Ford había previsto construir una planta de producción en México con una inversión de unos 1.500 millones de euros. El cambio político en EEUU así como las nuevas políticas fiscales le han hecho repensar esta inversión y ahora construye una nueva planta en Michigan, aunque con una inversión reducida de solo 660 millones. ¿Significa esto que Ford apoya a la política de Donald Trump? ¿O es más bien el miedo al nuevo impuesto de importaciones, que según lo que publicó el mismo Trump gravará un 35% sobre el precio de venta para compañías que deslocalizan su producción a otros países?
Trump también anunció que las empresas ya no se podrán deducir las importaciones como gastos en sus declaraciones de impuestos. Quizás es esta política tan nacionalista y defensora del propio tejido empresarial lo que ha generado a Angela Merkel tanto miedo como para utilizar cinco millones de las arcas públicas alemanas para financiar la campaña electoral de Hilary Clinton vía un donativo a la Fundación Clinton. Naturalmente, nadie comenta este hecho, pero seguro que Alemania no ha sido el único país en cofinanciar la campaña de la representante demócrata.
El Gobierno francés comunicó que este final de año ha finalizado sin incidentes y ocultó hábilmente que solo durante Nochevieja se incendiaron más de 1.000 vehículos. Es decir, se quemaron mil coches en una noche y el Gobierno declara que no hubo incidentes.
Dublín planifica desde hace más de un año --antes de le celebración del referéndum-- las posibles consecuencias del Brexit
En Irlanda, el Gobierno planifica desde hace más de un año --antes de le celebración del referéndum-- las posibles consecuencias del Brexit. Claro que podemos decir que Dublín es muy previsora y que para una economía de la escala de Cataluña, con solo 7,5 millones de habitantes, es más fácil de prever posibles escenarios alternativos.
Aun así, cuesta creer que los demás políticos no tuvieran información suficiente sobre los posibles riesgos. En el caso de Irlanda, las consecuencias no son solo económicas sino también tienen un grave riesgo político. No olvidemos que Irlanda del Norte quiere independizarse de Gran Bretaña y que este sentimiento sigue estando en una gran parte de la población.
El riesgo es que en breve vuelva a manifestarse este sentimiento y, en caso de no atender a las peticiones, volvamos a ver actos de violencia por algo que todos damos por pasado, pero que sigue estando allí, el IRA y su lucha armada.
También está claro que círculos cercanos a Trump han financiado el Brexit, y aunque a día de hoy nadie lo confirma, tardará poco en salir a la luz. De la misma manera que se financió el Brexit, seguro que se intentará financiar el movimiento nacionalista en Francia. Claro, nadie lo admite y nadie le da una posibilidad a Le Pen, pero tampoco nadie pensó en el Brexit y que Donald Trump ganase las elecciones. La pregunta es ¿qué interés hay detrás de esto y por qué?
Trump quiere hacer grande a EEUU de nuevo --su lema de campaña--, y una Europa fuerte es algo que no ayuda. Así que el objetivo es debilitar a Europa y buscar en Rusia, el viejo enemigo de EEUU, al nuevo aliado. Este cambio político parece que tampoco lo han previsto los políticos europeos.
Sin duda la situación no va a ser fácil y seguro que tampoco será EEUU quien pague los gastos de defensa de Europa. En pocas palabras: las exportaciones a EEUU van a bajar, los gastos de defensa van a subir y el marco político europeo va a cambiar mucho. Alguno argumentará que Trump tiene antecedentes alemanes y que esto le hará ablandar su visión actual. Personalmente, creo que no pasará.
Cierto es que el abuelo de Trump procedía de Kallstadt (Alemania), pero también lo es que las cosas no le fueron demasiado bien allí, así que al terminar su formación profesional como peluquero emigró ilegalmente a EEUU. En el Estado de Washington abrió un restaurante y al poco tiempo se dio cuenta de que lo que tendría más éxito sería una especie de hotel.
Trump, descendiente de segunda generación de inmigrantes ilegales que repudia a los inmigrantes ilegales
Este hotel que, según fuente de periódicos antiguos, era nada más y nada menos que un prostíbulo en una pequeña ciudad de buscadores de oro. Es decir, este hombre que hoy se queja de que en EEUU 51 millones de personas hablen en castellano, que las considera a todas ilegales o descendientes de ilegales, que afirma que cualquier emigrante que ha pasado la frontera de manera ilegal es un criminal, procede él mismo de un emigrante ilegal, y aunque exitoso no es un negocio al que podríamos llamar socialmente reconocido, sino más bien en el lado oscuro de la sociedad.
Naturalmente, Trump niega es procedencia; dice tener descendencia danesa, lo único que sorprende es que sus abuelos hablaban alemán y no danés.
Aparte de los cambios que nos esperan en Europa, están los cambios en las relaciones con EEUU y en nuestra relación comercial con China, dado que el gigante asiático ha empezado a aplicar una política de limitación de salida de divisas, sin duda, una clara señal de que la economía se está enfriando. Los periódicos ingleses citan mucho a Baba Wanga, la mujer búlgara que predijo tantos cambios y acertó en muchas de sus predicciones. Baba Wanga predijo el final de Europa, y quién sabe, quizás tenga razón.