Eva Granados (PSC) en la entrevista con Crónica Global, donde ha dicho que los independentistas se mienten hasta entre ellos mismos / CG

Eva Granados (PSC) en la entrevista con Crónica Global, donde ha dicho que los independentistas se mienten hasta entre ellos mismos / CG

Política

Granados: “Los independentistas no han parado de mentir, incluso entre ellos mismos”

La 'número dos' de la candidatura del PSC cree que el "victimismo" es el único eje electoral de los secesionistas y que con Pedro Sánchez en la Moncloa no se hubiera llegado al 155

13 diciembre, 2017 00:00

Forma tándem con Miquel Iceta en una candidatura transversal y catalanista para las elecciones del 21D que, según dice, está dirigida a quienes quieren pasar página de un procés que ha provocado “división, miedo y fractura”. Eva Granados (Barcelona, 1975) asegura en una entrevista para Crónica Global que si Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, hubiera sido presidente no se hubiera llegado a aplicar el 155: “Nos hubiéramos sentado a hacer política, algo que no ha hecho [Mariano] Rajoy”.

—Pregunta. ¿Sirve de algo esta campaña atípica?

—Respuesta. Por las encuestas sabemos que hay un millón de indecisos y la campaña tiene que servir para que decidan ante las ofertas electorales. Creo que la campaña está evidenciando que los independentistas no saben qué hacer con este país después del desastre.

¿Cree que es la campaña de los del 155 contra los independentistas?

—Eso es lo que quieren dar a entender los independentistas. Ellos son los responsables de que se haya activado el artículo 155 y ahora resulta que quienes defendemos la ley y las normas de convivencia somos culpables de no sé qué. No creo en el bloque del 155 porque es meterse en su marco mental. Yo creo que en la campaña, si algo queda claro, es que son los socialistas quienes están ofreciendo soluciones frente a quienes solo hacen balance del desastre.

¿Eso cala en la gente o está muy saturada tras el 'procés'?

—Ha sido una etapa muy excepcional. Hemos llegado a la campaña con una sociedad muy dividida, con miedo y con fractura. Las encuestas nos dan una subida a los socialistas y eso quiere decir que la gente quiere pasar página. Y que hay partidos que también quieren pasar página.

Eva Granados en la sede del PSC en Barcelona / CG

Eva Granados en la sede del PSC en Barcelona / CG

Eva Granados, número dos de la lista del PSC a las elecciones del 21D

Los alcaldes socialistas han tenido mucha presión en los últimos meses. ¿Cómo se está viviendo la campaña en el territorio?

—Los alcaldes han aguantado antes, durante y después del referéndum del 1-O. Quienes se llaman demócratas nos expulsan de gobiernos municipales por lo que pensamos. Que en una democracia te llamen antidemócrata por pensar diferente es de aurora boreal. Pero lo que vemos en los paseos, en la calle, en los mercadillos es gente que nos quiere y que nos dice que nos van a votar. Que no nos habían votado nunca y ahora sí. Veo esa ola de cambio, de ganas de pasar página.

¿Volverán a estar en el 'top ten'?

—¡Estamos en el top ten, en una remontada permanente! Los aforos se nos quedan pequeños en los actos que organizamos cada tarde. La gente ve que Miquel Iceta es la personalidad política capaz de solucionar esta situación.

Con los independentistas no vamos a pactar ni la investidura. Pero después, una vez constituido el Gobierno, tendremos que reconciliarnos

Iceta ha dicho en varias ocasiones que tras el 21D habrá pactos incomprensibles que se tendrán que explicar. ¿Qué significa eso?

—Momento excepcional, respuestas excepcionales. Iceta tiene que ser presidente y se presentará a la investidura. Esperamos que tenga los apoyos de aquellos que quieren superar esta etapa de desobediencia. Después tendremos que recoser este país y reconstruirlo. Hacemos el balance de una legislatura fracasada y señalamos como responsables a Oriol Junqueras, a Carles Puigdemont y a la CUP, porque nos han llevado hasta el precipicio. Con los independentistas no vamos a pactar ni la investidura. Pero después, una vez constituido el Gobierno, tendremos que reconciliarnos. Iceta lo dice, que tendrá que hablar con Juncker y con Rajoy de todo de lo que no se ha hablado estos años.

¿Gobierno en minoría y pactos puntuales?

—Exacto.

¿Pero no será un Gobierno débil?

—Si la situación del país está tan dividida, ningún partido va a tener mayoría absoluta. Por eso, necesitas un candidato de consenso, que tenga más apoyos. Tenemos un programa de gobierno transversal a favor de medidas para que vuelvan las empresas y revertir los recortes públicos. Creo que en eso están todos de acuerdo. Incluso los que niegan que se han ido las empresas. Tendremos que ir trabajando para aprobar leyes y presupuestos. Mira lo que ha pasado con esto de los bloques. Junts pel Sí era el bloque monolítico de la desobediencia apoyado desde fuera por la CUP. Debemos aplicar fórmulas imaginativas.

Se criticó mucho a PSC por desplazar a la lista ganadora de CiU en dos ocasiones con un pacto tripartito. Ahora Puigdemont sugiere lo mismo, investir al “presidente legítimo” aunque no gane las elecciones.

—Creo que Puigdemont ha perdido el norte, el uso, el este y el oeste. La distancia no ayuda a analizar la situación. Y una persona que impulsa la declaración unilateral de independencia, nos deja sin autogobierno y desaparece no es la más adecuada para estar al frente de ninguna institución. Y con él todos los que le han acompañado en este fraude y en esta mentira sistemática que ha sido el procés. Si algo podemos certificar con las escuchas judiciales que estamos viendo es que se mentían incluso entre ellos.

¿Cree que comienza a haber síntomas de guerra total entre ERC y Junts per Catalunya?

—La ciudadanía no sabe qué les están proponiendo los partidos independentistas. Con el diagnóstico que dicen compartir, lo del 155, esos mantras que repiten... sería lógico que se presentaran juntos a las elecciones en una situación excepcional, pero va cada uno por su lado y ya hablan de voto útil en ese mercado independentista. Ni los líderes están preparados, han mentido sistemáticamente y tampoco están unidos en una hoja de ruta hacia no se sabe dónde. Ya han hecho el referéndum varias veces, han declarado la independencia, han dicho que había mayoría y luego que no, que era unilateral y luego que ya no lo era…

Ellos afirman que el Gobierno no respetará los resultados y que el 155 va a continuar. ¿Los socialistas son garantes de que eso no ocurra?

—No veo a ningún partido político que diga que no se van a respetar los resultados. Igual eso lo piensan los que no son demócratas, los que se han saltado las leyes, los que una noche se cargaron el Estatut sin una mayoría válida. Una cosa es el qué y otra el cómo. Ser independentista es legítimo, pero el problema es cómo se aplica ese proyecto. Yo puedo prometer la construcción de 80.000 viviendas, pero no puedo saltarme la ley para hacerlo. Se puede ser independentista, pero hay que llegar a ese objetivo de forma legal. Las leyes se reforman, no se desobedecen.

No veo a ningún partido político que diga que no se van a respetar los resultado del 21D. Igual eso lo piensan los que no son demócratas, los que se han saltado las leyes, los que una noche se cargaron el Estatut sin una mayoría válida

Jordi Turull, candidato de JxCat, reprochó a Iceta que bailara mientras él estaba esposado. ¿Juego sucio?

—Ellos están alimentando la confrontación y nosotros no vamos a caer porque creemos necesario desescalar el conflicto. Ellos viven del victimismo. Nosotros hemos dicho por activa y por pasiva que no nos gusta ver a nadie en la cárcel, que era desproporcionada la prisión provisional si no había sentencia. De ahí a convertir ese victimismo en el eje único de su campaña me parece una utilización nada adecuada en una campaña electoral. Yo lo que espero del señor Turull es que diga qué piensa hacer con Cataluña. Porque si ya declaró la independencia, que nos diga si era simbólica, real, si estamos ya con la ley de transitoriedad... Yo tengo claro que no, pero ellos deben aclarar si quieren otra vez un gobierno solo para la mitad, o menos, de los catalanes.

Iceta ha propuesto indultos. ¿Eso no es algo resbaladizo, no es cuestionar la separación de poderes?

—Vamos a ver. Cada cosa a su tiempo. El Estado de derecho se basa en la separación de poderes. Ellos hablan de presos políticos. No hay presos políticos, lo han dicho Amnistía Internacional y la asociación de antiguos presos políticos. Hay personas en prisión provisional, una medida que entendemos desproporcionada, pero que serán juzgadas y tendrán todos los recursos del Estado de derecho hasta que se llegue a la sentencia definitiva. Eso es lo que pasa cuando te enfrentas a la ley. Es cierto que hay muchos catalanes que no se sienten españoles, pero a eso hay que dar una solución política. Y lo que es lamentable y la constatación del fracaso de la política es que tengan que acabar actuando los tribunales. Ahí hay que recordarle a Mariano Rajoy que si uno es presidente de España es para atender a los problemas de los españoles. Pero él se ha dedicado a fabricar decenas de independentistas cada viernes por la tarde, después del Consejo de Ministros.

Hay que recordarle a Mariano Rajoy que si uno es presidente de España es para atender a los problemas de los españoles. Pero él se ha dedicado a fabricar decenas de independentistas cada viernes por la tarde, después del consejo de ministros.

¿Se está aplicando bien el 155?

—Es artículo reactivo, no se aplica si no pasa algo antes. Y nosotros hicimos todo lo posible para que no se aplicara. Hubo DUI, por tanto Puigdemont es culpable del 155. Iceta lo explica bien, un 155 no puede ser más fuerte o más flojo, sino más corto o más largo en el tiempo. Y nosotros quisimos que la restitución de la legalidad y la convocatoria electoral fuera lo más rápida posible. Y así ha sido. El 155 debe de servir solo para eso.

Bueno, se pudo intervenir también en TV3 y en las escuelas...

—Entendimos que el 155 no debía entrar en ninguna ley ni en ningún marco de autogobierno. Algunos que hablan todo el rato de “golpe de Estado”, siguen cobrando su nómina y trabajando en sus departamentos de forma normal. El relato a veces no se aguanta con la realidad. Si es tan excepcional, que vayan todos juntos. Si el Estado es tan represor y estamos sometidos a fuerzas de ocupación, deberían haber dimitido todos los secretarios y directores generales. No parece que haya problemas en las consejerías. No seré yo la que defienda al PP. Nosotros tendríamos otras soluciones y si Pedro Sánchez hubiera estado en la Moncloa nunca se habría llegado al 155 porque nos hubiéramos sentado a hacer política, algo que no ha hecho Rajoy.

¿Hay adoctrinamiento en las aulas?

—En Cataluña hay una inspección educativa que tiene que funcionar. Y si hay algún episodio concreto, que se detecte. Me parece fatal que un frente y el otro utilicen la escuela de nuestros hijos para hacer política. A los independentistas y a PP y Ciudadanos les digo: saquen las manos de las escuelas. En un cuerpo de profesorado tan amplio y plural puede haber algún episodio, que se debe denunciar. Ahí la inspección debe hacer su trabajo. Pero calificar a todo el cuerpo docente, que ha sufrido los recortes, que ni tienen recursos para atender a la diversidad, que trabajan en condiciones muy difíciles, de adoctrinadores me parece un abuso y es falso.

Calificar a todo el cuerpo docente, que ha sufrido los recortes, que ni tienen recursos para atender a la diversidad, de adoctrinadores me parece un abuso y es falso

Comparten candidatura con exdirigentes de UDC con un modelo educativo diferente al socialista, que ha sido muy beligerante respecto a las subvenciones de los colegios de elite. ¿Cómo se va a conciliar eso?

—Ojalá Cataluña estuviera en una situación normalizada que permitiera hacer esos debates sobre el modelo de escuela. Que haya miembros de Units per Avançar en nuestra candidatura demuestra que queremos pasar página y para nosotros ese catalanismo clásico, no independentista, que representamos en defensa del autogobierno es lo que le da sentido a ese acuerdo político. No ocultamos que tenemos modelos de sociedad diferentes. El PSC se presenta con su programa electoral porque no hemos formado una coalición. Si hay votaciones diferentes dentro del grupo parlamentario se entenderá perfectamente. Tiene el valor añadido de que presentamos una lista transversal que le dice a los catalanistas que no creen en las desobediencias que apostamos por más autogobierno y una nueva financiación.

¿Cómo afecta el traslado de los bienes de Sijena a la campaña?

—Cuando llegamos a los juzgados es que los políticos no han hecho su trabajo. Y eso es lo que ha pasado con las obras de Sijena. Que se haya aprovechado la campaña electoral para ejecutar el traslado mientras el ministerio mira para otro lado me parece desafortunado. No creemos que unas obras delicadas se tengan que trasladar sin una sentencia firme. No adelantemos acontecimientos, y menos en una campaña electoral, porque abona el discurso victimista de los independentistas. Creemos que las obras estaban bien en Lleida, porque hay cuatro recursos todavía pendientes de resolver.

¿Les preocupa perder el escaño en Lleida? Lo digo porque las mayorías podrían depender de un diputado.

—El alcalde de Lleida, Àngel Ros (PSC), ha intentado en los últimos meses poner sensatez en el conflicto. Hay gente que le descalifica. Entiendo y respeto los sentimientos que pueda haber, pero Ros está aplicando el sentido común e interlocutando con todas las partes.

Que los comunes no remonten en las encuestas ¿es una mala noticia para un posible pacto de progreso?

—Los comunes se tienen que aclarar. Que Ada Colau haya roto el pacto con el PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, vaya a votar el 1 de octubre y reciba a los alcaldes independentistas, impide que el votante de Podemos en Cataluña se sienta identificado con ella. Si quieres una reconciliación no puedes legitimar lo que han hecho los independentistas.

¿Qué le pareció que Colau saliera en el programa 'Sálvame' y explicara su bisexualidad?

—No lo vi. Que uno quiera salir en un programa u otro de televisión es legítimo. Pero luego tienes que ser consecuente y no descalificar lo que hacen otros.