España ha iniciado la Semana Santa inmersa en otra campaña electoral que para algunos será más que nunca un vía crucis. Todos los partidos ponen poco a poco sus programas electorales sobre la mesa y empiezan a reivindicar sus propuestas para mejorar la economía del país, con mayor o menor dosis de imaginación tanto en la elaboración como en la búsqueda de datos y cifras que apoyen sus tesis.

En el plano laboral, los políticos han pasado de puntillas por una de las medidas que lleva de cráneo desde hace semanas a los departamentos financieros y de recursos humanos de las compañías. Se trata de la implementación de un sistema de control horario de los trabajadores. Fichar en el trabajo será una obligación a partir del 12 de mayo, con dos meses de adaptación.

La iniciativa del Gobierno de Pedro Sánchez pretende ser una herramienta para el control del fraude de las horas. Algo necesario ante los empresarios aprovechados, aquellos que contratan y pagan como una media jornada pero sus trabajadores llegan a las ocho horas e incluso más. ¿Son una mayoría? Las propias patronales reconocen y denuncian su existencia. No se puede decir que sean casos aislados, ya que la crisis y la necesidad de un empleo ha sido y es un campo abonado para los oportunistas. “Los carroñeros”, tal y como los describen desde las cúpulas del empresariado catalán. Pero tampoco se puede decir que sean una mayoría.

Para hacer frente a esta problemática se deberá invertir en la implantación de los elementos técnicos necesarios para facilitar el fichaje universal. La tecnología necesaria tampoco es especialmente compleja, se requiere un dispositivo de control horario y una conexión a Internet, pero lleva a un sobrecoste que no ha sido demasiado bien recibido por las compañías.

Tampoco lo han sido las incertidumbres que persisten en el uso real que se dará. ¿Cómo se fichará en el caso de los empleados que no empiecen su jornada en una oficina? ¿Cómo se controlará que se acabará de verdad el trabajo? ¿Hay suficientes inspectores? ¿Será una herramienta útil para que afloren las horas extraordinarias no remuneradas? ¿Qué pasará en los centros de trabajo en las que se reconozcan (los más legales)? ¿Se liquidarán en metálico o se compensarán en horas? En cuanto a las sanciones, irán de los 626 hasta los 6.250 euros en función de la gravedad.

Esta medida también se ha contemplado dentro de un paquete de iniciativas en varios ámbitos para que incremente el poder adquisitivo en España, algo indispensable para mantener el consumo interno del país. Más, en un momento de desaceleración internacional que ya impacta en los datos de exportación. Pero corre el peligro de convertirse en otra traba burocrática más que en una herramienta útil para ordenar el mercado laboral del país.

Hay coincidencia en casi todos los programas electorales en apostar por un mayor dinamismo de la actividad privada: no inciden en las cuestiones concretas que preocupan, como la fiscalización de los horarios. Más brindis al sol en la carrera hasta las urnas.