Este Puigdemont es insaciable. Me troncho. Es un jeta nuestro Puchi. Sigue triunfal en su chantaje incesante.
Pide ahora miles de millones más para su querida Cataluña. Lo cual puede parecer signo de vil codicia, pero téngase en cuenta en su descargo que él y sus amigos no van a poder poner la mano encima de esa suma, ya que ahora el que manda en la Generalitat, y por consiguiente parte y reparte, no es Junts, sino otro partido; ahora bien, así asegura Puigdemont in sécula seculórum los 6.000 euracos mensuales de su esposa en la Diputación de Barcelona.
Que Mister Handsome saque esos monises de donde pueda, pero Puchi quiere el cheque bien firmado, “en tiempo y forma” o no habrá presupuestos.
Sabe que de la palabra de Mr. Handsome no puede fiarse, y que además una vez aprobados los presupuestos él pasará a ser prescindible, un cadáver político o poco menos, y por eso quiere apretar las tuercas hasta donde saltan chispas. O, por decirlo con sus propias y elegantes palabras, hasta que los socialistas “meen sangre”.
En fin, estas exigencias las publicaba El Mundo el otro día, hablando “a través de fuentes directas que participan en las conversaciones”. Si eso es así, hay motivos para que nos preocupemos por Mister Handsome.
A ver cómo vende en el resto de España la concesión catalana necesaria para mantener viva la legislatura y seguir residiendo en el palacio de la Moncloa, cosa que no solamente es satisfactoria, sino también conveniente dado el panorama judicial que cual negra sombra se cierne sobre su amada esposa y las insidiosas declaraciones ante el juez del señor Aldama de las que ayer informaba la prensa.
Pero bueno, ¡será por dinero! Ya se le ocurrirá algo a nuestro presidente para justificar el desembolso. Quizá invocar la amenaza de la derecha y la extrema derecha, reconociendo implícitamente que la oferta política del PSOE no es gran cosa, pero la del “otro” podría ser aún peor; coartada que suele funcionar, por más que a algunos desafectos les parezca un poco gastada ya.
A lo mejor, habida cuenta de la delirante autodestrucción del espacio a la izquierda del PSOE y a la gestión catastrófica del PP de la gota fría de Valencia, que según los sondeos publicados estos días ha hecho subir las expectativas de voto para los socialistas, o bajar para los conservadores, le convendría a Mister Handsome convocar elecciones anticipadas y que salga el sol por Antequera.
Porque cualquier cosa sería mejor que aceptar la otra, la verdaderamente terrorífica exigencia de Puchi: que las conversaciones entre PSOE y Junts, que ahora son discretas, con periodicidad mensual, entre los grupos parlamentarios en Madrid, y en Suiza, pasen a ser quincenales.
Si esto es verdad, es que Puchi es verdaderamente insaciable. Esto de reunirse con él ¡cada 15 días! no hay quien lo aguante. 13.000 millones más al año para Cataluña so pretexto de una inexistente infrafinanciación, vaya y pase, ya lo encontraremos. Pero someter al pobre Santos Cerdán a reuniones con Junts con periodicidad quincenal, no, eso es cruel.
Esto Puchi, cuyo partido, por cierto, fue rescatado por Mister Handsome zafando a sus dirigentes de la inhabilitación mediante el indulto y la amnistía ad hoc, o sea burlando la justicia --y ahí tenemos al exconvicto Josep Rull como presidente del Parlamento de Cataluña… cargo tan prestigioso que antes desempeñaron las señoras Carme Forcadell, delincuente convicta como él, y Laura Borràs, la de los trapis--, tiene que saber que es forzar mucho las cosas.
Someter, decía, al pobre y siempre leal Santos Cerdán a verle cada 15 días es sádico. Imaginamos a Handsome al teléfono: --En vez de 13.000 anuales, te doy 14.000, Carles, pero déjale a Cerdán un respiro.
Teniendo en cuenta que en el Peugeot 407 en el que en el año 2016 Mr. Handsome recorría España recabando el apoyo de los militantes del PSOE para recuperar las riendas del partido y dar el asalto al Gobierno viajaban el exministro y jefe de la organización del PSOE José Luis Ábalos, Koldo García y Cerdán, haría bien Mr. Handsome en velar por la salud mental y el confort de este último, y retirarle el cáliz de las reuniones quincenales con Junts. Que Cerdán por lo menos le dure un poco más.