Escribo sobre tres cuestiones que nada tienen que ver con la política, pero que son muy preocupantes. No sólo se vive de la política, aunque se tenga mucha pasión por ella. Es necesario abordar también asuntos sociales.
Lo más preocupante es la quinta ola de la epidemia. El Gobierno y todos los gobiernos autonómicos han dado luz verde para que las relaciones sociales se normalicen, confiando en que la vacuna nos ofrezca una tranquilidad, con la llamada inmunidad de rebaño, y con el objetivo de reactivar la economía para superar la actual crisis y la pobreza actual. Y es que España necesita el turismo, porque representa el 15% de la riqueza nacional.
Francia, España e Italia necesitan esa fuente de ingresos. Hay, en estos instantes, un margen para todos que es la Eurocopa. Este martes nada interesaba a Francia y tampoco interesará a quien no haya llegado a la final del torneo, que se celebrará el domingo en Londres, que será la capital real de Europa.
Después tenemos el asesinato este fin de semana en La Coruña de un joven homosexual. Eso no tiene nada que ver con la política, aunque hay quien dice que Vox es responsable, pero en Galicia la formación de Santiago Casado es un cero a la izquierda. Si hubiera pasado en Madrid, se hubiera atribuido la responsabilidad a Isabel Díaz Ayuso. Sólo hay que escuchar las radios para darse cuenta de esa cantinela. Sé lo que me digo porque la radio me entretiene más que la televisión.
La tercera cuestión que me preocupa más se centra en la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que propone subir el salario mínimo interprofesional en estos críticos momentos para las empresas y para el conjunto de la economía. Podemos piensa en las elecciones dentro de cuatro años, para arañar votos a los socialistas.
Se mire como se mire no me gusta la situación general de España y la particular de Cataluña. Aquí lo único que me gusta ha sido las declaraciones de Carme Forcadell, que ha señalado que hace tres años los independentistas se equivocaron al declarar la independencia de forma unilateral.