La cultura nos hace libres
Siempre espero a última hora para escribir este artículo, en esta profesión se trabaja en estado de urgencia y por eso el periodismo es una aventura en el que el tranvía es un AVE digital. Nada que ver con el papel, en vías de extinción como lo prueba el destino de los kioscos.
El filosofo griego Aristóteles, maestro de Alejandro Magno, el mejor general de la Historia, decía que la virtud está en el punto medio. Los extremos son vicios: el comunismo y el fascismo no son opuestos porque los extremos se tocan y electrocutan a las personas normales. Aristóteles hablaba de filosofía. No habla del centro político, que no existía, pero como era un sabio también hablaba de política. Defendía la esclavitud y que las mujeres tenían que estar al servicio de los hombres, por lo tanto el sabio también se equivocaba. El tiempo no pasa en vano.
No existen verdades absolutas, pero existe una verdad universal que es el valor de la familia ya seas cristiano, ateo, islamista o budista: hasta los dos extremos de la política coinciden.
Hay dos cosas que me sublevan y ambas coinciden con el fascismo y el comunismo: les gusta la violencia y son racistas. Ambos atentan contra la declaración de Derechos Humanos.
El lunes viendo la violencia de la policía francesa contra un negro por no llevar mascarilla, me enervó. La violencia de la policía norteamericana, también. El odio de los islamistas a Occidente en el atentado sobre las torres Gemelas del 11-S es el primer día del nuevo siglo. Cada minuto hay un asesinato en el mundo civilizado. Las fieras son más pacificas que los hombres desde el principio de los tiempos.
No soy marxista pero tampoco antimarxista porque Carlos Marx objetivamente hizo más mal que bien, pero creo en la interpretación materialista de la Historia que, por ejemplo, ayuda a comprender lo que Homero no sabía: que Troya no fue arrasada por el secuestro del troyano París de la bella Elena sino porque Troya cobraba un impuesto a los griegos, porque manda la plata. En éste sentido, Marx tiene razón.
Rousseau está considerado como un ilustrado pensador de la revolución francesa que cambio el mundo político en el siglo XVIII (1789) pero fue un mal bicho en lo personal que no quería ni a sus hijos. Esa verdad universal, llevó a sus cuatro hijos al orfanato. Era tan mala persona como Marx, que violó y embarazó a su sirvienta, él que pretendía liberar al proletariado.
Sólo la cultura nos hace libres.