No sé cuándo, ni cómo, ni quién se va a llevar el gato al agua en las primarias del PSOE. Lo cierto es que Pedro Sánchez ha cogido la manta y se ha lanzado a recorrer las Españas de punta a punta con la Guía Michelin. Recaló en Dos Hermanas y se dio un baño de multitudes no exento de una cierta épica y múltiples emociones.
La reacción de sus adversarios no se ha hecho esperar. Maniobras y descalificaciones han aflorado hijas de un viejo automatismo liquidador. Las críticas que se le formulan van desde el comentario psicoanalítico, hasta una supuesta incapacidad para comprender el momento histórico que vive el país. Triste la cosa, pero real. Ni la experta en tautología Susana Díaz ni Patxi López han dicho nada al respecto, pero algunos lugartenientes han murmurado con malicia. Los escribas a sueldo también. Insisto, no sé quién va salir airoso de estas primarias ni qué futuro le espera al PSOE. No lo sé ni me atrevo a sospecharlo. Pero, puestos a repasar la realidad, creo que a Susana Díaz y compañía les convendría analizar las corrientes de fondo que se mueven tanto en el seno del socialismo español como en la sociedad a nivel general.
A Susana Díaz y compañía les convendría ver que la época del ordeno y mando toca a su fin
La época del ordeno y mando toca a su fin. Tiene los días contados tanto en el PSOE, como en Podemos, como en el PDECat o el PP... El manoseo de los viejos aparatos existe pero perdura oxidado, no tiene el poder de manipulación de antaño. Hoy todo se discute y se cuestiona. El caciquismo está de capa caída y la rebelión --a veces insensata, lo reconozco-- está a la orden del día porque el hartazgo y la náusea que genera la traición pone en pie las conciencias. Me pregunto si los que están en la sala de máquinas de los partidos son conscientes de los cambios acaecidos en la mentalidad del ciudadano.
Yo no sé quién ganará las primarias, aunque intuyo que algunos acomodados en la política jugarán todas sus cartas para que venza lo políticamente correcto. Contarán para ello con apoyo logístico, apelarán a la sacrosanta responsabilidad, vaticinarán el apocalipsis, serán crueles. Tanto se esforzarán, que harán realidad la clasificación entre los de arriba y los de abajo.
Amigos, ha llegado el momento en que preocupa tanto el cómo como el quién. Sencillamente porque en el cómo también está la esencia ética de lo que se pretende defender.