Eulàlia Rodríguez

Eulàlia Rodríguez

Letras

Entre la luz y la oscuridad en la Barcelona distópica de Eulàlia Rodríguez

La autora imagina en 'El so dels timbals' una Barcelona del futuro en la que la luz sería el bien más preciado, en una novela que engancha al lector con cuitas revolucionarias, un amor intenso, desapariciones misteriosas y una lucha por la libertad.

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¿Qué pasaría si...? Es la pregunta que está detrás de muchas historias, también de varias reflexiones sobre lo que depara el futuro, que han acabado convirtiéndose en realidad. ¿Qué pasaría si llegara un virus y provocara una pandemia? ¿Qué pasaría si un fallo eléctrico desencadenara un apagón a gran escala? Las respuestas eran terreno para la ficción especulativa, hasta que la realidad se abrió paso. Siguiendo esta línea, la pregunta de la que parte Eulàlia Rodríguez en El so dels timbals (Diéresis) no parece un riesgo real, pero quién sabe: ¿qué pasaría si la atmósfera se degradara hasta hacer de la luz el recurso más preciado?

Y, ¿qué pasaría si debajo de Barcelona se escondiera una ciudad subterránea? ¿Quién viviría en el subsuelo y quién en la superficie? Como en toda acertada novela distópica, las respuestas tienen que ver más con nuestra realidad que con un futuro lejano. En la novela de Rodríguez, son los más desfavorecidos y aquellos considerados "débiles" por los poderosos, los que están condenados a vivir en la oscuridad.

El origen de esta escisión está en la progresiva degradación del medioambiente, que acaba llevando al planeta al límite. Algo que por desgracia no resulta nada descabellado en nuestro presente. "Debido al cambio climático, las lluvias torrenciales, o la contaminación de la estratosfera, los rayos del sol apenas llegan", explica Rodríguez acerca de su novela en esta entrevista para Letra Global, "los magnates y dirigentes de todo el mundo deciden construir una corteza terrestre artificial para sellar la superficie contaminada y empezar de cero".

'El so dels timbals', de Eulàlia Rodríguez

'El so dels timbals', de Eulàlia Rodríguez Editorial Diéresis

Fronteras entre clases

Parece ciencia ficción, y lo es, pero no del todo. Donald Trump que sirvió de inspiración para uno de los personajes, un magnate llamado Thomas Drum en su primer mandato como presidente impuso la creación de un muro entre México y Estados Unidos. Una capa de contención, una barrera física para limitar el acceso de los menos privilegiados a un país con mayores recursos.

En el caso de la novela, esta injusticia es aún más dramática si cabe, porque la capa superior es la única con acceso a la luz, un elemento indispensable para la vida del ser humano del futuro. Más que ahora, porque en esta distopía el hombre ha mutado y se parece más a un vegetal. No necesita más alimento que la energía solar y, ojo, las algas (consideradas hoy el superalimento definitivo) para hacer la fotosíntesis, que en el lenguaje ideado por Rodríguez para la novela tiene otro verbo, la norifotosíntesis.

Pero claro, solo los que han tenido más suerte (y menos escrúpulos) pueden gozar de luz en abundancia, aquellos que viven en Kristala, la capa superior. Los menos afortunados viven en Làmia, la ciudad subterránea secreta, y no tienen casi acceso a ella.

La capa terrestre de la novela es eso, una división en dos estratos sociales. Llevada al extremo, eso sí, pero es la forma de visibilizar problemáticas sociales que en la realidad pasan desapercibidas. Al fin y al cabo, el trabajo de la ciencia ficción es "coger elementos del presente y exagerarlos hasta que parezca algo irreal", reflexiona Rodríguez. ¿Y qué cuestiones son esas? La falta de acceso a agua potable en algunas regiones del planeta, las acusadas diferencias sociales en países del primer mundo, como Corea del Sur.

Arreglarse el pelo

Una realidad que se ve en Parásitos. En esta película, la traslación visual de las diferencias de clase radica en su posición en el espacio: en una casa de un barrio alto vive la familia con posibles, mientras que sus criados viven en un entresuelo casi sin ventilación ni luz del sol.

Dos realidades sociales en vertical. Los paralelismos con la realidad son estremecedores: en países como Brasil, las mujeres que pueden permitírselo viajan en helicóptero para cosas tan sencillas como arreglarse el pelo en una peluquería. Los ricos no tocan el suelo, si pueden, en los países con mayor pobreza y tasa de violencia en las calles.

"Esta idea nació de cuestionarme cómo podía avanzar esto en un futuro", dice Rodríguez. Y por desgracia, con casos como el de Brasil, no es descabellado pensar que sí: que en el futuro pueda llegar a existir una división del espacio según la clase y el estatus, palpable y real como un muro de piedra, no es una idea tan descabellada.

La escritora Eulàlia Rodríguez

La escritora Eulàlia Rodríguez

Los tambores de la revolución

¿Y los más desfavorecidos, se conformarían con vivir apartados de la luz? El corazón humano no está hecho para dejar pasar la injusticia. La rabia se convierte muy rápido en un motor para la lucha. De ahí los "tambores" que los personajes de la novela y en especial su protagonista, Tristany, sienten en su interior.

"He querido que los personajes fueran reflejos de nuestras propias esperanzas y temores", explica Eulàlia. Lejos de querer hacer una novela futurista, en El so dels timbals más que la tecnología priman las emociones humanas. La ira hace sonar dentro de los personajes una percusión de tambores, pero también aparece cuando perciben otra emoción.

Es el amor, que no falta en la novela. Como formuló el filósofo Empédocles, una de las fuerzas motoras del ser humano y del universo. No falta de ello en la novela. El amor romántico, entre amigos, entre padres e hijos... mueve a los personajes a actuar.

En sí, El so dels timbals —cuya primera edición en castellano llegará en octubre— no solo imagina una distopía. Ofrece un relato conmovedor de la "lucha humana por la dignidad en un mundo opresivo", sentencia Eulàlia Rodríguez. Y en su forma de abordar una realidad que se revela corrupta, brilla una luz tenue de esperanza: es la capacidad que tenemos los seres humanos en potencia de resistir, alzarnos, de rebelarnos. Incluso en la oscuridad más absoluta.