Pásate al MODO AHORRO
Maquiavelo

Maquiavelo

Pensamiento

Corrupción, lenguaje y manipulación

"Con independencia de los hechos, quien controla el relato y sus medios de difusión, controla el voto"

Publicada

En la reciente historia política mundial existen 11 principios basados en la obra de Maquiavelo. Los refundió un alemán, bajito y cojo, doctor en filología por Heidelberg en el s. XX. A ver si les suenan…

Principio de la simplificación. Debe reducirse toda la diversidad de los distintos rivales a una realidad muchísimo más discreta, desprovista de variedad y fácilmente identificable. Se pretende dotar a todo lo opuesto a las ideas propias de un elemento común y sencillo donde se limen sus aristas hasta la misma caricatura.

Principio del método de contagio. Va asociado al anterior. Tras simplificar los hechos y minimizar la complejidad y entidad del rival, se pretende que todos los que se opongan a las ideas propias, diluir sus propios atributos. Para ello, normalmente, se usa un tono condescendiente, burlón y ridiculizante para acercarse más al votante. Con ello se consigue una especie de dogma y posesión de la verdad y del relato.

Principio de la transposición. En el momento en que te han pillado en un error, hay que pasar al “tú también lo haces y lo haces más”.

Principio de la exageración y de la desfiguración. Los errores del contrario son gravísimos y suponen un grave atentado contra el Estado de derecho, la democracia, etcétera. Ya no se satiriza al individuo contrario, sino a todo el grupo, con lo que se completa la demagogia.

Principio de la vulgarización: ir a lo fácil. Para evitar dudas, se suprimen los matices. Se dirige a la masa, que es más fácil de manipular.

Principio de la orquestación: repetir el mensaje para que siempre esté presente y se convierta en un mantra más creíble.

Principio de la verosimilitud. Para hacer más creíble el mantra debe estar presente a través de diferentes canales: televisión, radio, prensa escrita y digital, redes sociales. En regímenes totalitarios es más fácil porque se tiene el control absoluto de unos medios más reducidos. En el resto de situaciones, basta con dotar a los diferentes medios de subvenciones, sin importar la cantidad.

Principio de la silenciación. Los medios controlados deben callarse todo lo bueno del rival. Se controlan los tiempos y tergiversación.

Principio de la transfusión. Cambiar la historia para canalizar el odio histórico o el reciente. Árabes, nazis y comunistas a los judíos, por ejemplo (de hecho, los judíos han sido siempre el blanco de diversas iras: véanse las numerosas expulsiones de judíos en España). Vascos y catalanes nacionalistas al resto de España, etcétera. “Vuelve la ultraderecha y con ella, Franco” del PSOE. “Vuelve el frente popular y con ella, el caos” del PP (bueno, caos ya hay, la verdad, pero no se trata de ese caos).

Principio de la unanimidad. Hacer creer que tus ideas están consensuadas entre todos. Cuando Pujol quería algo se envolvía en la bandera catalana y alegaba que sus peticiones eran mandato popular catalán. Lo hicieron sus diferentes sucesores. La “mayoría social de este país” del PSOE. La “gente normal” del PP.

Como siempre, la pregunta clave es ¿cómo se consigue el resultado? Básicamente teniendo un spin doctor. Aquí se llama asesor de comunicación política. Puede ser el jefe de gabinete (o poder en la sombra) o asesor como tal. Cuanto más asesores, mayores ámbitos se controlan.

Actualmente, en España pagamos los garbanzos a 1.747 cargos de confianza (asesores y altos cargos). En enero de 2025, existían 948 asesores eventuales, de los que 470 trabajan directamente para Sánchez y Bolaños. Ojo, que Rajoy tenía 604. El mejor ejemplo es Iván Redondo, asesor de comunicación política de García Albiol (PP), Monago (PP), Basagoiti (PP), Pedro Sánchez (PSOE) y ahora del Grupo Godó. Money talks.

Esos asesores son los encargados de manipular y corromper tanto el lenguaje como los mensajes. El lenguaje que no gusta se convierte en delito o se persigue a través de los medios subvencionados. El spin doctor de turno es el que analiza los grupos de votantes para dirigir mejor cada mensaje a cada grupo concreto. Por ello, se ha impuesto proteger a los colectivos más significados. Sin exonerar a la derecha, --nacionalista o no-- veamos ejemplos recientes.

Las acusaciones abiertas se formulan como pregunta: ¿Vox se ha lucrado con la dana? ¿Ayuso se lucró con las mascarillas de su novio? Da igual que sea cierto o no; al fin y al cabo, son solo preguntas.

La Ley de Memoria Histórica protege a los que perdieron la guerra y sus descendientes: se prohíbe decir que la República mató --presuntamente-- únicamente a civiles en algún bombardeo de cierta población cordobesa (mejor me callo el nombre y me ahorro la multa) que nada tenía que ver con la economía de guerra o de posición respecto al frente. Los más de 8.000 fusilados (también presuntamente) por orden de Companys.

Protección de la votante media del PSOE conocida popularmente con un diminutivo de RoCHARiO: el Ministerio de Igualdad pretende que usar el término en cuestión es discriminatorio y vejatorio. Se refiere a esa clase de mujer de 50 en adelante; con un nivel medio o bajo de estudios; arrogante, más hembrista que feminista, falsa progre y resistente a cualquier cambio (conservadora en el fondo).

Se cree bien informada porque mira el titular de la TV (control de los medios) que le ofrece el mensaje simplificado y demagógico antes citado. En cuanto se le confronta el hecho cierto se acoge a los mantras: es un bulo de la ultraderecha, eres un fascista… Eso sí, ella sí puede escaquear impuestos.

Tampoco se puede emplear el acrónimo de “menor emigrante no acompañado” porque también es vejatorio, xenófobo, racista y fomenta el odio. Sobre todo, porque en breve tendrán la nacionalidad española y se debe cuidar ese voto. Da igual que algunos de esos sios (señor inmigrante de origen suprasahariano, subsahariano o sudamericano, por acuñar un término nuevo no discriminatorio) quiera imponer sus costumbres; borrar nuestro pasado y presente y lo busque a través de actos terroristas o delictivos: “pobrecitos, se ven obligados a delinquir…”. ¿Será que los otros inmigrantes, sean sios o no, que de verdad trabajan y se integran, son inferiores?

Se deben conceder subvenciones a esa parte del colectivo LGTBIQ+ que salga a la calle a reivindicar lo que se ordena y al que se dedique al cine porque atraen el foco de atención y siempre tienen una cámara y micro delante. Cuidemos ese voto acusando de tránsfobo a todo aquel que diga que fue excesivo conceder 320.000 euros de subvención a la película La piedad (2022) de Eduardo Casanova con una taquilla de 19.800 euros y 2.858 personas de público.

Los casos de corrupción, igual de graves que los de otros partidos (debe ser un mal endémico nacional), son “casos aislados y los de los otros partidos son peores”. Con independencia de los hechos, quien controla el relato y sus medios de difusión, controla el voto.

Estoy a un euromillón de vivir al margen de todo el mundo.