Pásate al MODO AHORRO
Cuando Cataluña era la fábrica de España. La industria ferroviaria catalana pasado, presente y futuro.

Cuando Cataluña era la fábrica de España. La industria ferroviaria catalana pasado, presente y futuro.

Pensamiento

Cuando Cataluña era la fábrica de España. La industria ferroviaria catalana pasado, presente y futuro.

"El legado de MTM y MACOSA, donde llegaron a trabajar más de 3.500 trabajadores, perdura en la excelencia tecnológica, la cultura industrial y la conciencia social"

Publicada

Durante los siglos XIX y XX, Cataluña fue la fábrica de España, lideró la economía española especialmente la industrial encabezando un sector de gran importancia estratégica como era la industria ferroviaria.

En ese contexto es obligado hacer referencia a dos grandes empresas metalúrgicas catalanas: la Maquinista Terrestre y Marítima (MTM) y Material y Construcciones S.A. (MACOSA).

Fueron dos pilares de la industria ferroviaria española con trayectorias y emplazamientos diferenciados que, sin embargo, contribuyeron al papel dominante que jugó el sector ferroviario en la modernización industrial del país. La Maquinista, fundada en Barcelona en 1855 y ubicada en el barrio de Sant Andreu de la capital catalana, fue durante casi dos siglos el epicentro metalúrgico catalán: especializada en la fabricación de maquinaria pesada, material ferroviario (locomotoras y trenes), calderas para centrales térmicas, motores diésel marinos...Su existencia no solo fue un centro de fabricación, sino que además contribuyó a crear un espacio de know-how tecnológico de primer orden en la ciudad de Barcelona. Su crecimiento reflejó la evolución del capitalismo industrial en Cataluña, estrechamente ligado al desarrollo tecnológico y la generación de empleo cualificado, en industrias como el metal y el textil.

MACOSA, por su parte, tuvo en la Comunidad Valenciana su factoría más relevante. Nacida en 1947 como agrupación de empresas metalúrgicas valencianas y barcelonesas, MACOSA desarrolló una importante capacidad de producción, su factoría valenciana llegó a ser un gran centro de fabricación de material ferroviario que abasteció tanto al mercado nacional como el exterior.

A mediados del siglo XX, MTM consolidó su posición como principal fabricante ferroviario español, participando en los programas de modernización y renovación del material rodante de RENFE. Su capacidad productiva y tecnológica la convirtió en referente en ingeniería electromecánica, diseño y producción integral de trenes. Paralelamente, en Valencia, MACOSA se afirmaba como otro de los grandes polos ferroviarios del país. Ambas compañías simbolizaban el esfuerzo por dotar a España de una industria ferroviaria propia, con alto valor añadido y capacidad exportadora.

Durante el transcurso del siglo XX, MTM y MACOSA representaron no solo centros de fabricación e innovación industrial, sino también fueron escenarios de lucha sindical y transformación social. Especialmente la factoría de Sant Andreu fue un referente destacado del movimiento obrero catalán, con una fuerte organización sindical protagonista de las luchas reivindicativas por las libertades sindicales, los derechos laborales y la democracia.

Es importante no olvidar en estos días el protagonismo de la clase trabajadora en la defensa de la aprobación de la Constitución del 78. Recuerdo con satisfacción no exenta de nostalgia, las asambleas celebradas aquellos días en el centro de trabajo de Sant Andreu, donde las organizaciones sindicales jugaron un papel relevante en la reivindicación de una Constitución que suponía la defensa de las libertades democráticas y los derechos sindicales. Al final el logro fue alcanzado, desde hace casi medio siglo, los catalanes y el resto de los españoles disfrutamos de una “ley de leyes” democrática y progresista.

Las dos empresas citadas contribuyeron al desarrollo de un tejido industrial que colaboró en la electrificación, la renovación de material y la expansión de servicios ferroviarios de Cercanías, Media y Larga Distancia en territorio español. Apostando por un ferrocarril del futuro, vector de innovación tecnológica, instrumento de política industrial, y generador de empleo de calidad. El ferrocarril contribuyó a crear un ecosistema que favoreció la descarbonización, potenciando el desarrollo de tecnologías que mejoraran la eficiencia energética, contribuyendo a la movilidad sostenible.

A finales del siglo XX, en un contexto de liberalización industrial y globalización tecnológica, MTM y MACOSA fueron adquiridas e integradas en la multinacional Alstom Transport, proceso que culminó en los primeros años del presente siglo, en una nueva factoría sita en Santa Perpètua de Mogoda, incorporando el legado tecnológico, social y profesional de las dos empresas a la red industrial global de la multinacional. Esta integración facilitó la conexión de nuestra industria ferroviaria con cadenas productivas y tecnológicas globales, permitiendo no solo mantener la industria ferroviaria en nuestro país, sino la participación en los grandes proyectos europeos de tecnología punta en Alta Velocidad, aplicaciones IA como la monitorización y el mantenimiento predictivo del material rodante, la interoperabilidad que facilitó la integración de los diferentes sistemas de control de tráfico, lo que permitió una gestión de flota para optimizar rutas, horarios y consumo.

El legado de MTM y MACOSA, donde llegaron a trabajar más de 3.500 trabajadores, perdura en la excelencia tecnológica, la cultura industrial y la conciencia social que marcaron a generaciones de trabajadores. Su historia simboliza el liderazgo industrial de Cataluña durante el siglo XX y al mismo tiempo su contribución decisiva al avance del ferrocarril como instrumento de modernización, cohesión territorial y sostenibilidad. Sin duda un símbolo de la Cataluña ferroviaria, de su clase trabajadora, de su capacidad productiva y tecnológica innovadora.

La Cataluña del XXI, alejada de los sueños identitarios que tanto daño hicieron a su desarrollo económico e industrial, está obligada a dar respuesta a los nuevos retos tecnológicos de una sociedad digital, conectada y algorítmica.