Ya lo decía Jesulín de Ubrique. “En dos palabras, im-prezionante”. E im-presionante, así en dos palabras, es la calificación que obtiene el audio que el juez instructor del caso Voloh ha incluido en el sumario. Una conversación entre David Madí y Pilar Rahola que no tiene desperdicio. No tengo ni idea si este audio tendrá una incidencia directa en los hechos que se investigan, pero si pone negro sobre blanco la trastienda, la guerra soterrada, por el control ideológico de los medios de comunicación públicos catalanes entre ERC y Junts per Catalunya.

La “muy” periodista independiente, Pilar Rahola, se erige en la genuina representante de una opción política “prácticamente la única que defiende el espacio” que representa Junts per Catalunya, en general, y Carles Puigdemont, muy en particular. Y defiende su aparición en los medios públicos en calidad de esta representación. ¿Dónde queda la independencia? Como soy la única voz de Junts, tengo que seguir, afirma en la grabación y erigiéndose en zarina ofendida se lamenta “no puedo salir menos en la tele”.

En su defensa, un tridente de mosqueteros. Carles Puigdemont, Francesc Pena, mano derecha de Francesc Homs, y Albert Batet, presidente del grupo parlamentario de JxCat, gestionaron la continuidad de la “independiente” Rahola frente al “vendido”, Sanchis que ha puesto la tele al servicio de ERC. Una traición a ojos de todos los aludidos y en versión Rahola, Puigdemont le dijo que a Sanchís se lo haremos pagar porque habrá un antes y un después.

En la “distendida” conversación, Madí aconseja a Rahola, no declarar ahora la guerra. Le sugiere dejarla para más adelante. Para las elecciones. Si las ganan porque las ganan, y mandarán y punto. O sea, controlarán TV3, la “seva”. Si las pierden, renegociación de los acuerdos porque claro, el reparto de poder actual es un desastre, agravado por un Govern “tóxico”, un Govern todavía presidido por un tal Torra.

La conversación entre el uno y la otra, también señala objetivos. Uno de ellos, Sergi Sol, un periodista que no esconde su filiación política. No es el único que no lo hace. Ha tenido responsabilidades en el Govern y en el partido. No es un secreto. Ni siquiera el periodista aludido esconde esta vinculación con los republicanos. Gran diferencia con la Rahola que se presenta como independiente. La grabación la retrata, la convierte en la señora de la triste figura, porque se presenta y se reivindica como la única “pata negra” de los junteros de Puigdemont. Condición que le parece “sine qua non” para ocupar espacio en la tele pública, para ejercer de periodista, diría ella. Sin duda, es más honesto, estar identificado con una opción, y así los espectadores saben a qué atenerse ante sus opiniones, que ocultarse bajo una falsa independencia.

La conversación de marras, adelantada por nuestro compañero Jesús Albalat en El Periódico, pone los focos sobre la cuestión del control de los medios públicos. Sobre la batalla política que se está librado sin ningún tipo de tapujos entre las dos fuerzas independentistas. La conversación es toda una declaración de intenciones de cómo hay que gobernar, y manipular off course, lo que ellos consideran fincas manifiestamente mejorables de su propiedad. Y la televisión y la radio públicas parece que lo son desde los ojos de la “muy” independiente Rahola y el conseguidor Madí. Controlar los medios para controlar el mensaje, es la moraleja de un audio que como decía es im-prezionante, aunque nos la vistan de libertad de expresión. Para más inri, Rahola acusa a ERC de ser estalinista. Hay gente que sin duda ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.

 

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