Distintas fuerzas políticas en Cataluña, con mayor o menor credibilidad, y mayor o menor grado de elaboración, están presentando sus propuestas para la salida de la crisis económica a la que inevitablemente nos aboca el Covid-19. Aquellas fuerzas políticas con representación en varios niveles de gobierno, y con capacidad para ejercer influencia y tejer alianzas en distintos frentes, tienen una responsabilidad añadida, que les ha sido reconocida incluso por otras fuerzas políticas con menos capacidad de influencia.

No es aquí el espacio para difundir las líneas estratégicas y las propuestas concretas que se han presentado por parte de varios agentes políticos, ya que están perfectamente disponibles en la red. Pero en la avalancha de análisis apresurados que se realizan estos días, y haciendo una llamada al diálogo y, en la medida de lo posible, a la reflexión calmada, puede ser útil reflexionar sobre los principios que deberían animar lo que se pone encima de la mesa.

Estas líneas estratégicas y propuestas concretas deberían estar basadas a mi juicio en los siguientes tres principios:

--Reforzar un sector público cooperativo. La actual crisis sanitaria y la económica que se deriva de ella (igual que ocurre con el cambio climático) no tiene fronteras territoriales ni grupales. No nos está atacando ningún grupo humano, sino un virus. Para combatir la crisis hacen falta acuerdos políticos y lealtad, entre distintas fuerzas políticas y niveles de gobierno. La democracia multinivel está aquí para quedarse. Gobiernos de capacidad reforzada son imprescindibles a todos los niveles, y deben colaborar entre ellos. Sin estas alianzas, esta capacidad reforzada y esta lealtad, no se podrán movilizar, para que lleguen a las personas que lo necesitan, los recursos financieros y fiscales que serán necesarios.

-Salir de la crisis sobre bases nuevas. No debemos limitarnos a salir de la crisis y volver a lo que había antes. Si lo hacemos, volverán nuevas crisis. No podemos volver a lo mismo, a una economía y una sociedad que no presten suficiente atención a la pobreza y las desigualdades (de ingreso, de vivienda, de género), a la desinversión en la sanidad pública, a los retos que nos plantea la emergencia climática. Debemos salir de la crisis sobre bases nuevas, económicas, industriales, sociales y educativas. Debemos combatir de verdad la segregación educativa y sumarnos al pacto verde y digital europeo con fuerza y lealtad. No podemos, ni en la economía global ni en Cataluña, perder de nuevo la oportunidad de salir de una crisis construyendo unas nuevas bases para el futuro. Los pactos deben ofrecer seguridad y esperanza a las personas, especialmente las más vulnerables.

-Concertación social. Saldremos de la crisis sobre la base de la concertación social y la colaboración público-privada. El sector público, el sector privado, la economía social, deben colaborar, como ya lo están haciendo, para movilizar todos los recursos, en concertación con los sindicatos; para coordinar la salida del confinamiento; para que nadie quede atrás en la salida de la crisis; y para aprovechar para el bien común lo mejor que cada uno pueda aportar. Los sectores empresariales que han reclamado un capitalismo reformado tienen una gran oportunidad para demostrar su sinceridad: necesitamos proyectos empresariales sólidos que generen empleo de calidad y contribuyan a una sociedad mejor.

Cataluña no estuvo sola en el desaprovechamiento de la salida de la anterior crisis económica. Pero sin duda con la explosión desestabilizadora del nacional-populismo procesista, realizó una contribución notable a las maniobras de distracción que impidieron construir las bases de una sociedad más próspera y justa, integrada en Europa y jugando en ella un papel positivo junto al resto de la España democrática. Se consiguió salir de la crisis, pero no sentamos las bases de una economía y una sociedad más justas y sostenibles. No nos podemos permitir que vuelva a pasar lo mismo. Antes de la crisis del Covid-19 la economía catalana ya daba síntomas de debilidad relativa, que se agudizaban en los momentos álgidos de la desestabilización procesista. De la actual crisis no podemos salir como de la anterior. Si no construimos las bases de una sociedad más justa, sostenible (y aquí, mejor integrada en España y Europa), las crisis sanitarias, ecológicas y financieras se sucederán sin piedad.