que escuchar a los expertos.
-¿Colau no ha escuchado a los expertos?
-Estamos muy preocupados por su falta de diálogo. La mejor forma de salir de esto es escuchar a los expertos, pero a los de verdad. Y elaborar planes a nivel nacional y local, por supuesto. Porque Colau ha alzado muchas veces la mano para escribir al señor Sánchez para pedir cosas, cuando con una llamada le bastaría, si es capaz de poner y quitar ministros como parece. Lo fundamental, Colau y Jaume Collboni --primer teniente de alcalde del PSC-- no lo han hecho.
-El gobierno local acaba de presentar un plan de choque económico.
-A propuesta de Ciudadanos, fuimos nosotros los que los pedimos. Contiene medidas en materia fiscal y ayudas directas a los colectivos y a los sectores más afectados. ¿Ejemplos? Pedir créditos por medio de Barcelona Activa. Eso no se estaba haciendo y fuimos nosotros los que lo propusimos y se ha aprobado. O la rebaja del 50% de tasa de recogida de residuos a los comercios.
-Estamos en un año, 2020, en el que Barcelona volvió a subir impuestos.
-Y nosotros ya advertimos de que esa subida de impuestos era muy dañina. Pero es que ahora es insostenible. Hay que estudiarlo y revertirlo. Es una asfixia impositiva. Porque las ayudas del Gobierno y la Generalitat de Cataluña no están llegando. La Generalitat retiene 300 millones de varios convenios con Barcelona. Incluso fondos comunitarios Feder. Y el Ejecutivo se quiso quedar con los remanentes municipales. Hay que reclamar todo eso e implementar planes de choque.
-¿Habrá más impuestos en 2021? Se tramitan las ordenanzas fiscales.
-Las ordenanzas de 2020 las aprobaron BComú, PSC y ERC, como siempre. El tripartito de facto en el Ayuntamiento de Barcelona. Subían un 83% la tasa de alcantarillado, incrementaban la tasa de terrazas, y ahora resulta que los bares y restaurantes han tenido que cerrar. O la tasa de cementerios, que subió un 100%, con tantas pérdidas de vidas humanas que ha provocado la pandemia. La tasa de reciclaje tramposa, que la colocaron en el recibo del agua. Subieron el IBI un 5,5% de media. Imagínese la situación de los barceloneses. Es un agravio tremendo con el resto de españoles.
-Volvamos a la propuesta impositiva para 2021.
-Hemos votado en contra y enviado una propuesta propia. Hay que pagar impuestos, pero cuando se puede. Con las pírricas ayudas a autónomos y pymes, no se llega. Quien cierre ahora no podrá volver a abrir. Nosotros nos ofrecemos para evitar consolidar el impuestazo de 2020. Que cuenten con nosotros para revertirlo, pero no para consolidarlo.
-¿Qué propuesta tienen para los presupuestos municipales de 2021?
-Fíjese en el ejemplo de Madrid, donde gobernamos. Allí hemos bajado impuestos con un amplio consenso, incluso de Más Madrid, la marca de los comunes. Aquí es imposible. No hay diálogo, que es lo que proponemos nosotros.
-¿Dónde se situará ciudadanos con las cuentas del Estado? Hay una cláusula para orillar la lengua común.
-Eso es una barbaridad que hemos denunciado donde tocaba hacerlo. Lo hemos llevado a Europa y espero que los tribunales nos den la razón. Recordemos que no se podría haber hecho sin la complicidad de los socialistas. Como en Cataluña, donde el PSC ha sido durante décadas el valedor del independentismo. Ha cooperado en el tema de la lengua, que es un verdadero apartheid lingüístico. Cuando Barcelona debería ser trilingüe, como ciudad cosmopolita e internacional que es. Nosotros queremos el trilingüismo en las escuelas. ¿Los PGE? Intentaremos trabajarlos. No nos gusta el Gobierno, pero no abandonaremos a los españoles, catalanes y barceloneses. Los PGE deben proteger a los ciudadanos y ayudar al país salir de la pandemia. Esa debe ser nuestra lucha, independientemente del cambio de cromos entre PSOE e independentistas. Nosotros trabajaremos para todos los españoles.
-Volvamos a Barcelona. Ha habido disturbios durante la pandemia. ¿Qué debería hacer el ayuntamiento?
-Las algaradas han costado 200.000 euros, dice el señor Batlle --teniente de alcalde de Prevención y Seguridad-. Pero no nos dicen la verdad. Ni en el tema sanitario, ni en los datos, ni en la contratación pública, que ha terminado ante el Tribunal de Cuentas. Hay sospechas en ese campo. En seguridad, cabe recordar que partimos de una posición peor que el resto de ciudades españolas. Barcelona lleva años encadenando disturbios desde el golpe a la democracia independentista de 2017. Nosotros, primero, condenamos totalmente la violencia, venga de donde venga y en todos los lugares. Nada justifica la violencia. El gobierno municipal ha pasado tibiamente sobre la violencia, sin condenarla abiertamente. ¿Los independentistas? Peor aún, la fomentan.
-¿Ha habido complacencia de Colau?
-Ha habido políticas de tolerancia con la violencia. Hemos visto como el narcotráfico se ha asentado en la ciudad. Colau y sus socios, desde el ayuntamiento, subvencionan y financian a colectivos okupas. Han creado un caldo de cultivo con la tolerancia y el incivismo en Barcelona. Y desde la Generalitat se ha enviado el mensaje de que si eran los suyos, todo valía en las calles. Eso nos parece de regímenes no propios de una democracia. Lo que debe hacer la señora Colau es condenar la violencia y reclamar los gastos como institución. Personarse en las causas, como le pedimos nosotros. La violencia no se debe tolerar jamás. Y Barcelona ha perdido millones de euros públicos, del dinero de todos todos, en arreglar desperfectos de altercados.
-Ve usted tolerancia de Colau con el incivismo. ¿Ha ocurrido lo mismo con los okupas? Hay una denuncia contra el ayuntamiento por connivencia que ha sido admitida a trámite.
-No solo ha habido connivencia: la señora Colau fue okupa. Activista prokupación. Esa es su mentalidad. Es incapaz de entender que el activismo debe estar dentro de la ley y que, cuando uno gobierna, debe hacerlo para todos. En Barcelona, el noventa y muchos por ciento de las okupaciones vienen de mafias. Mafias que han hallado en Barcelona, gracias a la señora Colau, espacio para sus actividades. Y colectivos prokupación han recibido subvenciones del ayuntamiento. El gobierno municipal ha subvencionado casales para enseñar a okupar. No se puede apoyar a quienes se infringen las leyes. Es irracional. Es un desgobierno.
-El gobierno de Colau culpa a los grandes tenedores de pisos vacíos.
-Hemos visto que no es así, que hay vecinos perjudicados que tienen esa vivienda propia, comprada a base de mucho esfuerzo, y que ven cómo se la okupan. Vecinos que han estado enfermos con el Covid, han estado en el hospital y, cuando han vuelto, su casa había sido okupada. Gente que ha comprado una casa con su esfuerzo de cara a su jubilación y son víctimas de los okupas: no se pueden ir ni de vacaciones. La administración desprotege a estas personas. Eso es intolerable. Ha habido un fracaso del control de la seguridad por parte del señor Batlle, que no ha conseguido nada. Y un mensaje de tolerancia con determinadas prácticas delictivas como la okupación.
-¿Cómo abordaría el problema de los precios de la vivienda en Barcelona?
-Barcelona tiene un problema de acceso a la vivienda: el gobierno de Colau tiene a 600 personas en la lista de viviendas de emergencia. Y la Generalitat incumple los convenios con el ayuntamiento en materia habitacional. Pero la solución es hacer vivienda pública desde la administración. La solución no es okupar, es hacer más vivienda pública. Colau ha fracasado en materia de vivienda, por lo que recurre a la okupación como tupido velo para taparlo. Es, como decía, un desgobierno municipal.
-¿Qué acciones llevará a cabo Ciudadanos con la guerra al coche de Colau?
-Hemos hecho lo mismo que con la seguridad o la crisis económica. Hemos puesto sobre la mesa de Colau y Collboni un plan. Les hemos presentado un plan de seguridad vial. Porque estas fantasías, estos parches de Colau en movilidad, lo que hacen es aumentar la inseguridad vial. Son fantasías que, además, crean un perjuicio económico en determinadas zonas.
-Entiendo que no apoyan el llamado 'urbanismo táctico'. ¿Qué proponen?
-Primero, hablar con todos los afectados por las políticas que se desarrollan. Y buscar medidas equilibradas. En movilidad, como en todo, la solución está en las medidas centradas y moderadas. Y sobre todo de largo recorrido. Medidas que sean a largo plazo y que no las desmonte el próximo gobierno. Porque si no, en tres años cuando Colau se vaya, tendremos que volver a empezar. Proponemos acabar con las pintadas aleatorias que crean confusión y atentan contra la seguridad vial. Y actuar desde la planificación. Barcelona es una gran urbe y la multimodalidad es necesaria.
-Los partidarios alertan del perjuicio del coche al medio ambiente.
-Pero es que la guerra contra el coche de Colau no es por la sostenibilidad. Porque los vehículos eléctricos, la movilidad compartida, los vehículos a dos ruedas, son perfectamente sostenibles. Lo que hay que hacer es acompañar a los ciudadanos para que hagan esa transición. Porque las empresas de automoción ya están haciendo la transición hacia la movilidad sostenible. Moverse en dos y cuatro ruedas puede ser sostenible. Colau lo que libra es una guerra sectaria que atiende más a su ideología que a unos criterios de primar la sostenibilidad. Repito: la multimodalidad es necesaria en una urbe como Barcelona. Que todo conviva. Y con visión metropolitana.
-Ustedes han denunciado anomalías en la contratación. ¿Cómo explica a un vecino lo que está pasando en el Ayuntamiento de Barcelona?
-Nosotros estamos defendiendo el interés de todos los ciudadanos. Colau y su equipo lo que han hecho es unirse a las malas prácticas de algunos, a esa casta que, como hemos visto estos días con la supuesta corrupción de los independentistas [que ha aflorado la Operación Voloh], estaban implicados en tramas que la justicia investiga. Lo que pasa en Barcelona con la contratación es que, por un lado, se dan contratos a dedo. Ello va en contra de la libre concurrencia. Y los más perjudicados son las pymes y los pequeños autónomos, que podrían acceder a esa contratación pública si fuera abierta. Y lo segundo es que se beneficia a afines.
-¿A qué se refiere?
-La contratación del ayuntamiento tiene un perjuicio económico y un beneficio de los afines a la señora Colau y al gobierno municipal. Es una práctica que, también, han aprendido de los independentistas. Por lo tanto, lo que hacemos nosotros es denunciarlo al Tribunal de Cuentas. Y el organismo detectó irregularidades en 2016, el primer año de alcaldía de Colau. A partir de ahí hemos analizado de 2017 a 2020, con dificultad, pues no nos dan los datos. Pero lo hicimos. Y hemos visto que el 94% de contratos que concede Colau son sin concurso, a dedo. O trocea contratos para no sacarlos a concurso o los saca un céntimo por debajo de la ley: 14.999 euros en contratos de servicios --el límite son 15.000-- o 49.999 euros en contratos de obra --el umbral son 50.000--. Eso es pervertir el sistema. Bordear la ley. Pervertir la norma.
-La 'operación Voloh', ¿ha afectado a Barcelona?
-Hay un vínculo con el Ayuntamiento de Barcelona, como hemos visto hasta ahora. Esas presuntas tramas de supuesta malversación de ERC afectan también a la administración local. Hay que depurar todas las responsabilidades. El dinero de todos los ciudadanos debe ser utilizado con la máxima transparencia. El dinero de los ciudadanos es sagrado. No se puede usar para beneficiar a unos o a otros.
-Señora Guilarte, usted concurrió como 'numero dos' de Manuel Valls a las elecciones. Valls, ¿ha incumplido con Barcelona?
-Eso irá a su conciencia y la responsabilidad de cada uno. Y dejé mi acta en el Parlamento de Cataluña para dedicarme al 100% a la ciudad de Barcelona. Creo que soy la única que, teniendo acta en el Parlamento, la ha dejado. Otros dos presidentes de grupo municipal [Ernest Maragall, de ERC, y Elsa Artadi, de Junts per Catalunya] también la tienen y no la han entregado. Nosotros sabemos dónde estamos: implicados al 100% con la ciudad de Barcelona. Ser concejal del Ayuntamiento de Barcelona es un gran honor y una gran responsabilidad. Y más en estos momentos. Lo que haga el resto irá sobre su sentido del deber.