Oriol Junqueras ha vuelto de vacaciones. Después de unos días de asueto, el líder republicano ha venido con fuerzas renovadas repartiendo a diestro y siniestro. Primero fue en TV3, donde retó al líder socialista, Pere Navarro, a hacer una manifestación de miles de federalistas con el inestimable apoyo de confederalistas. Junqueras mostraba este tono de mofa porque a Navarro se le ha ocurrido preguntar por qué todos los catalanes hemos de pagar los fastos de la Vía Catalana. Yo añadiría que por qué hemos de pagar los fastos del centenario de 1714.

No acabaron aquí las andanadas del líder republicano. Junqueras ha arremetido contra el establishment que se opone a la independencia "vendiéndose al Estado español". No concretó quiénes eran los receptores de sus dardos pero horas más tarde en la Hora L de la Cadena SER arremetía contra "los catalanes que ponen palos a las ruedas a la voluntad independentista mayoritaria del pueblo de Cataluña".

La cosa debe estar chunga para que Junqueras nos diga que la Cataluña independiente tendrá dinero a espuertas

Sin embargo, algo debe estar sucediendo en el mundo nacionalista. La Vía Catalana no va viento en popa y a toda vela, según los propios datos de la ANC. A pesar del griterío mediático y político, los avances desde el último año son escasos. De entrada, no se entiende que hace un año nos dijeran que acudieron 1.500.000 de ciudadanos a la manifestación y ahora tienen problemas para juntar a 400.000. La voz oficial sigue apostando por una consulta que no tiene ni fecha ni, lo más importante, pregunta. El director del Institut d’Estudis Catalans, Joan Doménech, critica los focs d’encenalls como la Vía Catalana y que se aparquen temas importantes como el derecho internacional. Los partidarios del derecho a decidir se sienten marginados de una manifestación independentista.

Todo esto junto denota un cierto nerviosismo en esa voz que se arroga la representación del pueblo de Cataluña y que desemboca en la justificación de Junqueras de que "si el referéndum sobre la Constitución Europea tuvo un 37% de apoyo nadie puede dar lecciones de credibilidad a una consulta si se alcanza este porcentaje". O sea, ERC da por buena la consulta con un 37%. Rull, secretario de Organización de CDC, se conformaba hace unos días con el 50%, lejos ya del 67% que defendía la vicepresidenta autonómica, Joana Ortega (UDC). La cosa debe estar chunga para que Junqueras nos diga además que la Cataluña independiente tendrá dinero a espuertas, que bajará el paro y que el primer gobierno independentista bajará el IVA. O no conoce Europa, o no conoce las directrices de los comisarios europeos, o simplemente, miente.

Algo debe pasar en los sótanos y trastiendas independentistas para que se ponga el listón tan bajo. Algún dato conocen sus dirigentes que escapa al común de los mortales. Algo debe pasar para que la Asamblea Nacional Catalana abra sus puertas a los no independentistas en la cadena humana, aunque, eso sí, el que vaya a la manifestación será contado como secesionista. No hay medias tintas aunque diversos dirigentes de la izquierda tradicional como UGT, CCOO, ICV y PSC todavía no se han dado cuenta. Ya saben, la consulta será consulta con un 37%.